LAS CASAS DE MONEDA  ESPAÑOLAS EN AMÉRICA DEL SUR

 

III.- El siglo de las reformas

 

El problema de la moneda menuda en Potosí

 

 

         Aunque el seis de junio de 1774 había dispuesto el gobierno de Lima en carta enviada al superintendente e la ceca de Potosí que debía acuñarse al menos unos 500 o 600 marcos de cada rendición en moneda pequeña, esto no se cumplía y era notoria la falta de ella en la villa y sus alrededores.  La escasez era tal según Cañete y Domínguez que:

 

"…llega al extremo increíble de andarse buscando muchas veces el trueque de un peso fuerte en medios reales y reales sencillos una hora o más tiempo por las pulperías de esta Villa, sin encontrar cambio." [1]

 

         Se consideraba que de cumplirse la orden de 1774, teniendo en cuenta que en los años 1783 y 1784 se había acuñado 485,000 marcos anuales, y en los años posteriores las cantidades habían sido similares, no debía haber escasez de moneda menuda no sólo en la villa de Potosí sino en todo el virreinato, ya que la Real Orden del 20 de enero de 1773 había prohibido la remisión a España de la pequeña moneda fraccionaria, quedando esta para el giro interno y evitar así que se sintiese su falta para las transacciones y pago de jornales.

 

         El problema principal para la acuñación de las fraccionarias menores al fines del siglo en Potosí era la existencia de un solo volante para este fin, con lo cual, por muchos esfuerzos que se hicieran no se podía llegar a cumplir con los 500 o 600 marcos por rendición que estaban mandados. 

 

         Si en Potosí la escasez de circulante menudo era un problema, en las otras ciudades del reino la situación era insufrible y se tuvo que recurrir al uso de fichas hechas de plomo, cobre y hasta de cartón para suplir la falta.  En Buenos Aires, por ejemplo, se llegó a solicitar al rey autorización para emitir pequeñas monedas de cobre, pero el pedido fue denegado.

 

         La solución definitiva a la falta de moneda fraccionaria se dio en 1789 por una Real Orden de Carlos IV que dispuso la acuñación en las cecas americanas de monedas de un cuarto de real, conocidas en el imperio con el nombre de "Cuartillos".  Los primeros de estos cuartillos se acuñaron en la ceca de Santiago de Chile, y corresponden al tipo de busto, es decir, reproducen los diseños de los valores menores, pero a Potosí se enviaron de Madrid, a principio de 1793 los troqueles de Leones y Castillos que se usaron en las cecas americanas hasta la extinción del poder español en América.


         Los primeros cuartillos potosinos se fabricaron en enero de 1794 y fueron puestos en circulación el día 4 de febrero siguiente.  Estos primeros cuartillos sin marca de ceca ni fecha continuaron fabricándose hasta fines de 1795.  Gracias a los libros de cuentas de la ceca y a los estudios publicados del Licenciado Cunietti-Ferrando tenemos la relación completa, por años, de los cuartillos acuñados en Potosí, incluyendo los de 1794 y 1795.  Estas piezas iniciales no podían ser atribuidas a ninguna ceca hasta que el numismático argentino Oswaldo Mitchel dio a conocer un bando del virrey Pedro Melo de Portugal, fechado el 20 de enero de 1796 poniendo en circulación:

 

 "…la moneda de quartillo que existe en esta Tesorería General mandada sellar por su Magestad para la mayor comodidad de los usos diarios en éste país" [2]

 

         La secuencia de producción de los cuartillos, estudiada por el Licenciado Cunietti-Ferrando es interesante por cuanto permite ver que la ceca acuñó moneda en forma constante desde 1794 hasta 1813 aún cuando ha sido notado por los estudiosos que no existen piezas con ciertas fechas, lo cual obedecía a factores externos a la acuñación misma.  Así, regresando a los cuartillos sabemos que en los años 1794 y 1795 simplemente se omitió la indicación de la fecha en los cuartillos; en 1805 se produjeron 4,191 piezas pero hoy no se conoce ninguna, y las piezas acuñadas entre 1809 y 1812, cuyas cantidades de producción anuales se conocen, llevaron todas la fecha y la impronta del último año de Carlos IV.  Las estadísticas de producción muestran también que en 1813, año de la ocupación de Potosí por las tropas de Buenos Aires, la producción de cuartillos fue la más baja desde 1794, alcanzando sólo 2,240 piezas.

 

 

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[1].- Cañete y Domínguez, Pedro Vicente. Ob. cit. p.195.

[2].- Cunietti-Ferrando, Arnaldo.  Los cuartillos de la ceca de Potosí.  Cuadernos de Numismática y Ciencias Históricas. Tomo VII. N° 25.  Buenos Aires, Agosto 1980