LAS CASAS DE MONEDA  ESPAÑOLAS EN AMÉRICA DEL SUR

 

III.- El siglo de las reformas

 

Actuación del visitador Areche

 

 

         En junio de 1776 fue recibido en Lima el tristemente célebre visitador José Antonio de Areche cuyas refinadas crueldades en la represión del movimiento de Túpac Amaru II y sus continuas
impertinencias con el virrey Guirior y su sucesor el virrey Jaúregui, le valieron en 1789 ser destituido y castigado a vivir fuera de Madrid con una jubilación de sólo medio sueldo.

 

         En los aspectos relacionados a las casas de moneda más trataremos sobre la de Potosí que sobre la de Lima pues es poca la información que existe sobre su actuación en referencia a la de la capital.

 

         El 14 de enero de 1779 mandó Areche una carta al superintendente de la ceca limeña, Estanislao Landázuri, en la cual le informaba que había encontrado en las Cajas Reales la cantidad de 158,341 pesos y 2 reales en monedas macuquinas y cortadas, las cuales deseaba el visitador que pasasen a la "Real Casa de Moneda a fin de que reciba el nuevo cuño y se restituya quanto antes al giro", al igual que otra suma de "doscientos y tantos mil pesos" que se encontraban en las cajas de la Real Aduana de Lima.  Esperaba Areche que no hubiese inconveniente en proceder como lo solicitaba aunque no se ajustasen las sumas de los doscientos mil "que es de estilo en estas remisiones con atención al contrato que hai para su reamonedación".  Termina la carta el visitador presionando a Landázuri haciéndole ver que el público está incómodo por faltarle  moneda fraccionaria para el giro diario, por lo que "me prometo, que Vuestra Señoría que conoce perfectamente quanto molesta su carestía, me dará el gusto de vencer la dificultad que haya." [1]

 

         Más grave que la presión a Landázuri, que no deja de ser un trámite administrativo, fue la solución que creyó encontrar en formar en la casa de moneda de Lima una oficina de apartado, es decir un taller donde se pudiese separar el oro que se encontraba en los minerales de plata que se recibían en la ceca, y que, por la experiencia que se tenía en México, dejaba buenas utilidades a la Real Hacienda.

 

         Para implementar la oficina de apartado pidió Areche en 1780 que vinieran desde México maestros hábiles en el arte de fundir metales de oro y plata.  Ante la solicitud, el virrey de México envió a dos operarios, uno de los cuales fue el experto Demetrio Guasque.

 

         El 19 de setiembre de 1783 se dio inicio al estudio sobre la implementación de la oficina, pero el sistema no se pudo aplicar en el Perú por tener los minerales de plata locales un porcentaje muy bajo de oro. Además se encontró dificultad para que en el Perú se pudiesen fabricar los vasos de vidrio, "cornamusas, tibores, recibidores, bocones etc." necesarios para efectuar el trabajo.

 

         A resultas del proyecto la Real Hacienda perdió una gran cantidad de dinero.  Teodoro de Croix, el virrey flamenco, en su memoria de gobierno menciona que Guasque, quien había recibido una Real Orden del 5 de febrero de 1787 por la cual debía regresar a México donde se encontraba su familia, había pedido permiso para regresar por la vía de Cádiz ya que esperar un navío que hiciese la ruta del Callao a Acapulco hubiese demorado más de un año, lo cual hubiese significado más gastos para la Hacienda ya que Guasque recibía un sueldo de 100 pesos mensuales y en México, a su mujer se le entregaban otros 500 pesos anuales. [2]

 

 

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[1].- Razón de la Cedulas etc. Doc. N° 82. fol. 399-400.

[2].- Mendiburu, Manuel.  Diccionario histórico biográfico del Perú.   2da. Edición.  Lima, 1932. Tomo II, pag.119;   Fuentes, Manuel A.  Ob. cit. Memoria del virrey Teodoro de Croix. Tomo 5.  p.274s.