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EL FENOMENO FAMILIAR
EN MEXICO
SU ESTUDIO SOCIOLOGICO
LUIS LEÑERO OTERO
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- TERCERA PARTE
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- PANORAMA TIPOLOGICO DE LAS FAMILIAS
- MEXICANAS
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- CAPITULO 1. ESTEREOTIPOS E IDEOLOGIA DOCTRINAL, SOBRE LA FAMILIA
EN MEXICO QUE DIFICULTAN EL CONOCIMIENTO REALISTA DE LA PLURALIDAD FAMILIAR.
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- CAPITULO 2. PANORAMA TIPOLOGICO DE LAS FAMILIAS MEXICANAS, ANALISIS
SOCIOGRAFICOS.
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- CAPITULO 1
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- Estereotipos e ideología doctrinal sobre la familia
en México que díficultan el conocimiento realista de
la pluralidad familiar
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- 1.1. El fenómeno social del estereotipo aplicado a la comprensión
del fenómeno familiar y a la formulación de su modelo.
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- 1.2. Estereotipos tradicionales relacionados con la familia mexicana.
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- 1.3. Estereotipos modernos relacionados con la familia mexicana.
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- 1.4. La doctrina familística y la antifamilística como
ideologías.
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- 1.1. El fenómeno social del estereotipo aplicado a la comprensión
del fenómeno familiar y a la formulación de su modelo.
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- La elaboración de conceptos e imágenes se lleva a cabo
mediante generalizaciones frecuentemente de tipo ideológico -que
encubren un interés por parte de quien lo formula- ya sea en forma
consciente o subconsciente. Estrechamente ligado al está el estereotipo,
que no es sino una simplificación y homogeneización de las
ideas y características que se atribuye a las personas, grupos y
categorías sociales.
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- El estereotipo es definido en el diccionario de sociología de
H. Pratt Fairchild así: "Creencia popular, imagen o idea aceptada
por un grupo, de ordinario enunciada en palabras y cargada de emoción."
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- -"Concepción simplificada e incluso caracterizada de un
personaje, personalidad, de la estructura social, programa social que ocupa
en nuestras mentes el lugar de imágenes exactas."
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- -"Lugar común . . . opinión predispuesta. y muy
simplificada acerca del modo de ser de una persona. De ordinario se base:
a) en las interpretaciones tradicionales de la aparición
personal; b) en la nurmuración, y c) en el caso de
figuras públicas, en informes de periódicos y otros medios
de comunicación de masas."
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- Nosotros añadiríamos a estas especificaciones que el
estereotipo es más bien un producto ideológico con carta
de naturalización popular. Está íntimamente ligado
al prototipo cultural. Es decir, crea pautas y normas de comportamiento.
Es utilizado para inducir consciente o inconscientemente la conducta y
conformarla a las instituciones y grupos sociales que las presuponen, dentro
de su función.
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- En este sentido, la vida familiar queda íntimamente ligada a
múltiples estereotipos que la propia cultura popular integra una
vez generada por el sentido ideológico de quienes son sus beneficiarios.
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- La obra de Béjar, Raúl es un excelente estudio sobre
la utilización y especulación que se ha hecho en torno a
los estereotipos del mexicano, y en cierta forma, de la familia mexicana.
En su revisión ampliamente documentada destilan notables intelectuales
mexicanos representantes de la inteligencia nacional, tales como los filósofos
Alfonso Caso, José Vasconcelos, Samuel Ramos, Leopoldo Zea, Emilio
Uranga; Psicólogos y Psiquiatras tales como Santiago Ramírez,
Francisco González Pineda, José Gómez Robleda, Aniceto
Aramoni; escritores, ensayistas y novelistas como Salvador Novo, Luis Spota,
Carlos Fuentes, Octavio Paz, Agustín Yáñez, Elvira
Bermúdez; incluso autores extranjeros, como D. H. Lawrence, Robert
Escarpit, Aldous Huxley, Arnold Toynbee, Luis Cernuda, Oscar Lewis, etc.,
que se han ocupado de este fenómeno.
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- Con notables excepciones y sin dejar de haber entre todos ellos valiosas
aportaciones al del mexicano y de su vida familiar, Béjar concluye
que en casi todos estos trabajos existe una tendencia generalizante con
débil sistematización científica y falta de representatividad
en la investigación empírica, en la que suele confundirse
el estereotipo con el tipo real. Más aún, en pocos casos
se matiza el típico que se busca plantear, con una tipología
diversificante y relativizante que permitiría analizar el fenómeno
real que pretende describirse con precisión científica.
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- Pero mencionemos algunos de los estereotipos íntimamente ligados
a la caracterización mítica de la familia mexicana.
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- Distinguimos, en primer lugar, dos clases de estereotipos: los que
podríamos identificar como tradicionales derivados de concepciones
generadas durante los últimos siglos y los estereotipos que, por
contraposición, podemos llamar "modernos", desarrollados
en la actualidad en torno al concepto ideal que se tiene de la familia
mexicana actual.
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- Vamos a hacer un breve recorrido a estos estereotipos, para resaltar
su carácter ideológico de concepción generalizante
asistemática, y con ello diferenciarlos de la tipología real
que estudiaremos después.
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- 1.2. Estereotipos tradicionales relacionados con la familia mexicano.
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- a) "Machismo" y su correlativo "Maternalismo".
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- Ha sido ya altamente tratado por diversos autores, moralistas y educadores.
Se trata de uno de los estereotipos de más fuerte arraigo, pues
puede decirse que perdura en la realidad con rasgos muy caractrísticos,
lo cual reafirma su vigencia.
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- Sin embargo, tanto al nivel de la expresión popular, como al
de una gran cantidad de estudios pseudocientíficos y literarios,
la idea del machismo ha sido un lugar común cuando se ha tratado
de describir el carácter del mexicano y del "latino" en
general. En esta perspectiva, un grave error se suele presentar, pues además
de que el machismo puede adquirir múltiples formas y grados, según
el tiempo, lugar y grupo a que se refiera en concreto, comúnmente
se suele confundir el patrón ideal de conducta "machista"
como norma más o menos vigente y aceptada-con la conducta realmente
vivida.
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- Por lo que se refiere a la concepción machista aparecida en
la expresión popular, existen múltiples manifestaciones de
ésta a través de refranes, canciones y especialmente de los
tradicionales "corridos", que reflejan una forma auténtica
de lo popular desde la época colonial de la Nueva España,
hasta otros recientemente populares, tales como el de "Juan Charrasqueado".
En éste se describe al "héroe" como valiente, arriesgado
en el amor, raptador de las mujeres más bonitas de la región,
burlador y violador de todas, y portador de machete y cuchillo; borracho,
parrandero y jugador... También se ha difundido nacional e internacionalmente
un estereotipo del mexicano "macho", encarnado por artistas cinematográficos
de gran éxito, tales como Jorge Negrete, Pedro Infante y después,
por una gran cantidad de imitadores. En todos ellos el héroe aparece
como valiente, enamorador, prepotente;
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- Parece ser que ese machismo popular tuvo una gran relación con
el fenómeno de la Revolución Mexicana (1910-1930) por las
características propias de un período de lucha violenta en
donde la relación humana tenía rasgos más bien patológicos.
A medida que los años van pasando, el conflicto revoucionario queda
atras y la expresión popular más urbanizada y más
industrializada en sus formas de manifestación, va buscando nuevas
referencias descriptivas del carácter del hombre y la mujer, dentro
de una perspectiva más cosmopolita y menos nacionalista. Es notable
la tendencia cada vez mayor a la difusión de canciones internacionales,
e incluso nacionales, de autores y con temas propiamente urbanos, o de
reivindicación social frente a los poderosos.
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- Existe, por otra parte, como ya lo apuntábamos, una fuerte corriente
de difusión del estereotipo machista, con iguales rasgos de confusión
entre el patrón de conducta y la conducta de la población.
También al nivel de los estudiosos de la conducta humana ha aparecido,
desde hace varios años, el machismo como pretendida realidad de
la vida del mexicano: Samuel Ramos, Santiago Ramírez, Francisco
González Pineda, Aniceto Aramoni, Octavio Paz, Elvira Bermúdez
para mencionar algunos solamente.
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- Su descripción del estereotipo es real y profunda casi siempre,
pero puede resultar equívoca si se entiende que describen la realidad
misma del mexicano y no explican los rasgos ideológicos de los patrones
de conducta enfatizados en el estereotipo y en el mito. ¿A qué
se debe, quién lo crea y a quién beneficia?
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- Lo mismo sucede con el estereotipo correlativo de la mujer abnegada
y la maternidad femenina como caracterización idealizada de la contrapartida
machista. Una vez exaltado el hombre macho, hay que dignificar a la víctima
y a la institución familiar que la justifica.
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- La "maternidad santa" es su premio estereotípico.
En torno a él se borda una personalidad ideal de sumisión,
entrega, constancia, lealtad, sacrificio, valor de la fertilidad, ideal
hogareño, etc. Con ello se consigue hermanar el estereotipo machista
con el rol de la sumisión femenina y compensarlo con una supuesta
gratificación moral.
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- Sin embargo, los datos que nos brindan investigadores empíricos
recientes nos permiten diferenciar el estereotipo del perfil real de la
actual mujer mexicana.
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- En su obra Hacia dónde va la mujer mexicana Ma. del
Carmen Elu de L; desarrolla este tema. Resalta, en su estudio de cerca
de 2,500 parejas mexicanas de diversas clases sociales y en las diversas
zonas rurales y urbanas del país, el hecho de que la actual mujer
mexicana no responde, al menos en la medida en que lo establece el estereotipo,
al patrón de madre abnegada, resignada y abandonada, no soporta
pasivamente su deber sexual de esposa y no es totalmente dependiente en
las decisiones de su vida familiar y personal
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- Efectivamente, la distribución de tareas en el hogar no sigue
ya tan claramente la tradicional división de labores según
el sexo. Un 20 por ciento de hombres dicen realizar labores domésticas;
un 63 por ciento interviene normalmente en actividades de atención
y cuidado de los hijos; a su vez, en la autoridad y toma de decisiones
de la familia, la mujer dice participar en un 65 por ciento referente a
tener o no más hijos; Un 69 por ciento interviene en la selección
de médicos; 60 por ciento en el castigo que debe imponerse a los
hijos; 65 por ciento en la escuela para éstos; 60 por ciento en
la forma de distribuir el presupuesto familiar; 51 por ciento en la compra
de bien inmueble o mueble más importante; 55 por ciento en la selección
del lugar dónde vivir.
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- Por lo anterior podemos delinear en alguna medida la relativizacion
del estereotipo tradicional machismo y maternalismo sumiso y abnegado.
De cualquier manera, es preciso reconocer que se mantienen rasgos del estereotipo
en grados y en un gran número de familias mexicanas. Se hace preciso
un estudio más profundo del tema con la finalidad de descubrir las
variaciones y los cambios y medir la magnitud de una tipología plural,
al repecto. Y en todo esto, descubrir, por ejemplo, la dinámica
de cambio dentro del conflicto latente o manifiesto de la relacíón
entre los sexos.
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- b) Otros estereotipos tradicionales.
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- Tradicionalmente se considera que los lazos de parentesco son la base
de la seguridad y el canal natural para la socialización de la persona.
La familia es, por lo tanto, dentro del estereotipo y en su amplia connotación,
la unidad básica del individuo, sobre todo de la mujer.
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- A partir de esta concepción, derivada de hecho de una situación
social y de la falta de una seguridad social institucionalizada, el estereotipo
derivado hace referencia a una familia mexicana unida a través de
los lazos de parentesco que; por adscripción, representan la relación
social básica del individuo. Que el estereotipo plantee un prototipo
ideal-independientemente de su adecuación o no a la vida actual,
sobre todo en las ciudades-no quiere decir que la realidad obedezca a esta
misma concepción.
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- En una investigación hecha por el IMES en poblados rurales cercanos
a una ciudad industrial fundada hace pocos años en una área
netamente agrícola tradicional, Ciudad Sahagún, la población
entrevistada: 500 hombres entre campesinos; obreros -viviendo aún
en sus pueblos rurales-y de diversas ocupaciones tales como artesanos,
comerciantes y otros servicios, afirmó, sólo en un 39 por
ciento, por ejemplo, que para obtener una cantidad de dinero de relativa
cuantía recurría a sus parientes. A su vez, de 240 mujeres
entrevistadas, dijeron un 50 por ciento que ordinariamente se puede y se
debe esperar ayuda económica de los parientes. La otra mitad abrió
diversas posibilidades de obtención de esa ayuda.
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- Sí existe, por lo tanto, una limitación a la establecida
en el estereotipo, acerca de la seguridad que brinda la familia en los
medios rurales. Esto refleja situaciones sociales muy claras: relatividad
de los lazos familiares para proporcionar la seguridad que podría
esperarse de ella, aunque al mismo tiempo, incapacidad del sistema social
para dar seguridad a las familias populares.
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- Muchas veces, el fenómeno de movilidad social experimentado,
sobre todo el de la migración, separa a los parientes y limita su
influencia, o bien, se basa precisamente en la aproximación a un
familiar anteriormente emigrado a la ciudad, que le pueda dar la oportunidad
de subsistir en base a un tipo de familia semiextensa que contradice al
conyugal nuclear de origen.
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- Hay, por lo tanto, rasgos del estereatipo que permiten considerar su
vigencia relativa. Por ejemplo, ante la pregunta de qué es lo que
considera más importante en la vida, el 46 por ciento de los hombres
puso en primer término a su familia, el 32 por ciento a su patria
y el 13 por ciento a su religión.
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- Esto obedece sin duda a un fenómeno social que el estereotipo
refleja con su carácter ideológico: "no esperes beneficios
del sistema social (capitalista o precapitalista semifeudal). Son los parientes
los que te sacan de apuro". Esto último bien sabemos es muy
relativo aunque dada la situación de muchos es el único modo
de sobrevivencia.
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- Estudios hechos en zonas suburbanas en la ciudad de México resaltan
la importancia que cobran las relaciones de parentesco en dichos ambientes
sobre todo tratándose de recientes inmigrantes.
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- ¿Hasta qué punto podría decirse lo mismo en familias
de clase media y alto? Parece ser que un patrón diverso de conducta
suele desarrollarse en relación a la solidaridad del parentesco
consanguíneo. El estereotipo habrá que relativizarlo como
descripción de realidad de la familia mexicana.
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- Está casi virgen este tema de análisis realista sobre
las familias mexicanas. ¿Hasta qué punto, por ejemplo, los
lazos de parentesco dan lugar a una dinámica conflictiva más
que a una de cooperación; o mejor aún ¿cuáles
son las dimensiones de integración parental y cuáles de desintegración?;
¿qué tipología familiar múltiple se desprende
de este fenómeno sociológico?; ¿a qué obedece
la parentela en un sistema capitalista urbana y a qué en un media
rural?
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- No puede negarse la importancia que ha tenido para la familia mexicana
la concepción sacralista derivada de la cultura tradicional religiosa.
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- Efectivamente, ligada a esta concepción sacral de la familia
se ha desarrollado un prototipo de lo que debe ser una familia católica,
y concomitante a ello, se ha podido crear un estereotipo más o menos
ideal de lo que es la familia mexicana como "unidad santa" donde
se conservan "las más limpias tradiciones del país".
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- Esta concepción prototípica y estereotípica de
la "familia santa" existente en México por acción
principal de la Iglesia institucional, ha dado lugar a un mito que ha impedido
lograr un conocimiento realista de lo que de hecho es la familia mexicana.
E1 interés de control por parte de la Iglesia jerárquica
ha prevalecido todavía frente al interés científico
del conocimiento de la realidad.
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- La tipología tradicional de los valores característicos
de una cultura que exalta la concepción familística íntimamente
ligada a una concepción religiosa ha sido, paradójicamente,
una barrera para reeducar, sobre una base realista, a las nuevas generaciones.
Efectivamente, esto ha impedido el sano juicio crítico sobre la
familia de origen y sobre los propios padres, y sus intereses, por considerar
que todo ello representa algo sagrado que no puede ser tocado. E1 resultado
ha sido que los hijos repitan los mismos errores que sus padres, sobre
la base de que su comportamiento familiar, como padres de familia, está
a su vez protegido por el toque sagrado de su función. Sucede analógicamente
lo que pasó con la concepción sacral del rey que se consideraba
investido de poderes divinos y fuera de cualquier crítica por parte
de los súbditos. El rey no tenía ante ellos ninguna responsabilidad
sujeta a los juicios humanos. Pero la desacralización del poder
político transformó de hecho la estructura del Estado en
forma radical.
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- Podría pensarse lo mismo de la familia sujeta al proceso de
secularización que vive la sociedad entera. Pero el estereotipo
de la familia sagrada no reconoce este hecho fácilmente y confunde
una aspiración tradicional con una realidad social lejana a dicho
modelo.
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- Algunos de los elementos prototípicos comprendidos en esta concepción
sacral son los siguientes:
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- --"Lo que Dios ha unido, nadie lo puede separar."
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- Siguiendo esta sentencia normativa, se suele decir que la familia mexicana
es una familia en la cual la unión matrimonial es altamente sólida
y rechaza la concepción "antirreligiosa" del divorcio.
Se acepta comúnmente que existen-como hecho, aunque no como
derecho-, por parte del hombre, relaciones extramaritales pero se afirma
que eso no impide la perpetuación del vínculo marital establecido
por Dios.
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- Un estudio empírico podría mostrar además de los
datos oficiales de los censos-que dan un 15 por ciento de mujeres del total
de jefes de familia, entre las cuales se encuentra un elevado porcentaje
de mujeres abandonadas-que existe, de hecho, un mayor número de
familias en los cuales el vínculo matrimonial no se ha mantenido.
Más aún, resulta importante demostrar objetivamente cómo
la indisolubilidad y fidelidad matrimonial acorde al prototipo sacral matrimonial
es sumamente débil en calidad y relativamente limitado en la cantidad
de parejas mexicanas.
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- El ideal utópico de santidad matrimonial como patrimonio religioso
es limitado en la vida real aunque no en la concepción estereotipica
de la familia mexicana. Una situación de hipocresía social
se deriva de este hecho, pero sobretodo, una actitud de inmadurez psicológica
está en el centro de esta problemática.
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- En primer lugar, el sistema de cortejo y selección de pareja
obedece ya a un patrón de conducta teóricamente secular y
personalista, en contraste con la pauta tradicional que daba a los padres,
sacerdotes y parientes-como representantes de la autoridad divina-un papel
decisivo en la concertación de los matrimonios. Pero sucede que
los jóvenes actuales, quienes pueden ya escoger "libremente"
su pareja, no reciben de hecho una formación adecuada para saber
tomar una decisión responsable que se sigue considerando
sagrada y definitiva.
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- El contraste entre esta sacralización y las consecuencias de
una decisión tomada en forma inmadura e insegura-hecha sobre factores
circunstanciales fortuitos y sobre impulsos afectivos propios de adolescente-resulta
sumamente fuerte. Mientras el criterio sacral persista, la conducta principalmente
de la mujer tiene que reproducir otros patrones prototípicos tradicionales
también sacralizados: abnegación, maternidad, sumisión
al hombre, etc. Con ello, el equilibria externo se mantiene dentro del
estereotipo de "familia santa", aunque con el costo de esta sumisión
y abnegación.
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- Pero al llegar el proceso de secularización y producir la desacralizacion
del vuínculo matrimonial se adquiere una dimensión humana
que hace sentir que la responsabilidad de la unión conyugal es obra
de la voluntad personal y no de la de Dios, o al menos primordialmente
la acción humana. El prototipo unívoco de familia, sancionado
con un criterio sacral, desaparece y da lugar a una pluralidad de pautas
de conducta. Los conflictos latentes o reales que existen en el seno familiar
salen entonces a luz sin la inhibición de lo sagrado y se pueden
reconocer diversos tipos reales de familia, ya sin el peso de la sanción
divina.
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- Obras como la de Oscar Lewis, en las que se describe abiertamente esta
aparente incoherencia entre el estereotipo sacral familiar y la situación
real lejana a ese modelo, no dejan de provocar todavía un escándalo
y un cierto recelo al reconocer que un amplísimo sector de la población-no
sólo en los estratos populares-viva, de hecho, fuera del estereotipo
de "familia santa".
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- -Tener "los hijos que Dios mande"
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- Otro de los elementos característicos del estereotípo
sacral familiar es la afirmación de que la procreación debe
responder a la voluntad divina: "los hijos que Dios mande". Se
dice, en el prototipo, que Dios bendice a las familias numerosas y que
"cada hijo nace con su torte", indicando con esto que la Providencia
Divina está presente cuando la familia acata la voluntad de Dios.
Se dice, a su vez, que la familia mexicana responde en verdad a esta concepción
sacralizada. Sin embargo, si profundizamos un poco en la realidad empírica
nos encontramos que se trata de un estereotipo y no de un hecho verdadero.
La referencia sacralista dentro de la fecundidad abundante se convierte
casi siempre en una racionalización tradicional que encubre más
bien una situación de ignorancia o de reacción vital, por
parte de quien aduce el estereotipo como patrón de conducta de sumisión
religiosa-antes también de tipo convencional-.
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- Nuestros estudios empíricos demuestran que existe una correlación
significativa entre educación y rechazo de la fórmula "tener
los hijos que Dios mande" enunciada en forma pasiva. A mayor educación
y conocimiento de métodos anticonceptivos, mayor conducta de regulación
de la fecundidad y menor número de hijos no deseados.
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- Lo anterior significa que el proceso de secularización es irreversible
en esta dimensión providencialista pasiva. La procreación
está siendo vista cada vez más como un acto volitivo, de
responsabilidad personal y social, y no como una consecuencia sagrada del
respeto a una ley natural también sacralizada, fuera del alcance
del hombre.
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- Estudiar objetivamente cómo se da esta diversificación
de tipos familiares a partir de la conducta más o menos secularizada
en este campo, vendrá a relativizar la vigencia del estereotipo
de familia sacralizada mexicana.
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- El que aun una mayoría de parejas mexicanas contraigan matrimonio
religioso y sigan ciertas prácticas religiosas y de culto, no significa,
de hecho, que actúen apegados al sentido del ideal de familia religiosa,
ni menos aun que reflejen en la práctica una conducta cristiana.
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- 1.3. Estereotipos modernos relacionados con la familia mexicana.
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- Pero no solamente en la cultura tradicional se generan estereotipos
ideológicos. Las clases elitarias de la vida moderna y los medios
masivos de comunicación a su servicio crean también formas
conceptuales equívocas de identificación de la realidad social.
Se generalizan, con la misma o con mayor superficialidad, a través
de "slogans" difundidos por los medios masivos de comunicación
y por una subcultura pseudocientífica, imágenes falsas de
lo que está sucediendo y de las características que tienen
las instituciones, los grupos y las personas.
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- La familia, dentro de esta ideología modernizante-siempre difícil
de delinear debido a su mezcla con culturas tradicionales- queda también,
por lo tanto, implicada en estas tendencias estereotípicas. Una
de las principales fuentes de valoración de esta corriente es, sin
duda, la cultura "media" norteamericana que llega al país
a través de diversos canales de comunicación, influyendo
grandemente en la concepción e identificación de nuestra
propia realidad. Sin embargo, son los propósitos ideológicos
de quienes sustentan y dirigen el sistema quienes favorecen con aparente
intención altruista estos estereotipos.
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- a) Estereotipo de "familia pequeño-barguesa".
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- La sociedad de consumo masivo ha tenido como base de su desarrollo
a un prototipo de familia de clase media que viene siendo la unidad del
consumo masivo por antonomasia.
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- La industrialización, la comercialización, la publicidad,
la prestación de servicios profesionales y públicos, e incluso
la propaganda política de democracia liberal, está basada
en la familia de clase media como centro y objetivo de sus acciones. Unido
a ellos se encuentra todo un sistema institucional moral, religioso y político
que refuerza de manera inequívoca la creación de un tipo
de familia "standard", con creciente capacidad de consumo y de
intereses para apoyar todo el sistema de economía capitalista.
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- En forma consciente o inconsciente-por aquello de la enajenación
unidimensional de la que habla Marcuse y muchos otros autores contemporáneos
aparece todo un proceso de generación estereotípica para
demostrar que la vida ordinaria moderna está representada por el
tipo de vida familiar pequeño-burguesa. Esta familia permite a los
individuos adaptarse y desarrollarse con posibilidades de éxito
-o al menos con altas probabilidades estadísticas de ser personas
"normales", satisfechas de su vida de consumo- dentro
de la sociedad moderna.
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- Programas cotidianos de televisión y radio; películas
y obras de teatro; novelas, manuales de orientación; artículos,
noticias y reportajes de la prensa; doctrinas religiosas y morales; reuniones
públicas y privadas; investigaciones sociales y todo un sistema
de salud y asistencia psicosocial están orientados en forma coincidente
para reproducir la imagen de vida familiar propia de la clase media norteamericana.
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- El modelo-que a su vez se convierte en estereotipo pues acaba por presentarse
como un hecho supuestamente generalizado y único- es más
o menos el siguiente:
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- La familia constituida por el padre, la madre y los hijos (familia
nuclear conyugal). Los padres están casados por las dos leyes civil
y religiosa-y al hacerlo así, por amor, se separaron de sus respectivas
familias de origen y constituyen la suya en forma autónoma. Su matrimonio
es concebido dentro de un sistema monogámico que se considera intrínsecamente
natural. Sus relaciones maritales están basadas en la fidelidad
recíproca-aunque se acepte tolerantemente las relaciones extramaritales,
al menos para él. El divorcio es vista como un fracaso y no es deseable,
sobre todo por las consecuencias para los hijos. Sin embargo, también
se acepta como un hecho.
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- Los hijos son tenidos en forma consciente y su número tiende
a ser reducido (de 2 a 3 en su media). Este hecho permite a la familia
equipar su hogar con múltiples productos industriales que dan "confort"
a la vida familiar. La televisión (varios aparatos) y el equipamiento
doméstico, con varios productos para el aseo, son característicos.
Uno o más automóviles también son indispensables.
El ideal de tener una casa propia (propiedad vertical u horizontal) es
supuestamente alcanzable para una mayoría.
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- Existe un sistema democratizante en la toma de decisiones familiares,
aunque el padre conserve teóricamente la máxima autoridad
y la madre la tenga muchas veces en la práctica. Las tareas se dividen.
La madre rara vez trabaja fuera del hogar, al menos mientras los hijos
crecen. Se dedica a labores domésticas, lo cual no le impide acompañar
a su esposo a las reuniones sociales, con amistades ligadas más
bien a su trabajo. Los hijos estudian primaria y segunda enseñanza
y acuden cada vez en mayor número a la universidad -lo mismo ellos
que ellas. En muchos casos tienen que trabajar jóvenes para independizarse
económicamente de los padres, aun antes de casarse. Esto permite
que todos los miembros de la familia puedan ampliar su capacidad de consumo
y de actividades de recreo.
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- La familia conserva su adscripción formal religiosa, asistiendo
a prácticas de culto y siguiendo una moral más o menos puritana
en teoría, y de tolerancia en la práctica, que llega hasta
la llamada forma de "matrimonio abierto".
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- Después de una etapa de socialización conjunta, los hijos
tienden a separarse entre sí a partir de sus actividades y a reducir
el tiempo de vida familiar en común. Esto mismo permite a los padres
ampliar sus relaciones sociales. Todo ello no impide la celebración
formal de la navidad y los cumpleaños, "santos", o días
de festejo familiar, que dan lugar a una extraordinaria actividad comercial
por la adquisición de regalos -símbolos del amor familiar.
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- La moda, impulsada por los medios masivos de comunicación, tiene
una influencia enorme en la vida cotidiana de los miembros de la familia,
lo cual homogeniza socialmente a todos y permite la formulación
del estereotipo familiar con alto grado de aplicación efectiva.
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- El ideal del éxito en la vida, dentro de esta concepción,
consiste en poder contar con la comodidad familiar adecuada para el descanso
y la seguridad, así como mantener una red de relaciones sociales
no adscriptivas, sino voluntarias y lograr que el jefe de la casa tenga
buena posición en el trabajo, con prestigio de "buen compañero,
hombre de bien", y positivo miembro de su familia de procreación,
más que de la de origen. Poder divertirse sanamente, en forma
regular y durante las vacaciones, es porte esencial del logro esperado,
sin que esto signifique que se le dé más importancia a la
diversión, recreo y "hobbies" que al trabajo mismo.
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- Finalmente, salirse eventualmente de lo común, forma parte de
la característica de la vida media. La familia, incluso puede ofrecer
esta oportunidad mediante paseos, relaciones personales especiales, situaciones
limitadas de conducta "desviante", logros de prestigio de
uno de sus miembros que sale del anonimato-, demostraciones parciales de
"gustos" y "creaciones" personales, etc. Con ello se
da la impresión de romper la rutina, al mismo tiempo que se mantiene
el sistema modal.
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- Como puede verse, el modelo es bastante sencillo y puede describirse
con mucho más detalle, pero siempre dentro de los lineamientos trazados.
Inclusive, países con fuertes tradiciones familiares, adoptan fácilmente
el modelo generado por el mismo sistema capitalista importado pero funcional
al interior del país, para las clases mediasaltas. México,
como país centralista, es un excelente ejemplo de esta estereotipización
familiar. Las mismas teorías y técnicas en los campos de
las ciencias sociales y de la conducta, así como en las de tipo
normativo educativas y literarias, reproducen y refuerzan el proceso de
adopción de este prototipo familiar.
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- Uno de los mejores ejemplos de esto es la mayoría de técnicas
y técnicas de psicoterapia familiar e individual es la mayoría
de teorías que se aplican en nuestros países, siguiendo implícita
o explícitamente esta línea y divulgando, a manera de conocimiento
de realidad, la existencia de este estereotipo que, independientemente
de su difusíón, no sirve para representar sino a un limitado
número de familias mexicanas.
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- Por ello, el estudio objetivo y realista de nuestra realidad familiar
requiere distinguir en la tipología plural de familias mexicanas
los fenómenos de cambio que se están viviendo realmente.
En todo caso, la adopción de este modelo de familia pequeño-burguesa,
por parte de las mayorías populares de la población mexicana-rural
y urbana-lleva implícito una serie de ambigüedades, conflictos
y crisis que es preciso saber entender y orientar, a partir de la misma
realidad y no tanto del estereotipo.
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- b) Paternidad responsable, moralidad neopuritana y aceptación
- normativa del divorcio.
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- -Paternidad responsable como prototipo ambiguo
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- La concepción de la paternidad responsable está derivada
de una más amplia captación de la moral y de su imperativo
esencial subjetivo. Pero a su vez, lleva implícita una concepción
secularizada de la función paternal: son los padres quienes tienen
que decidir cuántos, cómo y de qué forma van a procrear
a sus hijos, no sólo en su sentido biológico, sine
también en el espiritual y educativo. Por eso, la doctrina de la
paternidad responsable hace coincidir dos corrientes aparentemente diversas:
una, moderna de tipo personalista subjetiva; la otra, más tradicional
de carácter un tanto institucionalista y paternalista.
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- La fuente de divulgación de esta doctrina-al menos en México-ha
sido, al parecer, la misma Iglesia católica, a través de
un sector progresista de su cuerpo; sin embargo, su aplicación ha
tenido una connotación más bien en el campo de la planeacion
familiar y del uso de los métodos anticonceptivos.
-
- El concepto de paternidad responsable puede, de hecho, convertirse
en un estereotipo equívoco si se aplica en forma simplista como
parece hacerse frecuentemente: son irresponsables los padres que tie-nen
muchos hijos y responsables los que tienen pocos. Con esto el viene a perder
su verdadera significacion.
-
- Hay una implicacion más compleja de esta responsabilidad: ser
responsable no solamente significa no hacer o hacer a priori lo que se
cónsidera que debe evitarse o realizarse. Es decir, no se trata
de un sistema de previsión solamente. Es, más aún,
una conducta que se lleva a cabo como respuesta a los actos anteriormente
realizados. Así, se es responsable cuando se sabe asumir las consecuencias
de la propia conducta, sea cual fuere ésta. Un padre que tiene una
prole numerosa puede ser responsable cuando su conducta subsiguiente a
su procreación biológica responde a las necesidades derivadas
de esa familia numerosa. Lo propio se podría decir en el caso contrario:
un padre con pocos hijos, puede adquirir a posteriori, en muchos sentidos,
una responsabilidad cualitativa mayor como padre y ciudadano.
-
- Pero aun el es concepto más complejo. La paternidad responsable
no puede determinarse ni valuarse en términos de atribución
personal ni de familia nuclear. Una persona no sólo es responsable
según su conciencia y su capacidad individual, sino que está
también en función de lo que una sociedad y unas condiciones
sociales le pidan. La ponderación previa y la respuesta posterior
dentro de su sítuación personal, familiar y la de su sociedad,
forman un complejo circunstancial objetivo-subjetivo difícil de
evaluar.
-
- El concepto de paternidad responsable, si no quiere caerse en un prototipo
simplista, debe de ester basado en un conocimiento de las Situaciones reales
plurales y variantes, así como en el desarrollo de criterios de
evaluación moral múltiples que se puedan aplicar a los diversos
tipos de población según posición social, capacidades
y vocación circunstancial.
-
- Derivada de lo anterior, aparece la racionalidad ideológica
implícita casi siempre en la ideología de una Política
de Planificación Familiar oficial, que atribuye la "culpa"
del problema demográfico al pueblo irresponsable e ignorante. La
familia que planifica su reproducción en un sentido restrictivo
es, en cambio-en este modelo- la ideal. Es además la familia feliz,
la que progresa, la que educa mejor a sus hijos, la que da lugar a la integración
y éxito conyugal, etc. Mientras más atributos se den a la
planificación familiar como modelo de vida, más se evidencia
el carácter ideológico de esta idea, manejada como realidad
estereotípica por los promotores de los programas. Nuestra hipótesis
para una estrategia educativa y promotora al respecto es diferente: no
partir de un modelo ideal ideológico que acusa de irresponsabilidad
si no se sigue, sino de las necesidades que presentan las familias según
sus diversos tipos y situaciones reales.
-
- 1.4. La doctrina familística y la antifamilistica como ideologías.
-
- En el fondo de toda esta esterotipia y prototipia familiar se encuentra
la dialéctica doctrinal entre el familismo y el antifamilismo. El
primero exalta al máximo el valor de la familia y busca su afianzamiento.
El segundo, acusa a la familia de ser un mecanismo opresor y obsoleto.
-
- Sin embargo, la polémica no reside tanto en la argumentación
del tema en sí, sino en su utilización ideológica
como media de defender intereses en uno u otro sentido.
-
- Los familismos tradicionalistas o modernizantes han sido utilizados
por los sectores de poder para afianzar sus posiciones institucionales.
El gobierno, la jerarquía eclesiástica, los industriales
y comerciantes, los profesionales de la medicina y la psicología,
los abogados, los arquitectos, los educadores y moralistas, entre otros,
ven a la familia como una institución que les asegura su status,
si obedece a ciertos modelos de ordenamiento social.
-
- Para unos, la estructura autoritaria familiar asegura una socialización
más o menos adaptadora de las personas al sistema actual y a las
autoridades existentes. Los padres de familia son agentes de control social
frente a las nuevas generaciones. La dependencia femenina, una forma de
control y manejo de la ocupación y desocupación social, un
recurso de producción sin remuneración, un factor de control
social mediante la conservación de los intereses familiares. El
matrimonio monogámico y la moral de control sexual, sistemas que
aseguran lo anterior.
-
- Para otros, la familia es la unidad de consumo clave, así como
el interes por la vida familiar, un medio de despolitización y desconscientización
de clase o de militancia política. El mito del amor romantico en
el matrimonio y el amor familiar, una forma de asegurar dicho objetivo.
-
- La ideología antifamilística, en cambio, parece unirse
a una corriente de anarquismo anti-institucional y de rebeldía frente
al orden social. La muerte de la familia y la revolución sexual
están ligadas a la revolución social integral.
-
- Para éstos, la destrucción de los mitos de la felicidad
familiar es un objetivo clave para impulsar la idea y aspiración
a la revolución anticapitalista. La liberación de la mujer
y con ello la destrucción del tabú sexual y del mito machista
es uno de los medios claves contra la familia reaccionaria.
-
- El antifamilismo, sin embargo, en su extremo anarquista es difícilmente
utilizado por los ideólogos de izquierda, que son más bien
conservadores a este respecto. El antifamilismo llega íncluso a
coin-cidir, en muchas ocasiones, con las ideologías capitalistas
de carácter liberal-individualista. La llamada revolución
sexual se convierte en un negocio y se mercantiliza el sexo como objeto
de consumo. La- liberación femenina y la liberación de la
conducta sexual es utilizada por el mercado capitalista, de alguna manera,
así como por una le-gislación oficial y una política
que hablan de los derechos de la mu-jer como parte de su estrategia legitimación.
El divorcio, el amor libre y otras formas aparentemente negadoras de la
norma familiar tradicional coexisten y refuerzan, en muchos sentidos, a
la ídeología familística.
-
- Todas estas posturas ideológicas son observables en México
en forma incipiente, por lo que respecta al antifamilismo, y de manera
predominante, por lo que respecta al familismo, como lo analizamos al hablar
de los estereotipos. Lo cierto es que tanto en uno, como en otro caso,
se desconoce la realidad plural y compleja del fenómeno familiar,
tal cual se manifiesta en los distintos sectores de la población
mexicana.
-
- Nuestro propósito apunta precisamente en el sentido de un mayor
conocimiento de esta realidad socialmente aprehendida, para de ahí
desarrollar el análisis de su explicación concreta y global
y el de su proyección presente y futura.
-
- CAPITULO 2
-
- Panorama tipológico de las familias
- mexicanas. Análisis sociográfico
-
- 2.1. Ensayo de una clasificación de las estructuras familiares
en México.
-
- 2.2. El perfil sociográfico de una tipología plural de
la familia en México.
-
-
-
- 2.1. Ensayo de una clasificación de las estructuras familiares
en México.
-
- Llegados al punto de establecer una visión realista de la variedad
de la familia actual, partimos de un criterio de clasificación plural
de los tipos de familia según la ubicación de ésta
en las estructuras sociales y según su conformación microestructural.
-
- El primer acercamiento parte del supuesto de que la familia es una
unidad totalmente dependiente del sistema social en su conjunto y responde,
en su dinámica propia, a las condiciones enmarcantes.
-
- En el segundo acercamiento, el criterio de clasificación tipológica
está más bien referido a la estructura y composición
interna de la familia en sus elementos constitutivos básicos.
-
- Para realizar dichos acercamientos vamos a esbozar teóricamente
de manera más o menos exhaustiva y analítica las categorías
taxonómicas de la clasificación, para después sintetizar
el cuadro tipológico de las formas básicas que adopta la
estructura familiar. Hacemos entretanto un intento de cuantificación
relativa de los diversos tipos familiares, utilizando algunos de los datos
estadísticos de que disponemos.
-
- Finalmente, buscamos llegar a una síntesis de la tipología
que permita resaltar las formas que consideramos más importantes.
Estas tienen que tener diferencias, si no esenciales, al menos altamente
significativas al compararlas entre sí. Pero sobre todo, tienen
que dar una explicación de los fenómenos familiares en su
dinámica múltiple y de la conducta de sus componentes, tanto
al interior de la vida familiar, como al exterior de la misma.