EL FENOMENO FAMILIAR

EN MEXICO

 

SU ESTUDIO SOCIOLOGICO

 

LUIS LEÑERO OTERO

 

 
TERCERA PARTE
 
PANORAMA TIPOLOGICO DE LAS FAMILIAS
MEXICANAS
 
 
CAPITULO 1. ESTEREOTIPOS E IDEOLOGIA DOCTRINAL, SOBRE LA FAMILIA EN MEXICO QUE DIFICULTAN EL CONOCIMIENTO REALISTA DE LA PLURALIDAD FAMILIAR.
CAPITULO 2. PANORAMA TIPOLOGICO DE LAS FAMILIAS MEXICANAS, ANALISIS SOCIOGRAFICOS.
 
 
 
 
CAPITULO 1
 
Estereotipos e ideología doctrinal sobre la familia en México que díficultan el conocimiento realista de la pluralidad familiar
 
1.1. El fenómeno social del estereotipo aplicado a la comprensión del fenómeno familiar y a la formulación de su modelo.
 
1.2. Estereotipos tradicionales relacionados con la familia mexicana.
 
1.3. Estereotipos modernos relacionados con la familia mexicana.
 
1.4. La doctrina familística y la antifamilística como ideologías.
 
 
 
1.1. El fenómeno social del estereotipo aplicado a la comprensión del fenómeno familiar y a la formulación de su modelo.
 
La elaboración de conceptos e imágenes se lleva a cabo mediante generalizaciones frecuentemente de tipo ideológico -que encubren un interés por parte de quien lo formula- ya sea en forma consciente o subconsciente. Estrechamente ligado al está el estereotipo, que no es sino una simplificación y homogeneización de las ideas y características que se atribuye a las personas, grupos y categorías sociales.
 
El estereotipo es definido en el diccionario de sociología de H. Pratt Fairchild así: "Creencia popular, imagen o idea aceptada por un grupo, de ordinario enunciada en palabras y cargada de emoción."
 
-"Concepción simplificada e incluso caracterizada de un personaje, personalidad, de la estructura social, programa social que ocupa en nuestras mentes el lugar de imágenes exactas."
 
-"Lugar común . . . opinión predispuesta. y muy simplificada acerca del modo de ser de una persona. De ordinario se base: a) en las interpretaciones tradicionales de la aparición personal; b) en la nurmuración, y c) en el caso de figuras públicas, en informes de periódicos y otros medios de comunicación de masas."
 
Nosotros añadiríamos a estas especificaciones que el estereotipo es más bien un producto ideológico con carta de naturalización popular. Está íntimamente ligado al prototipo cultural. Es decir, crea pautas y normas de comportamiento. Es utilizado para inducir consciente o inconscientemente la conducta y conformarla a las instituciones y grupos sociales que las presuponen, dentro de su función.
 
En este sentido, la vida familiar queda íntimamente ligada a múltiples estereotipos que la propia cultura popular integra una vez generada por el sentido ideológico de quienes son sus beneficiarios.
 
La obra de Béjar, Raúl es un excelente estudio sobre la utilización y especulación que se ha hecho en torno a los estereotipos del mexicano, y en cierta forma, de la familia mexicana. En su revisión ampliamente documentada destilan notables intelectuales mexicanos representantes de la inteligencia nacional, tales como los filósofos Alfonso Caso, José Vasconcelos, Samuel Ramos, Leopoldo Zea, Emilio Uranga; Psicólogos y Psiquiatras tales como Santiago Ramírez, Francisco González Pineda, José Gómez Robleda, Aniceto Aramoni; escritores, ensayistas y novelistas como Salvador Novo, Luis Spota, Carlos Fuentes, Octavio Paz, Agustín Yáñez, Elvira Bermúdez; incluso autores extranjeros, como D. H. Lawrence, Robert Escarpit, Aldous Huxley, Arnold Toynbee, Luis Cernuda, Oscar Lewis, etc., que se han ocupado de este fenómeno.
 
Con notables excepciones y sin dejar de haber entre todos ellos valiosas aportaciones al del mexicano y de su vida familiar, Béjar concluye que en casi todos estos trabajos existe una tendencia generalizante con débil sistematización científica y falta de representatividad en la investigación empírica, en la que suele confundirse el estereotipo con el tipo real. Más aún, en pocos casos se matiza el típico que se busca plantear, con una tipología diversificante y relativizante que permitiría analizar el fenómeno real que pretende describirse con precisión científica.
 
Pero mencionemos algunos de los estereotipos íntimamente ligados a la caracterización mítica de la familia mexicana.
 
Distinguimos, en primer lugar, dos clases de estereotipos: los que podríamos identificar como tradicionales derivados de concepciones generadas durante los últimos siglos y los estereotipos que, por contraposición, podemos llamar "modernos", desarrollados en la actualidad en torno al concepto ideal que se tiene de la familia mexicana actual.
 
Vamos a hacer un breve recorrido a estos estereotipos, para resaltar su carácter ideológico de concepción generalizante asistemática, y con ello diferenciarlos de la tipología real que estudiaremos después.
 
1.2. Estereotipos tradicionales relacionados con la familia mexicano.
 
a) "Machismo" y su correlativo "Maternalismo".
 
Ha sido ya altamente tratado por diversos autores, moralistas y educadores. Se trata de uno de los estereotipos de más fuerte arraigo, pues puede decirse que perdura en la realidad con rasgos muy caractrísticos, lo cual reafirma su vigencia.
 
Sin embargo, tanto al nivel de la expresión popular, como al de una gran cantidad de estudios pseudocientíficos y literarios, la idea del machismo ha sido un lugar común cuando se ha tratado de describir el carácter del mexicano y del "latino" en general. En esta perspectiva, un grave error se suele presentar, pues además de que el machismo puede adquirir múltiples formas y grados, según el tiempo, lugar y grupo a que se refiera en concreto, comúnmente se suele confundir el patrón ideal de conducta "machista" como norma más o menos vigente y aceptada-con la conducta realmente vivida.
 
Por lo que se refiere a la concepción machista aparecida en la expresión popular, existen múltiples manifestaciones de ésta a través de refranes, canciones y especialmente de los tradicionales "corridos", que reflejan una forma auténtica de lo popular desde la época colonial de la Nueva España, hasta otros recientemente populares, tales como el de "Juan Charrasqueado". En éste se describe al "héroe" como valiente, arriesgado en el amor, raptador de las mujeres más bonitas de la región, burlador y violador de todas, y portador de machete y cuchillo; borracho, parrandero y jugador... También se ha difundido nacional e internacionalmente un estereotipo del mexicano "macho", encarnado por artistas cinematográficos de gran éxito, tales como Jorge Negrete, Pedro Infante y después, por una gran cantidad de imitadores. En todos ellos el héroe aparece como valiente, enamorador, prepotente;
 
Parece ser que ese machismo popular tuvo una gran relación con el fenómeno de la Revolución Mexicana (1910-1930) por las características propias de un período de lucha violenta en donde la relación humana tenía rasgos más bien patológicos. A medida que los años van pasando, el conflicto revoucionario queda atras y la expresión popular más urbanizada y más industrializada en sus formas de manifestación, va buscando nuevas referencias descriptivas del carácter del hombre y la mujer, dentro de una perspectiva más cosmopolita y menos nacionalista. Es notable la tendencia cada vez mayor a la difusión de canciones internacionales, e incluso nacionales, de autores y con temas propiamente urbanos, o de reivindicación social frente a los poderosos.
 
Existe, por otra parte, como ya lo apuntábamos, una fuerte corriente de difusión del estereotipo machista, con iguales rasgos de confusión entre el patrón de conducta y la conducta de la población. También al nivel de los estudiosos de la conducta humana ha aparecido, desde hace varios años, el machismo como pretendida realidad de la vida del mexicano: Samuel Ramos, Santiago Ramírez, Francisco González Pineda, Aniceto Aramoni, Octavio Paz, Elvira Bermúdez para mencionar algunos solamente.
 
Su descripción del estereotipo es real y profunda casi siempre, pero puede resultar equívoca si se entiende que describen la realidad misma del mexicano y no explican los rasgos ideológicos de los patrones de conducta enfatizados en el estereotipo y en el mito. ¿A qué se debe, quién lo crea y a quién beneficia?
 
Lo mismo sucede con el estereotipo correlativo de la mujer abnegada y la maternidad femenina como caracterización idealizada de la contrapartida machista. Una vez exaltado el hombre macho, hay que dignificar a la víctima y a la institución familiar que la justifica.
 
La "maternidad santa" es su premio estereotípico. En torno a él se borda una personalidad ideal de sumisión, entrega, constancia, lealtad, sacrificio, valor de la fertilidad, ideal hogareño, etc. Con ello se consigue hermanar el estereotipo machista con el rol de la sumisión femenina y compensarlo con una supuesta gratificación moral.
 
Sin embargo, los datos que nos brindan investigadores empíricos recientes nos permiten diferenciar el estereotipo del perfil real de la actual mujer mexicana.
 
En su obra Hacia dónde va la mujer mexicana Ma. del Carmen Elu de L; desarrolla este tema. Resalta, en su estudio de cerca de 2,500 parejas mexicanas de diversas clases sociales y en las diversas zonas rurales y urbanas del país, el hecho de que la actual mujer mexicana no responde, al menos en la medida en que lo establece el estereotipo, al patrón de madre abnegada, resignada y abandonada, no soporta pasivamente su deber sexual de esposa y no es totalmente dependiente en las decisiones de su vida familiar y personal
 
Efectivamente, la distribución de tareas en el hogar no sigue ya tan claramente la tradicional división de labores según el sexo. Un 20 por ciento de hombres dicen realizar labores domésticas; un 63 por ciento interviene normalmente en actividades de atención y cuidado de los hijos; a su vez, en la autoridad y toma de decisiones de la familia, la mujer dice participar en un 65 por ciento referente a tener o no más hijos; Un 69 por ciento interviene en la selección de médicos; 60 por ciento en el castigo que debe imponerse a los hijos; 65 por ciento en la escuela para éstos; 60 por ciento en la forma de distribuir el presupuesto familiar; 51 por ciento en la compra de bien inmueble o mueble más importante; 55 por ciento en la selección del lugar dónde vivir.
 
Por lo anterior podemos delinear en alguna medida la relativizacion del estereotipo tradicional machismo y maternalismo sumiso y abnegado. De cualquier manera, es preciso reconocer que se mantienen rasgos del estereotipo en grados y en un gran número de familias mexicanas. Se hace preciso un estudio más profundo del tema con la finalidad de descubrir las variaciones y los cambios y medir la magnitud de una tipología plural, al repecto. Y en todo esto, descubrir, por ejemplo, la dinámica de cambio dentro del conflicto latente o manifiesto de la relacíón entre los sexos.
 
b) Otros estereotipos tradicionales.
 
Tradicionalmente se considera que los lazos de parentesco son la base de la seguridad y el canal natural para la socialización de la persona. La familia es, por lo tanto, dentro del estereotipo y en su amplia connotación, la unidad básica del individuo, sobre todo de la mujer.
 
A partir de esta concepción, derivada de hecho de una situación social y de la falta de una seguridad social institucionalizada, el estereotipo derivado hace referencia a una familia mexicana unida a través de los lazos de parentesco que; por adscripción, representan la relación social básica del individuo. Que el estereotipo plantee un prototipo ideal-independientemente de su adecuación o no a la vida actual, sobre todo en las ciudades-no quiere decir que la realidad obedezca a esta misma concepción.
 
En una investigación hecha por el IMES en poblados rurales cercanos a una ciudad industrial fundada hace pocos años en una área netamente agrícola tradicional, Ciudad Sahagún, la población entrevistada: 500 hombres entre campesinos; obreros -viviendo aún en sus pueblos rurales-y de diversas ocupaciones tales como artesanos, comerciantes y otros servicios, afirmó, sólo en un 39 por ciento, por ejemplo, que para obtener una cantidad de dinero de relativa cuantía recurría a sus parientes. A su vez, de 240 mujeres entrevistadas, dijeron un 50 por ciento que ordinariamente se puede y se debe esperar ayuda económica de los parientes. La otra mitad abrió diversas posibilidades de obtención de esa ayuda.
 
Sí existe, por lo tanto, una limitación a la establecida en el estereotipo, acerca de la seguridad que brinda la familia en los medios rurales. Esto refleja situaciones sociales muy claras: relatividad de los lazos familiares para proporcionar la seguridad que podría esperarse de ella, aunque al mismo tiempo, incapacidad del sistema social para dar seguridad a las familias populares.
 
Muchas veces, el fenómeno de movilidad social experimentado, sobre todo el de la migración, separa a los parientes y limita su influencia, o bien, se basa precisamente en la aproximación a un familiar anteriormente emigrado a la ciudad, que le pueda dar la oportunidad de subsistir en base a un tipo de familia semiextensa que contradice al conyugal nuclear de origen.
 
Hay, por lo tanto, rasgos del estereatipo que permiten considerar su vigencia relativa. Por ejemplo, ante la pregunta de qué es lo que considera más importante en la vida, el 46 por ciento de los hombres puso en primer término a su familia, el 32 por ciento a su patria y el 13 por ciento a su religión.
 
Esto obedece sin duda a un fenómeno social que el estereotipo refleja con su carácter ideológico: "no esperes beneficios del sistema social (capitalista o precapitalista semifeudal). Son los parientes los que te sacan de apuro". Esto último bien sabemos es muy relativo aunque dada la situación de muchos es el único modo de sobrevivencia.
 
Estudios hechos en zonas suburbanas en la ciudad de México resaltan la importancia que cobran las relaciones de parentesco en dichos ambientes sobre todo tratándose de recientes inmigrantes.
 
¿Hasta qué punto podría decirse lo mismo en familias de clase media y alto? Parece ser que un patrón diverso de conducta suele desarrollarse en relación a la solidaridad del parentesco consanguíneo. El estereotipo habrá que relativizarlo como descripción de realidad de la familia mexicana.
 
Está casi virgen este tema de análisis realista sobre las familias mexicanas. ¿Hasta qué punto, por ejemplo, los lazos de parentesco dan lugar a una dinámica conflictiva más que a una de cooperación; o mejor aún ¿cuáles son las dimensiones de integración parental y cuáles de desintegración?; ¿qué tipología familiar múltiple se desprende de este fenómeno sociológico?; ¿a qué obedece la parentela en un sistema capitalista urbana y a qué en un media rural?
 
No puede negarse la importancia que ha tenido para la familia mexicana la concepción sacralista derivada de la cultura tradicional religiosa.
 
Efectivamente, ligada a esta concepción sacral de la familia se ha desarrollado un prototipo de lo que debe ser una familia católica, y concomitante a ello, se ha podido crear un estereotipo más o menos ideal de lo que es la familia mexicana como "unidad santa" donde se conservan "las más limpias tradiciones del país".
 
Esta concepción prototípica y estereotípica de la "familia santa" existente en México por acción principal de la Iglesia institucional, ha dado lugar a un mito que ha impedido lograr un conocimiento realista de lo que de hecho es la familia mexicana. E1 interés de control por parte de la Iglesia jerárquica ha prevalecido todavía frente al interés científico del conocimiento de la realidad.
 
La tipología tradicional de los valores característicos de una cultura que exalta la concepción familística íntimamente ligada a una concepción religiosa ha sido, paradójicamente, una barrera para reeducar, sobre una base realista, a las nuevas generaciones. Efectivamente, esto ha impedido el sano juicio crítico sobre la familia de origen y sobre los propios padres, y sus intereses, por considerar que todo ello representa algo sagrado que no puede ser tocado. E1 resultado ha sido que los hijos repitan los mismos errores que sus padres, sobre la base de que su comportamiento familiar, como padres de familia, está a su vez protegido por el toque sagrado de su función. Sucede analógicamente lo que pasó con la concepción sacral del rey que se consideraba investido de poderes divinos y fuera de cualquier crítica por parte de los súbditos. El rey no tenía ante ellos ninguna responsabilidad sujeta a los juicios humanos. Pero la desacralización del poder político transformó de hecho la estructura del Estado en forma radical.
 
Podría pensarse lo mismo de la familia sujeta al proceso de secularización que vive la sociedad entera. Pero el estereotipo de la familia sagrada no reconoce este hecho fácilmente y confunde una aspiración tradicional con una realidad social lejana a dicho modelo.
 
Algunos de los elementos prototípicos comprendidos en esta concepción sacral son los siguientes:
 
--"Lo que Dios ha unido, nadie lo puede separar."
 
Siguiendo esta sentencia normativa, se suele decir que la familia mexicana es una familia en la cual la unión matrimonial es altamente sólida y rechaza la concepción "antirreligiosa" del divorcio. Se acepta comúnmente que existen-como hecho, aunque no como derecho-, por parte del hombre, relaciones extramaritales pero se afirma que eso no impide la perpetuación del vínculo marital establecido por Dios.
 
Un estudio empírico podría mostrar además de los datos oficiales de los censos-que dan un 15 por ciento de mujeres del total de jefes de familia, entre las cuales se encuentra un elevado porcentaje de mujeres abandonadas-que existe, de hecho, un mayor número de familias en los cuales el vínculo matrimonial no se ha mantenido. Más aún, resulta importante demostrar objetivamente cómo la indisolubilidad y fidelidad matrimonial acorde al prototipo sacral matrimonial es sumamente débil en calidad y relativamente limitado en la cantidad de parejas mexicanas.
 
El ideal utópico de santidad matrimonial como patrimonio religioso es limitado en la vida real aunque no en la concepción estereotipica de la familia mexicana. Una situación de hipocresía social se deriva de este hecho, pero sobretodo, una actitud de inmadurez psicológica está en el centro de esta problemática.
 
En primer lugar, el sistema de cortejo y selección de pareja obedece ya a un patrón de conducta teóricamente secular y personalista, en contraste con la pauta tradicional que daba a los padres, sacerdotes y parientes-como representantes de la autoridad divina-un papel decisivo en la concertación de los matrimonios. Pero sucede que los jóvenes actuales, quienes pueden ya escoger "libremente" su pareja, no reciben de hecho una formación adecuada para saber tomar una decisión responsable que se sigue considerando sagrada y definitiva.
 
El contraste entre esta sacralización y las consecuencias de una decisión tomada en forma inmadura e insegura-hecha sobre factores circunstanciales fortuitos y sobre impulsos afectivos propios de adolescente-resulta sumamente fuerte. Mientras el criterio sacral persista, la conducta principalmente de la mujer tiene que reproducir otros patrones prototípicos tradicionales también sacralizados: abnegación, maternidad, sumisión al hombre, etc. Con ello, el equilibria externo se mantiene dentro del estereotipo de "familia santa", aunque con el costo de esta sumisión y abnegación.
 
Pero al llegar el proceso de secularización y producir la desacralizacion del vuínculo matrimonial se adquiere una dimensión humana que hace sentir que la responsabilidad de la unión conyugal es obra de la voluntad personal y no de la de Dios, o al menos primordialmente la acción humana. El prototipo unívoco de familia, sancionado con un criterio sacral, desaparece y da lugar a una pluralidad de pautas de conducta. Los conflictos latentes o reales que existen en el seno familiar salen entonces a luz sin la inhibición de lo sagrado y se pueden reconocer diversos tipos reales de familia, ya sin el peso de la sanción divina.
 
Obras como la de Oscar Lewis, en las que se describe abiertamente esta aparente incoherencia entre el estereotipo sacral familiar y la situación real lejana a ese modelo, no dejan de provocar todavía un escándalo y un cierto recelo al reconocer que un amplísimo sector de la población-no sólo en los estratos populares-viva, de hecho, fuera del estereotipo de "familia santa".
 
-Tener "los hijos que Dios mande"
 
Otro de los elementos característicos del estereotípo sacral familiar es la afirmación de que la procreación debe responder a la voluntad divina: "los hijos que Dios mande". Se dice, en el prototipo, que Dios bendice a las familias numerosas y que "cada hijo nace con su torte", indicando con esto que la Providencia Divina está presente cuando la familia acata la voluntad de Dios. Se dice, a su vez, que la familia mexicana responde en verdad a esta concepción sacralizada. Sin embargo, si profundizamos un poco en la realidad empírica nos encontramos que se trata de un estereotipo y no de un hecho verdadero. La referencia sacralista dentro de la fecundidad abundante se convierte casi siempre en una racionalización tradicional que encubre más bien una situación de ignorancia o de reacción vital, por parte de quien aduce el estereotipo como patrón de conducta de sumisión religiosa-antes también de tipo convencional-.
 
Nuestros estudios empíricos demuestran que existe una correlación significativa entre educación y rechazo de la fórmula "tener los hijos que Dios mande" enunciada en forma pasiva. A mayor educación y conocimiento de métodos anticonceptivos, mayor conducta de regulación de la fecundidad y menor número de hijos no deseados.
 
Lo anterior significa que el proceso de secularización es irreversible en esta dimensión providencialista pasiva. La procreación está siendo vista cada vez más como un acto volitivo, de responsabilidad personal y social, y no como una consecuencia sagrada del respeto a una ley natural también sacralizada, fuera del alcance del hombre.
 
Estudiar objetivamente cómo se da esta diversificación de tipos familiares a partir de la conducta más o menos secularizada en este campo, vendrá a relativizar la vigencia del estereotipo de familia sacralizada mexicana.
 
El que aun una mayoría de parejas mexicanas contraigan matrimonio religioso y sigan ciertas prácticas religiosas y de culto, no significa, de hecho, que actúen apegados al sentido del ideal de familia religiosa, ni menos aun que reflejen en la práctica una conducta cristiana.
 
1.3. Estereotipos modernos relacionados con la familia mexicana.
 
Pero no solamente en la cultura tradicional se generan estereotipos ideológicos. Las clases elitarias de la vida moderna y los medios masivos de comunicación a su servicio crean también formas conceptuales equívocas de identificación de la realidad social. Se generalizan, con la misma o con mayor superficialidad, a través de "slogans" difundidos por los medios masivos de comunicación y por una subcultura pseudocientífica, imágenes falsas de lo que está sucediendo y de las características que tienen las instituciones, los grupos y las personas.
 
La familia, dentro de esta ideología modernizante-siempre difícil de delinear debido a su mezcla con culturas tradicionales- queda también, por lo tanto, implicada en estas tendencias estereotípicas. Una de las principales fuentes de valoración de esta corriente es, sin duda, la cultura "media" norteamericana que llega al país a través de diversos canales de comunicación, influyendo grandemente en la concepción e identificación de nuestra propia realidad. Sin embargo, son los propósitos ideológicos de quienes sustentan y dirigen el sistema quienes favorecen con aparente intención altruista estos estereotipos.
 
a) Estereotipo de "familia pequeño-barguesa".
 
La sociedad de consumo masivo ha tenido como base de su desarrollo a un prototipo de familia de clase media que viene siendo la unidad del consumo masivo por antonomasia.
 
La industrialización, la comercialización, la publicidad, la prestación de servicios profesionales y públicos, e incluso la propaganda política de democracia liberal, está basada en la familia de clase media como centro y objetivo de sus acciones. Unido a ellos se encuentra todo un sistema institucional moral, religioso y político que refuerza de manera inequívoca la creación de un tipo de familia "standard", con creciente capacidad de consumo y de intereses para apoyar todo el sistema de economía capitalista.
 
En forma consciente o inconsciente-por aquello de la enajenación unidimensional de la que habla Marcuse y muchos otros autores contemporáneos aparece todo un proceso de generación estereotípica para demostrar que la vida ordinaria moderna está representada por el tipo de vida familiar pequeño-burguesa. Esta familia permite a los individuos adaptarse y desarrollarse con posibilidades de éxito -o al menos con altas probabilidades estadísticas de ser personas "normales", satisfechas de su vida de consumo- dentro de la sociedad moderna.
 
Programas cotidianos de televisión y radio; películas y obras de teatro; novelas, manuales de orientación; artículos, noticias y reportajes de la prensa; doctrinas religiosas y morales; reuniones públicas y privadas; investigaciones sociales y todo un sistema de salud y asistencia psicosocial están orientados en forma coincidente para reproducir la imagen de vida familiar propia de la clase media norteamericana.
 
El modelo-que a su vez se convierte en estereotipo pues acaba por presentarse como un hecho supuestamente generalizado y único- es más o menos el siguiente:
 
La familia constituida por el padre, la madre y los hijos (familia nuclear conyugal). Los padres están casados por las dos leyes civil y religiosa-y al hacerlo así, por amor, se separaron de sus respectivas familias de origen y constituyen la suya en forma autónoma. Su matrimonio es concebido dentro de un sistema monogámico que se considera intrínsecamente natural. Sus relaciones maritales están basadas en la fidelidad recíproca-aunque se acepte tolerantemente las relaciones extramaritales, al menos para él. El divorcio es vista como un fracaso y no es deseable, sobre todo por las consecuencias para los hijos. Sin embargo, también se acepta como un hecho.
 
Los hijos son tenidos en forma consciente y su número tiende a ser reducido (de 2 a 3 en su media). Este hecho permite a la familia equipar su hogar con múltiples productos industriales que dan "confort" a la vida familiar. La televisión (varios aparatos) y el equipamiento doméstico, con varios productos para el aseo, son característicos. Uno o más automóviles también son indispensables. El ideal de tener una casa propia (propiedad vertical u horizontal) es supuestamente alcanzable para una mayoría.
 
Existe un sistema democratizante en la toma de decisiones familiares, aunque el padre conserve teóricamente la máxima autoridad y la madre la tenga muchas veces en la práctica. Las tareas se dividen. La madre rara vez trabaja fuera del hogar, al menos mientras los hijos crecen. Se dedica a labores domésticas, lo cual no le impide acompañar a su esposo a las reuniones sociales, con amistades ligadas más bien a su trabajo. Los hijos estudian primaria y segunda enseñanza y acuden cada vez en mayor número a la universidad -lo mismo ellos que ellas. En muchos casos tienen que trabajar jóvenes para independizarse económicamente de los padres, aun antes de casarse. Esto permite que todos los miembros de la familia puedan ampliar su capacidad de consumo y de actividades de recreo.
 
La familia conserva su adscripción formal religiosa, asistiendo a prácticas de culto y siguiendo una moral más o menos puritana en teoría, y de tolerancia en la práctica, que llega hasta la llamada forma de "matrimonio abierto".
 
Después de una etapa de socialización conjunta, los hijos tienden a separarse entre sí a partir de sus actividades y a reducir el tiempo de vida familiar en común. Esto mismo permite a los padres ampliar sus relaciones sociales. Todo ello no impide la celebración formal de la navidad y los cumpleaños, "santos", o días de festejo familiar, que dan lugar a una extraordinaria actividad comercial por la adquisición de regalos -símbolos del amor familiar.
 
La moda, impulsada por los medios masivos de comunicación, tiene una influencia enorme en la vida cotidiana de los miembros de la familia, lo cual homogeniza socialmente a todos y permite la formulación del estereotipo familiar con alto grado de aplicación efectiva.
 
El ideal del éxito en la vida, dentro de esta concepción, consiste en poder contar con la comodidad familiar adecuada para el descanso y la seguridad, así como mantener una red de relaciones sociales no adscriptivas, sino voluntarias y lograr que el jefe de la casa tenga buena posición en el trabajo, con prestigio de "buen compañero, hombre de bien", y positivo miembro de su familia de procreación, más que de la de origen. Poder divertirse sanamente, en forma regular y durante las vacaciones, es porte esencial del logro esperado, sin que esto signifique que se le dé más importancia a la diversión, recreo y "hobbies" que al trabajo mismo.
 
Finalmente, salirse eventualmente de lo común, forma parte de la característica de la vida media. La familia, incluso puede ofrecer esta oportunidad mediante paseos, relaciones personales especiales, situaciones limitadas de conducta "desviante", logros de prestigio de uno de sus miembros que sale del anonimato-, demostraciones parciales de "gustos" y "creaciones" personales, etc. Con ello se da la impresión de romper la rutina, al mismo tiempo que se mantiene el sistema modal.
 
Como puede verse, el modelo es bastante sencillo y puede describirse con mucho más detalle, pero siempre dentro de los lineamientos trazados. Inclusive, países con fuertes tradiciones familiares, adoptan fácilmente el modelo generado por el mismo sistema capitalista importado pero funcional al interior del país, para las clases mediasaltas. México, como país centralista, es un excelente ejemplo de esta estereotipización familiar. Las mismas teorías y técnicas en los campos de las ciencias sociales y de la conducta, así como en las de tipo normativo educativas y literarias, reproducen y refuerzan el proceso de adopción de este prototipo familiar.
 
Uno de los mejores ejemplos de esto es la mayoría de técnicas y técnicas de psicoterapia familiar e individual es la mayoría de teorías que se aplican en nuestros países, siguiendo implícita o explícitamente esta línea y divulgando, a manera de conocimiento de realidad, la existencia de este estereotipo que, independientemente de su difusíón, no sirve para representar sino a un limitado número de familias mexicanas.
 
Por ello, el estudio objetivo y realista de nuestra realidad familiar requiere distinguir en la tipología plural de familias mexicanas los fenómenos de cambio que se están viviendo realmente. En todo caso, la adopción de este modelo de familia pequeño-burguesa, por parte de las mayorías populares de la población mexicana-rural y urbana-lleva implícito una serie de ambigüedades, conflictos y crisis que es preciso saber entender y orientar, a partir de la misma realidad y no tanto del estereotipo.
 
b) Paternidad responsable, moralidad neopuritana y aceptación
normativa del divorcio.
 
-Paternidad responsable como prototipo ambiguo
 
La concepción de la paternidad responsable está derivada de una más amplia captación de la moral y de su imperativo esencial subjetivo. Pero a su vez, lleva implícita una concepción secularizada de la función paternal: son los padres quienes tienen que decidir cuántos, cómo y de qué forma van a procrear a sus hijos, no sólo en su sentido biológico, sine también en el espiritual y educativo. Por eso, la doctrina de la paternidad responsable hace coincidir dos corrientes aparentemente diversas: una, moderna de tipo personalista subjetiva; la otra, más tradicional de carácter un tanto institucionalista y paternalista.
 
La fuente de divulgación de esta doctrina-al menos en México-ha sido, al parecer, la misma Iglesia católica, a través de un sector progresista de su cuerpo; sin embargo, su aplicación ha tenido una connotación más bien en el campo de la planeacion familiar y del uso de los métodos anticonceptivos.
 
El concepto de paternidad responsable puede, de hecho, convertirse en un estereotipo equívoco si se aplica en forma simplista como parece hacerse frecuentemente: son irresponsables los padres que tie-nen muchos hijos y responsables los que tienen pocos. Con esto el viene a perder su verdadera significacion.
 
Hay una implicacion más compleja de esta responsabilidad: ser responsable no solamente significa no hacer o hacer a priori lo que se cónsidera que debe evitarse o realizarse. Es decir, no se trata de un sistema de previsión solamente. Es, más aún, una conducta que se lleva a cabo como respuesta a los actos anteriormente realizados. Así, se es responsable cuando se sabe asumir las consecuencias de la propia conducta, sea cual fuere ésta. Un padre que tiene una prole numerosa puede ser responsable cuando su conducta subsiguiente a su procreación biológica responde a las necesidades derivadas de esa familia numerosa. Lo propio se podría decir en el caso contrario: un padre con pocos hijos, puede adquirir a posteriori, en muchos sentidos, una responsabilidad cualitativa mayor como padre y ciudadano.
 
Pero aun el es concepto más complejo. La paternidad responsable no puede determinarse ni valuarse en términos de atribución personal ni de familia nuclear. Una persona no sólo es responsable según su conciencia y su capacidad individual, sino que está también en función de lo que una sociedad y unas condiciones sociales le pidan. La ponderación previa y la respuesta posterior dentro de su sítuación personal, familiar y la de su sociedad, forman un complejo circunstancial objetivo-subjetivo difícil de evaluar.
 
El concepto de paternidad responsable, si no quiere caerse en un prototipo simplista, debe de ester basado en un conocimiento de las Situaciones reales plurales y variantes, así como en el desarrollo de criterios de evaluación moral múltiples que se puedan aplicar a los diversos tipos de población según posición social, capacidades y vocación circunstancial.
 
Derivada de lo anterior, aparece la racionalidad ideológica implícita casi siempre en la ideología de una Política de Planificación Familiar oficial, que atribuye la "culpa" del problema demográfico al pueblo irresponsable e ignorante. La familia que planifica su reproducción en un sentido restrictivo es, en cambio-en este modelo- la ideal. Es además la familia feliz, la que progresa, la que educa mejor a sus hijos, la que da lugar a la integración y éxito conyugal, etc. Mientras más atributos se den a la planificación familiar como modelo de vida, más se evidencia el carácter ideológico de esta idea, manejada como realidad estereotípica por los promotores de los programas. Nuestra hipótesis para una estrategia educativa y promotora al respecto es diferente: no partir de un modelo ideal ideológico que acusa de irresponsabilidad si no se sigue, sino de las necesidades que presentan las familias según sus diversos tipos y situaciones reales.
 
1.4. La doctrina familística y la antifamilistica como ideologías.
 
En el fondo de toda esta esterotipia y prototipia familiar se encuentra la dialéctica doctrinal entre el familismo y el antifamilismo. El primero exalta al máximo el valor de la familia y busca su afianzamiento. El segundo, acusa a la familia de ser un mecanismo opresor y obsoleto.
 
Sin embargo, la polémica no reside tanto en la argumentación del tema en sí, sino en su utilización ideológica como media de defender intereses en uno u otro sentido.
 
Los familismos tradicionalistas o modernizantes han sido utilizados por los sectores de poder para afianzar sus posiciones institucionales. El gobierno, la jerarquía eclesiástica, los industriales y comerciantes, los profesionales de la medicina y la psicología, los abogados, los arquitectos, los educadores y moralistas, entre otros, ven a la familia como una institución que les asegura su status, si obedece a ciertos modelos de ordenamiento social.
 
Para unos, la estructura autoritaria familiar asegura una socialización más o menos adaptadora de las personas al sistema actual y a las autoridades existentes. Los padres de familia son agentes de control social frente a las nuevas generaciones. La dependencia femenina, una forma de control y manejo de la ocupación y desocupación social, un recurso de producción sin remuneración, un factor de control social mediante la conservación de los intereses familiares. El matrimonio monogámico y la moral de control sexual, sistemas que aseguran lo anterior.
 
Para otros, la familia es la unidad de consumo clave, así como el interes por la vida familiar, un medio de despolitización y desconscientización de clase o de militancia política. El mito del amor romantico en el matrimonio y el amor familiar, una forma de asegurar dicho objetivo.
 
La ideología antifamilística, en cambio, parece unirse a una corriente de anarquismo anti-institucional y de rebeldía frente al orden social. La muerte de la familia y la revolución sexual están ligadas a la revolución social integral.
 
Para éstos, la destrucción de los mitos de la felicidad familiar es un objetivo clave para impulsar la idea y aspiración a la revolución anticapitalista. La liberación de la mujer y con ello la destrucción del tabú sexual y del mito machista es uno de los medios claves contra la familia reaccionaria.
 
El antifamilismo, sin embargo, en su extremo anarquista es difícilmente utilizado por los ideólogos de izquierda, que son más bien conservadores a este respecto. El antifamilismo llega íncluso a coin-cidir, en muchas ocasiones, con las ideologías capitalistas de carácter liberal-individualista. La llamada revolución sexual se convierte en un negocio y se mercantiliza el sexo como objeto de consumo. La- liberación femenina y la liberación de la conducta sexual es utilizada por el mercado capitalista, de alguna manera, así como por una le-gislación oficial y una política que hablan de los derechos de la mu-jer como parte de su estrategia legitimación. El divorcio, el amor libre y otras formas aparentemente negadoras de la norma familiar tradicional coexisten y refuerzan, en muchos sentidos, a la ídeología familística.
 
Todas estas posturas ideológicas son observables en México en forma incipiente, por lo que respecta al antifamilismo, y de manera predominante, por lo que respecta al familismo, como lo analizamos al hablar de los estereotipos. Lo cierto es que tanto en uno, como en otro caso, se desconoce la realidad plural y compleja del fenómeno familiar, tal cual se manifiesta en los distintos sectores de la población mexicana.
 
Nuestro propósito apunta precisamente en el sentido de un mayor conocimiento de esta realidad socialmente aprehendida, para de ahí desarrollar el análisis de su explicación concreta y global y el de su proyección presente y futura.
 
CAPITULO 2
 
Panorama tipológico de las familias
mexicanas. Análisis sociográfico
 
2.1. Ensayo de una clasificación de las estructuras familiares en México.
 
2.2. El perfil sociográfico de una tipología plural de la familia en México.
 
 
 
2.1. Ensayo de una clasificación de las estructuras familiares en México.
 
Llegados al punto de establecer una visión realista de la variedad de la familia actual, partimos de un criterio de clasificación plural de los tipos de familia según la ubicación de ésta en las estructuras sociales y según su conformación microestructural.
 
El primer acercamiento parte del supuesto de que la familia es una unidad totalmente dependiente del sistema social en su conjunto y responde, en su dinámica propia, a las condiciones enmarcantes.
 
En el segundo acercamiento, el criterio de clasificación tipológica está más bien referido a la estructura y composición interna de la familia en sus elementos constitutivos básicos.
 
Para realizar dichos acercamientos vamos a esbozar teóricamente de manera más o menos exhaustiva y analítica las categorías taxonómicas de la clasificación, para después sintetizar el cuadro tipológico de las formas básicas que adopta la estructura familiar. Hacemos entretanto un intento de cuantificación relativa de los diversos tipos familiares, utilizando algunos de los datos estadísticos de que disponemos.
 
Finalmente, buscamos llegar a una síntesis de la tipología que permita resaltar las formas que consideramos más importantes. Estas tienen que tener diferencias, si no esenciales, al menos altamente significativas al compararlas entre sí. Pero sobre todo, tienen que dar una explicación de los fenómenos familiares en su dinámica múltiple y de la conducta de sus componentes, tanto al interior de la vida familiar, como al exterior de la misma.
 
He aquí primeramente la relación de categorías factibles de la tipología por establecer.
 
A. Tipologia familiar según el marco social estructural de pertenencia.
 
Podemos mencionar tres clases de factores macroestructurales que dan lugar a una divérsidad significativa de tipos familiares.
 
a) Tipología según la ubicación geosocial regional, local y habitacional de residencia de la familia:
 
-Familias según regiones del país.
-Familias según tamaño y densidad de las localidades en que se encuentran (ciudad, pueblo, barrio o colonia).
-Familias según el vecinal y habitacional de la misma (servicios e infraestructura habitacional, redes de relación y comunicación vecinal).
 
b) Tipos de familias según la cultura o subcultura de las comunidades a las que pertenece.
 
-Familias de subcultura marginal folk o de grupo indígena más o menos mestizado y con relativo contacto con otras comunidades regionales o nacionales.
-Familias de comunidad "tradicional" típicamente rural, más o menos integrada zonal o regionalmente.
-Familias de subcultura ambivalente ubicadas en pueblos, ciudades rururbanas y medias, así como en suburbios de grandes ciudades.
-Familias de subcultura urbana más o menos industrializada y cosmopolita.
 
c) Tipos de familias según la pertenencia a una clase social determinada o a una estratificación socioeconómica mixta, de acuerdo a su ubicación en el sistema de producción, de distribucion y del consumo en el país.
 
-Familias de clases populares marginadas subproletarias, a nivel de subsistencia, totalmente precaria.
+ Rurales campesinas.
+ Suburbanas.
-Familias de estratos populares proletarios, dependientes en su actividad económica, con un nivel de sobrevivencia básica y con participación más o menos estable en la fuerza de trabajo industrial y de servicios.
-Familias de pequeña o mediana burguesía, o pertenecientes a los llamados estratos "medios", participantes en la actividad económica: desde el nivel de consumo básico al suntuario.
+ Rurales
+ Urbanos.
-Familias de estratos elitarios de dominio, con un nivel de alto consumo y necesidades suntuarias ilimitadas: alta burguesía.
 
Evidentemente existe un cruce de categorías (a, b ó c) que hacen aún más complejo el panorama tipológico, pues aunque pueda haber una predominante coincidencia entre los tipos de una categoría con los de la otra, esta coincidencia no es necesariamente identificación entre las categorías de un criterio con las de los otros.
 
De cualquier manera, la tercer categoría es la que integra mayormente los aspectos sustantivo de la ubicación social de la familia, delineando así un perfil fundamental, centro de nuestro interés. Por ello, la tomaremos en la síntesis como criterio- preferente de nuestra tipología familiar.
 
Esta tipología derivada de las categorías anteriores es totalmente significativa para el conocimiento y caracterización de la pluralidad familiar existente, a partir de los enmarcamientos sociales de referencia. La cuantificación y la cualificación de dichos tipos, aún en sus más amplias estimaciones, nos permiten percibir diferencias altamente significativas que nos llevan a hablar objetivamente de "familias mexicanas" en lugar de "la familia mexicana".
 
B. Tipología familiar según la estructura componente de la unidad doméstica.
 
a) Clasificación tipológica según el sistema orgánico que rige a las relaciones básicas de los integrantes de la unidad doméstica.
 
-Familias de predominante estructura consanguínea sobre la relación conyugal.
-Familias de predominante estructura conyugal sobre la relación consanguínea.
-Familia de estructura mixta, más o menos ambivalente.
 
b) Tipos de familias según la composición grupal de los miembros que cornponen la unidad doméstica (que viven bajo un mismo techo, tíenen una economía y un sistema de autoridad y división del trabajo doméstico cotidiano).
 
-Familias extensas, que integran tres generaciones y parientes colaterales en tercero y cuarto grado.
-Familias nucleares neolocales constituidas por padres e hijos (dos generaciones solamente).
-Familias extendidas (nucleares con miembros familiares agregados) o semiextensas (extensas con formación de núcleos series independientes, de tipo neolocal, pero adheridos de alguna manera, al núcleo central o a su constelación).
 
c) Tipos de familias según el sistema de interrelación dependiente de acuerdo a la línea de parentesco lateral y de descendencia predominante: Patrilineal, Matrilineal, Bilateral.
 
-Patrilineal, en el que las familias nucleares se afilian a la familia de origen del padre.
-Matrilineal, en el que la dependencia proviene de la familia de origen de la madre.
-Sistema ambivalente bilateral.
 
d) Tipos de familias según sistema de unión matrimonial central:
 
-De matrimonio único monogámico actual.
-De matrimonio monogámico pero sucesivo:
-viudez - nueva pareja
-divorcio - nueva pareja.
-De matrimonio poligámico virtual (formal o informal, incluyendo lo que se llama en México la "casa chica").
-Poliándrico.
-Poligínico.
-De matrimonio incompleto por viudez o divorcío.
-De matrimonio plural: comuna familiar o equivalente. (Grupo matrimonial o parejas de matrimonios conviviendo en una unidad doméstica).
 
e) Tipos de familias según parentesco del jefe con los miembros la unidad doméstica:
 
-jefe: padre-esposo o sólo padre.
-jefe: madre-esposa o sólo madre.
-jefe: pariente ascendiente masculino o femenino.
-jefe: pariente colateral masculino o femenino.
-jefe: hijo o hija.
 
f) Tipos de familias según status legal del matrimonio central.*
 
-Familias con pareja casada por las dos leyes (civiles y eclesiásticas).
-Familias con pareja casada por una ley: civil o religiosa.
-Familias con pareja en unión consensual permanente
-Familia con pareja en unión libre esporádica.
-Familia sin pareja en unión.
 
g) Tipos de familias según sexo y autocracia del jefe:
 
-Paternal:
+ Hombre, sistema autocrático.
+ Hombre, sistema compartido.
-Maternal:
+ Mujer, sistema autocrático.
+ Mujer, sistema compartido.
-Conyugal - compartido extensible al familiar compartido.
 
b) Tipos de familias según la etapa de su desarrollo.
 
-Familias iniciales: en etapa procreativa, previa o inicial procreativa.
-Familias de desarrollo intermedio: en etapa de procreación y socialización de niños y adolescentes.
-Familias finales: en etapa terminada de procreación y en proceso de disgregación familiar (casamientos, salida de hijos o de desintegración familiar por muerte o separación de la pareja central).
 
i) Tipos de familias según sistema económico-doméstico.
 
-Familias con una economía básica de autoconsumo (producción doméstica base de su consumo interno) (los miembros suelen trabajar sin remuneracion bajo la autoridad del jefe de familia).
-Familias con una economía básica monetaria, de consumo referido al mercado de productos (el ingreso familiar constituye la base de su capacidad de compra y consumo).
-Familias con una economía mixta de autoconsumo familiar y con economía monetaria de mercado.
 
Como puede observarse, las categorías de clasificación al respecto de la estructura familiar como tal, son sumamente numerosas, más aún si se combinan los criterios. Sin embargo, una clasificación familiar debe de sintetizar dichos criterios distinguiendo las categorías más significativas tanto desde el punto de vísta de su existencia cuantitativa en una sociedad determinada y en un momento dado, como desde el punto de vista cualitativo determinante en la explicación típica de unas y otros estilos de vida familiar.
 
Más adelante presentamos nuestro criterio al respecto.
 
C. Tipología familiar según rasgos sociodemográficos de los componentes familiares.
 
Finalmente podemos hacer una clasificación de la familia según las categorías agregadas de sus miembros componentes.
 
a) Tipos de familia según el número de miembros: tamaño familiar.
 
-Familias pequeñas (menor número que el de la media nacional: 2 a 4 miembros).
-Familias medias (fluctuando en la media nacional de 5 a 6 miembros).
-Familias grandes (mayores de 6 miembros).
 
b) Tipos de familia según la edad conjunta de los miembros de la unidad doméstica.
 
-Familias con una edad agregada baja: hasta 75 años (suma de edad de sus miembros.
-Familias con una edad agregada intermedia (más de 75 hasta 150 años).
-Familias con una edad agregada alto: más de 150 años.
 
c) Tipos de familias según contraste en la edad de sus miembros.
 
-Familias con contrastes en la edad del jefe con su cónyuge.
+ El, mucho mayor (más de 7 años de diferencia).
+ Ella, mucho mayor (más de 5 años de diferencia).
-Familias sin contrastes considerables en las edades del jefe con su cónyuge.
+ El, un poco mayor.
+ Ella, un poco mayor.
+ Misma edad de ambos (o equiparables).
-Familias con contrastes en las edades de los hijos.
+ Hijos mayores con una diferencia de más de 12 años respecto a los menores (existencia de dos subgeneraciones de hijos en la familia).
+ Hijos con intervalos sucesivos de más de 3 años promedio.
- Familias relativamente homogéneas en la edad de los hijos.
- Familias con grandes contrastes en la edad entre adultos y niños (más de 35 años de diferencia entre hijos y sus padres: del hijo mayor, de la mitad de hijos, o de todos los hijos; o edades extremas marginales entre adultos y niños.
 
d) Tipos de familia según sexo prodominante en la unidad doméstica.
 
-Familias femeninas en las que predomina considerablemente el sexo femenino (en proposición de 3 a 1, al menos) y/o en donde el clima es fundamentalmente femenino (principalmente por un ausentismo virtual de los hombres).
-Familias masculinas: en las que predomina considerablemente el sexo masculino (al menos 3 a 1) y/o el clima es fundamentalmente masculino.
-Familias con equilibrio númérico o ambiental, de los sexos.
 
e) Tipos de familia según quienes tengan ocupación remunerada sus miembros (al exterior de la familia).
 
-Familias en donde sólo trabaja el jefe de familia (hombre).
-Familias en donde sólo trabaja el jefe (mujer).
-Familias en donde trabajan ambos miembros de la pareja central.
-Familias en donde también trabaja otro(s) miembro(s).
-Familias en donde sólo trabaja(n) otro(s) míembro(s), diferente(s) del jefe y su cónyuge.
-Familias sin ocupación remunerada.
 
f) Tipos de familias según la ocupación príncipal del jefe.
 
-Familias de trabajo agropecuario. (Se pueden aquí establecer subdivisiones importantes tales como familias de pequeños propietarios, de ejidatarios, de jornaleros, de empresarios agrícolas o ganaderos, etc.).
-Familias de pescadores.
-Familias de trabajadores ocasionales (ocupaciones variables en medio urbano, suburbano y rururbano).
-Familias de mineros y similares.
-Familias de artesanos.
-Familias de prestadores de servicios urbanos y domésticos.
-Familias de obreros en industrias de transformacion.
-Familias de empleados oficinistas.
-Familias de empleados de comercio (vendedores).
-Familias de comerciantes en pequeño.
-Familias de empleados del gobierno y similares (universidades públicas).
-Familias de profesionales dependientes (varias especialidades)-
-Familias de profesionales independientes (varias especialidades)
-Familias de funcionarios públicos (altos niveles y empleados de confianza).
-Familias de empresarios comerciales e industriales.
 
g) Tipos de familias según el mayor nivel de escolarización de sus miembros.
 
-Alto nivel (estudio superiores).
+ Sólo el jefe.
+ Sólo el cónyuge del jefe.
+ Sólo ambos.
+ Sólo hijo(s), o alguno de ellos.
+ Hijos y padre(s) (varios de ellos).
+ Nadie.
-Nivel medio (hasta enseñanza media) (mismas referencias).
-Nivel elemental (hasta enseñanza primaria) (mismas referencias).
-Sin escolaridad (analiabetismo real o funcional) (idem).
 
h) Tipos de familia según ingresos económicos aportados por sus miembros.
 
-Familias con ingreso total equivalente a menos del 75 por ciento del salario mínimo oficial (promedio).
-Familias con ingreso total en torno al salario mínimo u oficial (del 76% al 200%).
-Familias con ingreso total superior al salario mínimo (del 200% al 1,500%
-Familias con ingresos totales extraordinariamente superior al salario mínimo (más de 15 veces).
 
La última tipología puede también ser hecha en base al indicador ingreso per cápita y con ello se obtiene una medida relativa más específica, aunque también deja de reflejar la significación que de hecho da la economía de consumo de grupo, diferente de la derivada de una concepción abstracta-individualista.
 
Hay también otros posibles indicadores de estratificación social y niveles de vida, útiles para una tipología de la economía doméstica (vivienda -cuartos, construcción, servicios-, bienes muebles e inmuebles, etc.), pero en realidad todos ellos no son sino indicadores de una tipología hecha con categorías más específicas comprendidas de alguna manera en las aquí planteadas.
 
2.2. El perfil sociográfico de una tipología plural de la familia en México.
 
Partiendo de las 20 categorías aquí descritas vamos a ilustrar algunas de ellas con la referencia estadística que disponemos en un inicial acercamiento panorámico a la realidad familiar mexicana.
 
Con ello podremos medir en términos aproximados la importancia cuantitativa de unas familias frente a las otras, para de ahí analizar la significación cualitativa de los tipos enunciados. Esto nos servirá para esbozar la tipología sintética derivada de la ponderación hecha al cruzar unas categorías con otras, de acuerdo a su significación fenomenológica.
 
1) Tipos de familia según ubicación geosocial. Regiones.
 
México es un país cuya población está asentada mayoritariamente en el centro geográfico de su territorio. En 1970, de las 9.081,208. familias existentes (actualmente alrededor de 14 millones) casi el 70 por ciento se encontraba en el centro del país. El total se distribuía en la siguiente forma: * (véase el cuadro No. 1 en la página siguiente).
 
CUADRO No. 1
 
FAMILIAS DE ACUERDO A SU DISTRIBUCION EN EL TERRITORIO NACIONAL
______________________________________________________________________________
% %
Norte: 20
Noreste del país (Baja California, Sonora y Sinaloa) 6
Norte Central (Chihuahua Y Durango) 5
Noreste (Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas) 9
 
Centro: 67
Centro Noroeste (Jalisco, Aguascal, Colina y Nayarit) 9
Centro Norte Central (Zacatecas, San Luis Potosi) 5
Centro Bajío (Michoacán, Guanajuato, Zacatecas) 11
Centro Central (Distrito Federal, México, Morelos, Hidal-
go, Tlaxcala, Puebla) 32
Centro Golfo (Veracruz, Tabasco) 10
 
Sur: 13
 
Sur Pacifico Istmo (Guerrero, Oaxaca, Chiapas) 11
Sur Este (Campeche, Yucatán, Quintana Roo) 2
 
Total República 100%
______________________________________________________________________________
 
El centro del país tiene además las características más significativas del mestizaje cultural realizado durante más de cuatro siglos y medio. Esto se refleja en la conformación cualitativa de sus familias, las que de hecho representan los caracteres más significativos de las familias más "típicas". En esto, hay diferencias importantes que descubrir en las familias norteñas y en las del sur frente a las del centro.
 
Las del norte parecen ser lógicamente las que están recibiendo la influencia más directa de los Estados Unidos, sobre todo, en el caso de la población mayoritaria que vive en las ciudades fronterizas. El modelo americano de familia parecería que les afecta más. Las del sur, en cambio, tienen una fuerte tradición ligada a las culturas indígenas, en donde el mestizaje cultural recibió más influencia "autóctona". Siendo el Sur más agreste y selvático, por un lado, y más peninsular y aislado del resto del país, por el otro, ha mantenido patrones de conducta familiar, al parecer más tradicionales. El Centro, en cambio, recibe hasta la fecha importantes flujos de inmígración, principalmente hacia la capital del país, que a su vez, constituye el foco cosmopolita por excelencia, con una área metropolitana que supera, en nuestros días, a los 13 millones de habitantes. De ahí salen, de hecho, los modelos más importantes de la vida del mexicano, incluyendo los de la vida familiar.
 
2) Tipos de familia según tamaño y densidad de las localidades en que se encuentran.
 
Las familias que habitan comunidades de diversas dimensiones y densidades poseen horizentes de vida diferentes según el contraste que significan en nuestro país las localidades de unas y otras categorías demográficas extremas. Esto tiene una importante significación en una vista panorámica, pues permite resaltar los contrastes extremos y las dimensiones de dichos contrastes.
 
El cuadro No. 2 sintetiza, de acuerdo al censo de 1970, la distribución de las familias mexicanas:
 
CUADRO No. 2
 
TIPOS DE FAMILIAS SEGUN LAS DIMENSIONES DE LA
LOCALIDAD EN QUE SE ENCUENTRAN
______________________________________________________________________
%
-- Familias que habitan localidades menores de
1,000 habitantes (rancherías y pequeños po-
blados rurales, dispersos) 28
 
-- Familias que habitan localidades de 1,000
habitantes a 10,000 habitantes (rurales: pue-
blos) 30
 
-- Familias que habitan localidades de 10,000
a 100,000 habitantes (familias en poblacio-
nes rururbanas) 19
 
-- Familias que habiltan localidades de 100,000 a
500,000 habitantes (familias en cuidades medias) 12
 
-- Familias que habitan localidades de más de
500,000 habitantes (familias urbanas metro-
politanas 11
 
Total 100%
 
(Aplicable a unos 12 millones de familias en 1977)
___________________________________________________________________
 
* En este porcentaje no está comprendido el fenómeno de agregación metropolitana llamado de conurbacion, mediante el cual localidades de menor tamaño incluidas en las categorías anteriores están de hecho fusionadas a las áreas metropolitanas de las tres grandes ciudades, lo cual daría un porcentaje mayor en este último renglón. Véase UNIKEI 1976.
 
Como puede verse, un tercio de las familias son de tipo propiamente urbano; casi una quinta parte, rururbanas; y casi el 60 por ciento restante, rurales, propiamente dichas. Entre éstas resaltan aquellas que viven en comunidades pequeñas, desprovistas de servicios básicos.
 
Si a las dimensiones estadísticas prestamos ahora nuestra atención, tendremos que señalar que las características predominantes de las familias mexicanas están delineadas por el tipo de vida rural y rururbana. Por ello, tenemos que relativizar grandemente el modelo de familia pequeño-burguesa (nuclear), más propio de la ciudad que de los poblados menores.
 
3 ) Tipos de familia según el contexto habitacional y vacinal.
 
Las condiciones de vida familiar, dependen grandemente, a su vez, de las que posee la vivienda en que habita la unidad doméstica. La vida cotidiana familiar se desarrolla en el habitat vecinal y dentro de las casa-habitación en que se aloja. Las relaciones entre los miembros de la familia se afectan grandemente por el espacio vital que se dispone y de los servicios con que se cuentan. Hacinamiento y promiscuidad familiar; ambiente deprimente y falta de confort para la mayoría de los hogares mexicanos, reflejan los datos estadísticos que nos arroja el Censo y las características nacionales. He aquí algunos indicadores cuantificados en 1970:
 
Un 39 por ciento de las familias no contaban con agua potable entubada; 59 por ciento, no tenían drenaje; 37 por ciento habitaba en viviendas de un solo cuarto y 44 por ciento en una no mayor de 2 ó 3 cuartos. Sólo un 19 por ciento, en casos de 4 o más cuartos. El 41 por ciento de las viviendas tienen piso de tierra; el 66 por ciento vivian en casas construidas con materiales diferentes al ladrillo y tabique; el 44 por ciento en hogares en los que se usaba todavía como combustible la leña o el carbón, no el gas.
 
El panorama nos hace reconocer altos porcentajes que van del 40 al 60 por ciento, y hasta un poco más, de familias que viven en sus hogares en malas condiciones y sin los medios o elementos necesarios para un confort básico de la vida familiar. En estas condiciones es fácil imaginar la preocupación cotidiana que absorbe a la familia de los sectores mayoritarios.
 
4) Tipos de familia según la subcultura de pertenencia.
 
México, por la naturaleza de su proceso de formación histórica es un país de aculturación, en donde se han encontrado y fusionado, primero, culturas indígenas de diverso nivel de desarrollo; después, la cultura hispánica con la indígena, y posteriormente, la cultura mestiza con la moderna, principalmente la francesa-siglo pasado- y la anglosajona-en este siglo.
 
Sin embargo, este encuentro de culturas ha resultado ser un proceso de superposición cultural en el que la imposición de una cultura dominante destruye y coloniza a las culturas dominadas, creándose así una estratificación de subculturas que se confunde con la estructura de clase a la que haremos referencia específica en el siguiente apartado.
 
En un estudio anterior realizado por nosotros hemos hecho una estimaciún cuantitativa de lo que aproximadamente pudiera ser una distribución porcentual de las familias mexicanas, según este criterio subcultural.
 
CUADRO No. 3
 
TIPOS DE FAMILIA SEGUN SUBCULTURA
________________________________________________________________________
%
Cultura Folk o Arcaica 8
 
(lengua indígena: valores culturales de fatalismo, pensamiento
mágico, referencia al ancestro, sincretismo religioso, tecnología
arcaica, economía de subsistencia rural, incluso de tipo de reco
lector o agraria precaria, etc..).
 
Cultura tradicional 20
 
(vida rural de comunidad local más o menos autosuficiente a niv-
el de autoconsumo comunitario; providencialismo; control social
por el "que dirán"; localidades menores de 10,000 habitantes sin
servicios urbanos, propiamente dichos).
 
Cultura Ambivalente 60
 
(entre tradicional rural y moderna urbana; en localidades rurur
banas, urbanas y suburbanas, etc.)
 
Cultura "Moderna" 12
 
(urbanizada e industrializada y de cosumo masivo , seculari
zada, etc:).
_____________________________________________________________________
 
En estos datos, resalta una mayoría de familias viviendo el nuevo proceso de aculturación dentro del sistema capitalista de una sociedad periférica. Esta aculturación no acabada, significa, no obstante, una cultura ambivalente, frente a la cultura sumergida y marginal extrema de más de la cuarta parte de la población y frente a una minoría calculada aquí en un 12 por ciento que, puede decirse, ha asumido la cultura moderna y cosmopolita, en la que resalta el modelo de familia pequeño-burguesa de tipo urbano. Los distintos grados de la subcultura ambivalente de ese 60 por ciento de las familias mexicanas significan un estilo de vida difícil de precisar y lleno de contradicciones y ambivalencias. Reconocer este hecho abre una pista importante de estudios y orientaciones políticas tendientes al reencuentro de la identidad sociocultural de la población, a través de las unidades familiares que la conforman.
 
Por otra parte, la clasificación anterior está íntimamente ligada a los datos de escolaridad de sus miembros, fundamentalmente del jefe y su cónyuge. El siguiente cuadro trata de establecer la tendencia implicada en este cruce.
 
CUADRO No. 4
 
ESCOLARIDAD DE LA POBLACION MEXICANA Y SU POSIBLE UBICACION EN LOS RANGOS SUBCULTURALES % DE
POBLACION ESPECIFICA
______________________________________________________________________
Posible sucultura de referencia
principal (* *) o secundaria (*)
Ambi
% de la valente
Escolaridad de la Poblac. Tradi- (Trad- Moder-
población (1970) Arcaica cional Mod) na
 
Ninguna (mayor de 9
años de edad) 29 (1) ** *
 
De 1 a 6 años de es
colaridad (mayor de 9
años de edad) 60 (1) * **
 
De 4 a 12 años de esco
laridad (mayor de 9 años
de edad 23 (1) * **
 
Mayor que la Primaria (7
o más) (Población mayor
de 15 años de edad) 13 (2) * **
 
Población expuesta a los
medios masivos (radio,
principalmente 48 (3) * ** **
______________________________________________________________________
 
(1) De la población mayor de 9 años; (2) De la población mayor de 15 años; (3) De la población total.
 
5) Tipos de familia según clase y estratificación social global.
 
Establecer una relación conceptual entre familia y clase social puede parecer un tanto fuera de lugar desde el punto de vista de la
 
 
CUADRO No. 5
 
FAMILIAS SEGUN POSICION EN LA ESTRUCTURA OCUPACIONAL (COMO INDICADOR DE CLASE SOCIAL)
________________________________________________________________________
% Notas
o Familias cuyos jefes son desocupados agrícolas o con
ocupación de nula o casi nula remuneración (económica
familiar de autoconsumo) 3% (1)
 
o Familias cuyos jefes son jornaleros agrícolas 19% (2)
 
o Familias de campesinos pequeños propietarios, ejidata-
rios u ortos de similar nivel (con ingresos menores al
salarios mínimo) 14% (3)
 
o Familias pequeñas y mediana burguesía agrícola 2% (4)
 
o Familias subproletarias marginales--rururbanas y
suburbanas-- (con ingresos menores al salario minipio) 19% (5)
 
o Familias proletarias urbanas y rurales o rururbanas 15% (6)
 
o Familias de empleos (servicios) 19% (7)
 
o Familias de pequeñas burguesía media (diversas ocupa-
ciones con ingresos medios superiores en varios tantos
del salario mínimo) 16% (8)
 
o Alta burguesia (diversas ocupaciones con ingresos muy
superiores a los anteriores) 2% (9)
______________________________________________________________________
 
 
(1) Sólo incluye a población rural que está dedicada a labores agropecuarias. Incluye a familias con total sistema de autoconsumo.
 
(2) Incluye jornaleros, "aparceros" y otras formas de trabajo agrícola realizado en dependencia de otros.
 
(2) Incluye lo que se llama empresario agrícola que contrata a jornaeras o emplea a familiares sin retribución. Excluye, sin embargo, a empresarios agrícolas con ingresos mayores del salario mínimo.
 
(4) Incluye a la categoría de empresarios agrícolas con ingresos mayores; también a personas que trabajan como técnicos y administradores agrícolas (ingenieros, gerentes y otros). Tienen todos ellos salarios superiores al salario mínimo.
 
(5) Incluye a familias ubicadas en medios rurales, rururtanos o urbanos, con ingresos menores al salario mínimo.
 
(6) Incluye familias en medios rurales, rururbanos y urbanos, cuyo jefe trabaja como obrero u operario en industrias extractivas y de transformacion
 
(7) Comprende a empleados en actividades terciarias, excluyendo a aquéllos con ingresos superiores arriba del salario mínimo;
 
(8) Incluye diverso tipo de actividades, pero con ingresos superiores, en varios tantos, al salario mínimo.
 
(9) Incluye empresarios, profesionales, funcionarios publicos, comerciantes y otros, con los ingresos mayores en la escala nacional (mayores desde 5 veces al salario mínimo hasta cantidades casi ilimitadas).
 
 
teoría de las clases sociales, en las que lo que importa es la relación estructural determinada por la dinámica misma del sistema social visto en su totalidad y en su proceso histórico.
 
La familia como subsistema parcial no sirve para entender dicha problematica, por supuesto, pero sí forma parte de él. En una teoría de la familia, no puede dejar de considerarse la estructura de clase pues que en su seno se reflejan las consecuencias de su realidad.
 
Es por ello que la tipología familiar encuentra, en ia identificacion de las clases, su principal diseño, pues resume y explica el sentido de la vida cotidiana y de los ciclos familiares y, en gran parte su dinámica estructural, predeterminada por el modelo cultural resultante de la contraposicion de clases en la sociedad capitalista.
 
En esta perspectiva, sin embargo, no resulta fácil delimitar empiricamente las dimensiones estadísticas de las familias de acuerdo a su pertenencia estructural de clase, aunque desde el punto de vista teoríco sea relativamente sencillo hacer la referencia. Aquí más bien lo que podemos hacer es partir de las categorías ocupacionales de los jefes de familia, utilizarlas como indicadores de la ubicación familíar en el sistema productivo y distributivo, para con ello entender el perfil que le fija el régimen capitalista vigente.
 
Un primer acercamiento a la descripción cuantitativa de esta realidad es la siguientes: (véase página anterior).
 
De los datos anteriores se podría sintetizar una estimación de las dimensiones que tienen el número de tipos familiares según la clase social.
 
CUADRO No. 6
TIPOLOGIA DE LAS FAMILIAS DE ACUERDO A NUESTRA
ESTIMACION GENERAL DE CLASE SOCIAL
______________________________________________________________________
Sectores populares 80 %
 
o Familias marginles (1,2 y 5) 41%
 
o Familias proletarias (rurales y urbanas (3 y 6) 29%
 
o Familias de empleados proletarios (7) 10%
 
Sectores de clase burguesa 20%
 
o Familias de clase media (mediana burguesía)
(4 y 8) 8%
 
o Familias elitorias (alta burguesía) (9) 2%
 
Total de familias 100%
________________________________________________________________________
 
 
En la parte quinta del presente estudio haremos nuestros comentarios sobre esta tipología familiar en referencia a la clase social, como uno de las más importantes enfoques para un acercamiento sintético.
 
6) Tipos de familia según sistema orgánico predominante en las relaciones básicas de sus miembros: consanguíneo o conyugal.
 
No contamos al respecto con datos estadísticos provenientes de fuentes censales, ni de encuestas realizadas a este respecto.
 
Sabemos, por los estudios de antropólogos que la familia consanguínea o la mixta, entre consanguínea y conyugal están presentes principalmente en las comunidades indígenas y en zonas suburbanas.
 
7) Tipos de familia según composición grupal de la unidad doméstica habitacional.
 
El Censo de 1970 señala que de las 9.081,208 de familias censales * existentes por entonces, había 2.497,887 miembros de dichas familias que no eran ni cónyuges del jefe ni sus hijos. Esto quiere decir que la familia a la que pertenecían estas personas escapaba a la clasificación estricta de familia nuclear-conyugal.
 
En estos mismos datos resalta además la existencia de 735,425 hogares en las que sólo viven en él personas solas. Con ello, podemos estimar que existe un promedio de 0.3 a 0.4 miembros (parientes u otros) en cada familia, lo cual puede significar que por cada 5 familias exista una familia extensa o nuclear extendida.
 
He aquí los datos de nuestra estimación (a partir del censo):
________________________________________________________
Absoluto de familias
estimadas para 1977
________________________________________________________
 
* Familias no nucleares (extensas o
nucleares extendidas) 20% 2,400,000
* Familias formalmente nucleares 72% 8,640,000
* Hogares de personas solas 8% 960,000
 
TotaI: 100% 12,000,000
________________________________________________________
 
 
Estos datos, sin embargo, encubren en gran medida la naturaleza misma de la familia, puesto que a veces en un mismo domicilio se censan dos unidades que de hecho constituyen una solo unidad doméstica.
 
* LIamamos aquí familia censal al grupo de personas unidas por lazos de parentesco, afinidad o de otro tipo, que viven bajo un mismo techo y reconocen a un jefe familiar.
 
La utilización de los datos censales para el estudio de la familia tiene fuertes limitaciones que sólo si se saben detectar pueden evitar sesgos importantes.
 
Por nuestra parte, en una investigación realizada por el IMES a más de 500 familias tanto en medio rural, como en el urbano, se registraron, en cambio, un 54 por ciento de familias nucleares y un 46 por ciento de familias que integraban en su seno a otros miembros diferentes de padres e hijos.
 
Por su parte Lomnitz descubre, en un estudio de marginados suburbanos, que la inmigración sigue un patrón claro de familia extensa en la mayoría de los casos y aunque a medida que se desarrolla tiende a convertirse en neolocal conyugal, el porcentaje de familia extensa persistente es muy elevado: el 47 por ciento de las familias estudiadas (157 casos en una barriada de la ciudad de México) iniciaron su vida en la ciudad como miembros de una familia extensa o mixta y después de varios años sólo quedaron con esta estructura el 25 por ciento de los casos. En cambio, los que se iniciaron como familia "compuesta" (mixta) eran 27 por ciento y terminaron siéndolo en el 35.4 por ciento de los casos. A su vez, las que se iniciaron como familia nuclear neclocal eran 24 por ciento y al momento del estudio fueron 37.5. He aquí el cuadro que resume lo anterior.
 
CUADRO No 7
 
EVOLUCIÓN TEMPORAL DE LAS UNIDADES DOMÉSTICAS DE FAMILIAS DE MARGINADOS SUBURBANOS EN LA CIUDAD MÉXICO, 1971
 
En % (157 casos)
_____________________________________________________
Iniciaron su vida Estudio en
familia en la el año de
Tipos de familias ciudad 1971
_____________________________________________________
 
 
Familias extensas 47 25
 
Familias compuestas
(extendidas o mixtas) 28 36
 
Familias conyugales nucleares
(neolocales) 24 38
 
% Totales 99 99
 
____________________________________________________
 
El estudio de estos casos refleja el sentido que tiene la familia como unidad que responde a las necesidades de supervivencia de este sector, pero también la relatividad de las formas estructurales adoptadas por la familia en su proceso de desarrollo.
 
Por otra parte, Henri Favre al estudiar a los indígenas mayas en el México actual, da los siguientes datos: en la población de Aguacatenango, Chis., el 64 por ciento de las familias correspondía a extensas y el 36 por ciento a nucleares. En Chamula, Chis., en cambio, las extensas van sólo del 24 por ciento al 17 por ciento, según diferentes comunidades.
 
También Abraham Iszaevich reporta en su estudio del municipio de las Margaritas, en el Estado de Oaxaca (población campesina de habla española de lejana ascendencia zapoteca y algo de mixteca) que el 20 por ciento de las familias son extensas y 80 por ciento nucleares. En estas comunidades, las familias extensas están constituidas según cinco subtipos: 1) hijo menor casado, viviendo en la casa del padre, 2) primogénito casado, viviendo con los padres: 3) hijo casado, que sin ser mayor o menor, conviene expresamente con sus padres en asumir la responsabilidad de su cuidado cuando envejecen, a cambio de ser titular de la herencia futura; 4) hijos ilegítimos de hija, con sus abuelos maternos; 5) padres viudos, integrados a las familias de sus hijos.
 
Esta descripción también es válida para muchos de los casos de familias extensas de las ciudades (sobre todo los dos últimos subtipos), cuando estos se dan; sin embargo, el factor de la tenencia de tierra rural, e inclusive la titularidad de la parcela ejidal en usufructo y su necesaria herencia, hace más común el tipo de familia extensa rural, al menos en un porcentaje similar al señalado por Iszaevich para Oaxaca, pues responde a la continuidad de dicha tenencia por parte de sólo uno de los hijos, ligado a los padres, entre el promedio de los cinco habidos en una familia de procreación final.
 
He ahí pues gran parte de la explicación en la composición de la unidad doméstica. El tipo mixto o compuesto de familia semiextensa o nuclear extendida, que habita en un solar (abierto o cerrado) purilocal-es decir, con viviendas contiguas o muy cercanas, entre sí- es aún más difícil de detector censalmente. Sólo se capta a través de un análisis de la dinámica familiar y del sistema de autoridad, del presupuesto, trabajo y cocina más o menos compartidos entre las familias nucleares de padres e hijos, o de parientes entre sí.
 
Vamos a referirnos a esto en las siguientes categorías, aun cuando de hecho debería quedar comprendido en el tipo de familia mixta que tendríamos que desgajar de la que aparece formalmente como familia nuclear-conyugal. Quizá un 26 por ciento o un 30 por ciento de éstas podrían clasificarse, al menos, como familias compuestas entre nucleares y extensas, propiamente dichas.
 
8) Tipos de familia según línea y sistema de autoridad (fusión de dos categorías anteriormente señaladas en forma separada).
 
Parecería que el sistema familiar en México sigue, al menos en lo formal, una predominante estructura de autoridad masculina y de parilinealidad, refejada en la permanencia del apellido paterno y en la pérdida del materno en la segunda generación, así como en la adopción del apellido del esposo para la mujer, tanto como en la casi nulificación del suyo.
 
En general podría decirse que el sistema patrilineal y la autoridad indiscutible del esposo-padre o del padre de éste es lo más predominante, al menos formalmente. Sin embargo, parece ser que la realidad no lo confirma totalmente así. El sistema de bilateralidad por el cual la nueva familia puede vincularse, tanto a la familia del padre como a la de la madre, cada vez es más común, sobretodo con el desarrollo de la familia nuclear conyugal de tipo compartido. En dicho sistema la mujer cobra una creciente importancia, aun no del todo clara pero evidente.
 
Principalmente puede decirse que existen dos hechos que dan un perfil de tendencia relativa al poder de la mujer en el interior de la familia en México. El primero se refiere a la tendencia que aparece en la familia semiextensa, hacia la dependencia más bien matrilineal que patrilineal. El segundo, y más importante, es el referente a las familias cuyo jefe es la mujer, debido a la ausencia o inexistencia del esposo.
 
El censo nos da ya un primer dato puramente formal, pero significativo: de 9 millones de familias 7.6 millones están encabezadas por un hombre (85%) pero 1.4 millones, por mujeres (15%). Se trata principalmente de los casos de mujeres que han sido abandonadas por sus esposos o que han quedado viudas.
 
Por otra parte, si tomamos en cuenta la estructura de poder real de la familia el panorama de la autoridad formal masculina se relativiza más todavia pues, aun cuando es difícil medir la autoridad real frente a la formal, hay indicadores de que la estructura del poder familiar está matizada según circunstancias y campos de aplicación decisoria.
 
Analizando los datos provenientes de la (investigación sobre la familia en México" realizada por el IMES, exclusivamente con familias nucleares conyugales (entrevistando a más de 5,000 padres de familia), nos encontramos con los siguientes resultados:
 
CUADRO No 8
 
SISTEMA DE AUTORIDAD FAMILIAR TOMA DE DECISIONES
CONYUGALES EN FAMILIAS NUCLEARES
En % (2455 parejas)
________________________________________________________
Decisión Decisiones Decisión Decisión Sin respu-
del esposo compartidas de la de otras esta o (no se
esposa personas aplica) total
 
Area de decisón (1) (2) (3) (4) (5) %
 
Dónde vivir 40 42 14 4 100
 
Compra de bienes
importantes (inmu-
eble o mueble) 45 40 12 3 100
 
Trabajo de la mujer 57 25 14 1 3 100
 
Castigo a los hijos 32 34 26 - 8 100
Determinación del
gasto de la familia 39 33 26 1 1 100
 
Promedio porcentual 35% 43% 18% 2% 2% 100%
 
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Como puede verse, la estructura de poder de una familia conyugal no deja de ser exclusivamente masculina ni tampoco del todo un sistema de poder conjunto. Incluso muchas veces se mantiene "oficialmente" un perfil autoritario masculino, pero esto significa frecuentemente una contradicción real, pues, por un lado, la responsabilidad la asume la mujer pero, por el otro, la representación de esa responsabilidad la conserva el hombre.
 
Quizá el tipo de familia en la que aparece un marcado predominio de la autoridad paterna es en el de la familia extensa. Lomnitz, en el estudio mencionado (que no puede ser generalizado evidentemente a todas las familias extensas, pero que es ilustrativo de una tendencia general), registra que la formación original de las familias extensas sigue una línea patrilocal predominante, aunque tampoco total. He aquí los resultados obtenidos.
 
CUADRO No 9
 
LINEA DE DEPENDENCIA lNlClAL DE FAMlLIAS EXTENSAS
SUBURBANAS (DE ACUERDO CON EL PATRÓN DE RESIDENCIA)
En % (98 Casos)
________________________________________________________
Tipo de composición Patrilocales Matrilocales Totales
________________________________________________________
Extensas con vivienda 49 16 65
 
Semiextensas con habitación
separada (cercana o contigua) 13 22 35
 
Totales 62 38 100
________________________________________________________
 
 
Como decíamos, parece ser que la familia extensa tiende a seguir más una forma de autoridad masculina, integrando a la familia en la misma casa del padre del esposo; en cambio, la familia semiextensa es un poco más tendiente a mantener una dependencia y apoyo de la familia de la madre, con la que se relaciona, al vivir cerca de ella, pero no dentro de su casa.
 
La tendencia a la línea maternal en estos casos, no significa, sin embargo, que la autoridad recaiga necesariamente en una mujer (madre o hermana de la madre), pues es muy común que sea el padre de esta el que detente el poder familiar consanguíneo. Sin embargo, significa que la esposa tiene supuestamente una fuerza mayor en la relación conyugal al estar apoyada por su familia de origen, haciendo contrapeso a la posible hegemonía del maridó o de su familia. Con ello, el poder familiar queda más equilibrado entre los esposos, que en el caso de la familia extensa patrilocal o aún en el de la familia conyugal-masculina.
 
Reuniendo las estimaciones anteriores aunque sin pretender una medición de la distribución precisa válida por todo el país, sino solamente a manera de ejercicio hipotético que podría ilustrar sintéticamente la variedad de la distribución tipológica anterior, presentamos el siguiente cuadro: (véase el cuadro No. 10).
 
Cómo puede verse, la hipótesis sería de que la familia extensa es más patrilineal que matrilineal, no así la semiextensa que está más en función de la familia de la madre que de la del padre, lo cual no significa que la autoridad no resida en otro hombre diferente del marido: el padre de la esposa, un hermano de ésta o un tío.
 
También podemos afirmar hipotéticamente que la familia conyugal está todavia mas centrada en la autoridad del esposo que en la de ella, pues aun en el caso de un sistema compartido, esto es muy
 
CUADRO No. 10
 
ESTIMACIÓN HIPOTÉTICA DE UNA POSIBLE DISTRIBUCIÓN DE LA TIPOLOGÍA FAMILIAR EN MÉXICO, SEGÚN COMPOSICIÓN DE LA UNIDAD DOMESTICA Y DE SU SISTEMA DE AUTORIDAD
% relativos ( 1 )
________________________________________________________
Autoridad Autoridad conyugal Autoridad
patrilineal Maternal
o familia Prepond. Compar- Prepond o
paterna masculina tida femenina líneal totales
 
Familias extensas (2) 5 1 6
 
Familias semiextensas (3) 5 9 14
 
Familias nucleares (4) 1 30 25 13 1 70
 
Familias maternales
nucleares (con ausencia
del padre (5) 10 10
totales 11 30 25 13 21 100
____________________________________________________________________________________
 
 
(1) El porcentaje total calculado está en relación con la distribución total nacional estimada anteriormente: se hizo la estimacíón del porcentaje relativo de tipos de familias: extensa, semiextensa, nuclear y nuclear con jefe-mujer, a partir del censo, y de las investigaciones mencionadas. Sólo se hizo un ajuste en el caso de familias con jefe mujer pues estimamos que 1/3 de ellas son de tipo extenso o semiextenso y 2/3, de tipo nuclear, aunque esto no nos consta estadísticamente.
 
(2) Este dato porcentual está estimado a partir del estudio de Lomnitz (en cuanto a lo patri matrilineal de la familia extensa).
 
(3) Idem en familias semiextensas (que aquí hemos calculado en un 70 por ciento de las familias totales).
 
(4) Proviene de los datos porcentuales del sistema de decisiones de la familia nuclear: Investigación de la familia (IMES, 1967).
 
(5) Dato censal ajustado a una posible distribución del mismo entre nuclear (1/2) y extensa o semiextensa (1/2). Valga solamente como una primera aproximación.
 
relativo sobre todo en campos que provocan la inseguridad del hombre ante la independencia femenina (por ejemplo el trabajo de la mujer".
 
Finalmente, es el alto porcentaje de las familias dirigidas por una mujer lo que contrabalancea el peso cuantitativo y cualitativo femenino, en lo que se refiere a la autoridad real en la vida familiar mexicana, precisamente por el elevado porcentaje de ausentismo masculino e irresponsabilidad en la vida doméstica. Nuestras estimaciones hipotéticas, a partir de nuestras investigaciones, dan a la mujer, como autoridad familiar, un peso relativo del 34 por ciento frente a un 41 por ciento del hombre; sin embargo, éste toma todavía ventaja en el aparente sistema conyugal compartido, en donde prevalece formalmente su hegemonía, unido al renglón de presencia de la autoridad masculina en la estructura matrilineal de las familias semiextensas.
 
9) Tipos de familia según el status legal del matrimonio central.
 
El Censo nos da el siguiente cuadro del estado civil de la poblacion, en relación a la vida familiar: (véase el cuadro No. 11).
 
Como puede observarse según la información obtenida del Censo, hay más solteros que solteras (1 millón de diferencia); más mujeres en unión marital, que hombres en el mismo estado: ¡una diferencia de medio millón!; más viudas que viudos (800,000); más divorciadas que divorciados (200,000) ¡más mujeres mayores de 12 años, que hombres (500,000 de diferencia).
 
Las diferencias tienen consecuencias en la estructuración familiar. Explica, en parte, la ausencia del hombre en muchas familias y la autoridad femenina derivada de ello; explica también la existencia de una poligamia disfrazada en la cual muchos hombres tienen dos familias simultáneas (la casa grande y la casa chica)
 
Dato importante es también el del porcentaje de familias basadas en la unión consensual (16 por ciento del total de parejas en unión marital). El hecho refleja una situación tradicional, característica de una población marginada del sistema institucional. Sin embargo, la pareja en unión consensual (unión libre) no puede equiparse al amor libre eventual característico en otros países o al propio de las clases medias y altos del país, pues es común que la pareja que vive en esta forma se asemeja en todo a la casada formalmente en que no haya celebrado una fiesta de bodas. Esto último se debe, casi siempre, a falta de recursos económicos. De cualquier manera, está por hacerse un estudio comparado de las familias basadas en el status matrimonial religioso y civil, frente a las que no lo tienen ¿Hasta qué punto sus conductas, por ejemplo, en lo relativo a la reproducción y a la planificación familiar, difieren?
 
CUADRO No 11
ESTADO CIVIL DE LA POBLACIÓN MEXICANA
____________________________________________________________________________________
 
% del total de
población mayor
Millones de 12 años
Hombres mujeres total Parciales Totales
 
Solteras 6.5 5.5 12.0 40
 
En estado marital
(incluye unión libre) 7.8 8.3 16.1 54
 
Casado por 2 leyes 4.8 5.0 9.8 3.3
 
Casado sólo por lo
civi 1.1 1.3 2.4 8
 
Casado sólo por la
iglesia 0.6 0.7 1.3 4
 
Unión libre 1.3 1.3 2.6 9
 
Viudos 0.2 1.0 1.2 4
 
Divorciados y
separados 0.2 0.4 0.6 2
 
Total población de
12 años y más 14.7 15.2 29.9 100
____________________________________________________________________________________
 
 
10) Familia según tamaño de la unidad doméstica y el tipo de miembros de acuerdo a su parentesco.
 
Los siguientes cuadros dan una visión sobre el tamaño medio familiar en México.
 
El primer grupo representa en gran medida a familias que se encuentran todavía en su etapa inicial, lo cual significa que aun el núcleo crecerá por natalidad. Una quinta parte de las familias es de gran tamaño y el grupo intermedio, que se encuentra también en expansión, aunque mucho menor, está constituido más bien por familias en etapa media.
 
CUADRO No 12
TAMAÑO DE LAS FAMILIAS EN MÉXICO
_____________________________________________________________
Número en
millones de
familias % del
(1970) Total
 
o Familias hasta con 4 miembros 4.0 44
 
o Familias de 5 a 7 3.2 36
 
o Familias de 8 y más 1.8 20
Total 9.0 100
_____________________________________________________________________
 
 
Lo anterior puede ser observado mejor en los datos obtenidos de la investigación de la familia realizada por el IMES.
 
CUADRO No 13
PROMEDIO DE HIJOS VIVOS POR ETAPA FAMILIAR
______________________________________________________
Etapas familiares Promedio de hijos vivos
 
Etapa inicial de procreación: (hasta
los 13 años de casados 3.9
 
Etapa intermedia de desarrollo (de los
14 años hasta 20 años de casados) 6.6
 
Etapa final de disgregación familiar (de los
21 años en adelante * 7.0
______________________________________________________
 
* Excluye a familias nucleares con esposas mayores de 45 años.
 
El promedio de miembros por familia al nivel nacional era precisamente de 5.22, coincidente con una media familiar en etapa inicial (3 hijos). Esto refleja la juventud de nuestra población y de nuestras familias y el alto índice de natalidad existente todavía.
 
Por lo que respecta al tipo de componentes del núcleo familiar, según parentesco, tenemos lo siguiente.
 
CUADRO No 14
 
PROMEDIO DE NUMERO DE HIJOS, DE PARIENTES Y DE NO PARIENTES SEGUN TAMAÑO DE LOCALIDAD
____________________________________________________
Promedio
Localidad Hijos Parientes No parientes
 
Hasta 2,499 3.20 0.17 0.02
 
De 2,500 a 9,999 habitantes 3.19 0.21 0.04
 
De 10,000 a 49,9999 habitantes 3.15 0.25 0.06
 
De 50,000 y más 3.03 0.28 0.09
 
Distrito Federal (más de
9 millones) 2.83 0.30 0.13
___________________________________________________
 
Es interesante observar cómo no solamente difieren las cifras cuantitativas, según el tamaño de las localidades, sino también cómo se presentan variaciones en cuanto a los miembros que componen las famiIias.
 
De esta manera, nos encontramos que las familias rurales tienen (censalmente hablando) un promedio mayor de hijos, al mismo tiempo que un promedio menor de otras personas, viviendo dentro del hogar.
 
La situación se va invirtiendo paulatinamente hasta llegar al Distrito Federal en donde el promedio del número de hijos es el menor y el de personas conviviendo en la familia es el mayor.
 
Cabe la pena mencionar que las personas que viven en las familias rurales son en su mayoría parientes, y las que no son parientes constituyen una mínima parte.
 
En las familias urbanas aumenta considerablemente la participación de las no parientes.
 
11) Tipos de familia según su etapa de desarrollo.
 
Vamos a terminar este acercamiento panorámico hecho en base a las estimaciones estadísticas sobre la tipología familiar, con la clasificación según las etapas del ciclo de vida de la familia.
 
Ya apuntamos anteriormente que gran parte de las caractetizaciones tipológicas estructurales de las familias dependen del momento cíclico en que se encuentran. La composición orgánica de la familia es flexible y sufre transformaciones fundamentales a lo largo de su vida.
 
El desarrollo de una familia tiene necesariamente que fue con la adopción de la forma extensa y nuclear, con el sistema de economía doméstica, con el de autoridad y línea de parentesco predominante, con el tamaño familiar, con la edad conjunta del grupo familiar, y con el contraste en la edad de sus miembros, entre otras categorías.
 
Sin una adecuada discriminación de las familias según la etapa que atraviesan no se entienden muchos de los rasgos descritos en un corte vertical generalizado para todas las familias. Mucho menos los fenómenos de dinámica familiar, tales como nupcialidad y matrimonio, reproducción, educación y socialización familiar, planificación familiar, integración conyugal, conflicto, disgregación del núcleo, mortalidad y otros.
 
Vamos pues a señalar algunos de las aspectos más relevantes de esta clasificación con algunos datos de que disponemos.
 
Un primer acercamiento a esta panorámica parte de la pirámide de las edades de la población. Nuestro país presenta, como es sabido, una pirámide muy aguda: muchos niños y jóvenes (más del 45 por ciento menores de 15 años), frente a una población adulta que disminuye grandemente sus porcentajes a medida que asciende en la edad. Este hecho predetermina automáticamente los porcentajes de familias en su etapa inicial, frente a una proporción minoritaria de familias en su última etapa. La elevada tasa bruta de nupcialidad * (de 7 por cada mil habitantes) aporta un contingente muy elevado de nuevas parejas que constituyen una nueva familia conyugal (como unidad o como parte de una extensa).
 
Según la mencionada "Investigación de la familia" realizada por el IMES, la edad de la mujer al casarse se distribuyó de la siguiente manera: (véase cuadro No. 15).
 
El 84 por ciento de las mujeres se casaron en una edad entre las 14 y 24 años, pero en este grupo, resalta el alto porcentaje de las adolescentes (43%) que se inician como esposas: casi una mitad de la población femenina casada.
 
El hombre, en cambio, se convierte en jefe de familia -o al menos en esposo y padre entre la edad de 20 y 29 años (74%), principalmente, antes de los 25. Hay pues una diferencia global de unos 5 años entre los esposos.
 
* Tasa bruta de nupcialidad: Matrimonios celebrados en un año, divididos entre el total de población y multiplicados por mil habitantes.
 
CUADRO No. 15
 
EDAD EN CASARSE
En % (2,455 parejas)
_________________________________________________________
Edad Hombre Mujer
14 años o menos - 3
 
De 15 a 19 años 9 40
 
De 20 a 24 años 38 41
 
De 25 a 20 años 36 13
 
Más de 30 años 17 3
 
Totales 100 100
__________________________________________________
 
Como decíamos, la distribución porcentual de familias según la etapa que viven sigue en general a la pirámide de las edades de la población total.
 
CUADRO No 16
DISTRIBUCION DE LA POBLACION MEXICANA POR EDADES. ESTIMACIONES PARA EL AÑO 1975
_________________________________________________________
Ambos
Grupos de edad Hombres Mujeres sexos
% % %
 
De 15 a 24 37 34 36
 
De 25 a 34 24 23 23
 
De 35 a 44 16 17 16
 
De 45 a 54 10 17 16
 
De 55 a 64 7 7 7
 
De 65 y más 6 7 7
Totales 100 100 100
__________________________________________________
 
 
De los anteriores rangos se puede pasar a la consideración de las etapas del desarrollo familiar, en base a los años de casados, de tal manera que podríamos constituir tres grandes grupos de familias -el primero subdividido en dos-con las siguientes características más o menos definidas.
 
1o a) Las familias de etapa inicial procreativa están representadas por parejas centrales que no tienen más de 5 años de casados y han procreado 1 ó 2 hijos (en algunos casos tres o hasta cuatro excepcionalmente) los cuales aun no entran al sistema escolar de la primaria. Según nuestros cálculos son el 15 por ciento del total de las familias. Estas familias iniciales, sin embargo, muchas veces no figuran como tales pues se confunden con las familias de la 2o o 3o etapa. En este caso, la pareja puede separarse posteriormente de sus parientes ya en su 2o etapa, o bien quedar integrada definitivamente, en un período más, al ciclo de la familia a que pertenece.
 
1o b) Las familias de etapa procreativa avanzada llegan a tener en México de 3 a 5 hijos en su mayoría-en algunos casos más, y en muy pocos, se mantienen con menos. Estas familias tienen de 6 a 16 años de haberse formado. Los hijos mayores inician la pubertad y los pequeños pueden estar en sus primeros años de vida, de tal manera que la familia tiene que atender al desarrollo básico de unos y otros en esta etapa inicial de su vida como personas. Calculamos que un 35 por ciento del total de las familias pertenecen a este tipo.
 
2o Las familias de la 3o etapa se encuentran ya entre las 16 y 25 años de haberse constituido. Las miembros de la pareja central tienen entre 22 y 30 años. En México la mayoría de ellas han procreado ya 6 hijos o más (el 66%), según nuestras investigaciones. Un 28 por ciento de ellas, se mantienen, sin embargo, en un número entre 3 y 5. Los hijos mayores han podido pasar ya la etapa de la adolescencia con todos los problemas que esto implica en las relaciones cada vez mas difíciles con sus padres. En muchos casos se han comenzado a casar. Los hijos menores están ya en su pubertad. o en el final de su niñez, pero es frecuente un hijo más pequeño con bastante intervalo frente a los demás. Este hijo desempeña un papel importante en el período posterior de disgregación familiar, manteniéndose en compañía de los padres en su vejez.
 
Las familias de esta etapa, según nuestros datos, comprenden el 25 por ciento del total de las familias mexicanas (en 1977, aproximadamente 3 millones).
 
3o Finalmente tenemos al grupo de familias en etapa final, de disgregación del núcleo central de padres e hijos o de los hermanos entre sí, a la muerte de los padres o tíos (en caso de familias extensas). Son familias formadas hace más de 25 años. Las hijos se han casado ya y en ocasiones se reintegran a sus padres en busca de la ayuda de éstos. Sin embargo, pasados los años, los padres se quedan solos-sobretodo en el caso de la familia que responde estrictamente al modelo nuclear-conyugal-o bien, a la muerte de uno de ellos, el otro se acoge a la familia de uno de sus hijos. Es de notar que ambos modelos son frecuentes en México. Recordemos el elevado número de hogares con una persona solo (cerca de 1.000,000 de casos), principalmente en las grandes ciudades.
 
También es de notarse la gran incidencia de parientes padres de uno de los esposos, al interior de familias originalmente de tipo nuclear. El porcentaje del total de familias en etapa final de disgregación es, según nuestros cálculos, del 25 por ciento; es decir, más de 3 millones de casos que viven actualmente este período.
 
El cuadro siguiente resume nuestra estimación cuantitativa a la que hemos hecho referencia.
 
Como puede verse, la clasificación de las familias por etapas de su desarrollo se presto a un análisis sumamente rico en dimensiones y matices. Están aun por hacerse investigaciones empíricas que permitan un mejor conocimiento de esta realidad plural, tanto en su estado vista en un momento dado, como en su dinámica y tendencias cíclicas intergeneracionales.
 
Con esto terminamos nuestro panorama tipológico, hecho a partir de los datos de que disponemos, en un primer acercamiento. Las demás categorías señaladas como elementos de caracterización tipológica quedan comprendidas básicamente en los grupos tipológicos aquí analizados.
 
Pasamos ahora a una propuesta sintética para la elaboración de una clasificación que integre de la manera más sencilla y comprensiva la tipología analítica anteriormente expuesta, en vistas a operacionalizar una investigación de campo al respecto.
 
TIPOLOGIA FAMILIAR SEGUN ETAPAS Y FASES Y NUMERO DE HIJOS EN CADA UNA DE ELLAS (1)
__________________________________________________________
Número de hijos en cada tipo
de familia (1)
%del De 1 a 2 De 3 a 5 De 6
total hijos % hijos % más hijos Total
Familias se Fase según años de fa de su de su jos % de del
gún etapa de casados milias grupo grupo su grupo grupo
Inicial hasta los 5 años
de casados 15 73 27 -- 100
Etapas pro
creaativa Inicial avanzada de
6 a 15 años de ca
sados 35 11 60 29 100
 
Intermadia: De 16 a 25 años de
desarrolla casados 25 7 28 66 100
Final: dis Más de 25 años de
gregación casados (3) 25 5 25 70 100
familiar
Total 100 21 42 37 100
_______________________________________________________________________________
 
(1) Hemos hecho nuestras estimaciones porcentuales a partir del total de familias mexicanas, recalculando las proporciones que la investigación señalada nos dio, mediante la agregación del sector de familias con esposas mayores de 45 años, no comprendidas en dicha investigación encuesta. A partir del porcenteje del 25 por ciento comprendido en la categaría censal, de la población nacional, agregamos los porcentajes del total de familias de la encuesta pero recalculados al 75 por ciento correspondiente.
 
(2) Datos obtenidos del Centro de Documentación IMES, Inv, Fam. en México, 1968.
 
(3) Dato porcentual obtenido a partir de las cifras estadísticas del Banco de México: (Benitez y Cabrera) Proyecciones de la Población de México, 1960-80 Op. cit. p. 48.

EL FENOMENO FAMILIAR
EN MEXICO
 
SU ESTUDIO SOCIOLOGICO
 
LUIS LEÑERO OTERO
 
 
 
TERCERA PARTE
 
PANORAMA TIPOLOGICO DE LAS FAMILIAS
MEXICANAS
 
 
CAPITULO 1. ESTEREOTIPOS E IDEOLOGIA DOCTRINAL, SOBRE LA FAMILIA EN MEXICO QUE DIFICULTAN EL CONOCIMIENTO REALISTA DE LA PLURALIDAD FAMILIAR.
CAPITULO 2. PANORAMA TIPOLOGICO DE LAS FAMILIAS MEXICANAS, ANALISIS SOCIOGRAFICOS.
 
 
 
 
CAPITULO 1
 
Estereotipos e ideología doctrinal sobre la familia en México que díficultan el conocimiento realista de la pluralidad familiar
 
1.1. El fenómeno social del estereotipo aplicado a la comprensión del fenómeno familiar y a la formulación de su modelo.
 
1.2. Estereotipos tradicionales relacionados con la familia mexicana.
 
1.3. Estereotipos modernos relacionados con la familia mexicana.
 
1.4. La doctrina familística y la antifamilística como ideologías.
 
 
 
1.1. El fenómeno social del estereotipo aplicado a la comprensión del fenómeno familiar y a la formulación de su modelo.
 
La elaboración de conceptos e imágenes se lleva a cabo mediante generalizaciones frecuentemente de tipo ideológico -que encubren un interés por parte de quien lo formula- ya sea en forma consciente o subconsciente. Estrechamente ligado al está el estereotipo, que no es sino una simplificación y homogeneización de las ideas y características que se atribuye a las personas, grupos y categorías sociales.
 
El estereotipo es definido en el diccionario de sociología de H. Pratt Fairchild así: "Creencia popular, imagen o idea aceptada por un grupo, de ordinario enunciada en palabras y cargada de emoción."
 
-"Concepción simplificada e incluso caracterizada de un personaje, personalidad, de la estructura social, programa social que ocupa en nuestras mentes el lugar de imágenes exactas."
 
-"Lugar común . . . opinión predispuesta. y muy simplificada acerca del modo de ser de una persona. De ordinario se base: a) en las interpretaciones tradicionales de la aparición personal; b) en la nurmuración, y c) en el caso de figuras públicas, en informes de periódicos y otros medios de comunicación de masas."
 
Nosotros añadiríamos a estas especificaciones que el estereotipo es más bien un producto ideológico con carta de naturalización popular. Está íntimamente ligado al prototipo cultural. Es decir, crea pautas y normas de comportamiento. Es utilizado para inducir consciente o inconscientemente la conducta y conformarla a las instituciones y grupos sociales que las presuponen, dentro de su función.
 
En este sentido, la vida familiar queda íntimamente ligada a múltiples estereotipos que la propia cultura popular integra una vez generada por el sentido ideológico de quienes son sus beneficiarios.
 
La obra de Béjar, Raúl es un excelente estudio sobre la utilización y especulación que se ha hecho en torno a los estereotipos del mexicano, y en cierta forma, de la familia mexicana. En su revisión ampliamente documentada destilan notables intelectuales mexicanos representantes de la inteligencia nacional, tales como los filósofos Alfonso Caso, José Vasconcelos, Samuel Ramos, Leopoldo Zea, Emilio Uranga; Psicólogos y Psiquiatras tales como Santiago Ramírez, Francisco González Pineda, José Gómez Robleda, Aniceto Aramoni; escritores, ensayistas y novelistas como Salvador Novo, Luis Spota, Carlos Fuentes, Octavio Paz, Agustín Yáñez, Elvira Bermúdez; incluso autores extranjeros, como D. H. Lawrence, Robert Escarpit, Aldous Huxley, Arnold Toynbee, Luis Cernuda, Oscar Lewis, etc., que se han ocupado de este fenómeno.
 
Con notables excepciones y sin dejar de haber entre todos ellos valiosas aportaciones al del mexicano y de su vida familiar, Béjar concluye que en casi todos estos trabajos existe una tendencia generalizante con débil sistematización científica y falta de representatividad en la investigación empírica, en la que suele confundirse el estereotipo con el tipo real. Más aún, en pocos casos se matiza el típico que se busca plantear, con una tipología diversificante y relativizante que permitiría analizar el fenómeno real que pretende describirse con precisión científica.
 
Pero mencionemos algunos de los estereotipos íntimamente ligados a la caracterización mítica de la familia mexicana.
 
Distinguimos, en primer lugar, dos clases de estereotipos: los que podríamos identificar como tradicionales derivados de concepciones generadas durante los últimos siglos y los estereotipos que, por contraposición, podemos llamar "modernos", desarrollados en la actualidad en torno al concepto ideal que se tiene de la familia mexicana actual.
 
Vamos a hacer un breve recorrido a estos estereotipos, para resaltar su carácter ideológico de concepción generalizante asistemática, y con ello diferenciarlos de la tipología real que estudiaremos después.
 
1.2. Estereotipos tradicionales relacionados con la familia mexicano.
 
a) "Machismo" y su correlativo "Maternalismo".
 
Ha sido ya altamente tratado por diversos autores, moralistas y educadores. Se trata de uno de los estereotipos de más fuerte arraigo, pues puede decirse que perdura en la realidad con rasgos muy caractrísticos, lo cual reafirma su vigencia.
 
Sin embargo, tanto al nivel de la expresión popular, como al de una gran cantidad de estudios pseudocientíficos y literarios, la idea del machismo ha sido un lugar común cuando se ha tratado de describir el carácter del mexicano y del "latino" en general. En esta perspectiva, un grave error se suele presentar, pues además de que el machismo puede adquirir múltiples formas y grados, según el tiempo, lugar y grupo a que se refiera en concreto, comúnmente se suele confundir el patrón ideal de conducta "machista" como norma más o menos vigente y aceptada-con la conducta realmente vivida.
 
Por lo que se refiere a la concepción machista aparecida en la expresión popular, existen múltiples manifestaciones de ésta a través de refranes, canciones y especialmente de los tradicionales "corridos", que reflejan una forma auténtica de lo popular desde la época colonial de la Nueva España, hasta otros recientemente populares, tales como el de "Juan Charrasqueado". En éste se describe al "héroe" como valiente, arriesgado en el amor, raptador de las mujeres más bonitas de la región, burlador y violador de todas, y portador de machete y cuchillo; borracho, parrandero y jugador... También se ha difundido nacional e internacionalmente un estereotipo del mexicano "macho", encarnado por artistas cinematográficos de gran éxito, tales como Jorge Negrete, Pedro Infante y después, por una gran cantidad de imitadores. En todos ellos el héroe aparece como valiente, enamorador, prepotente;
 
Parece ser que ese machismo popular tuvo una gran relación con el fenómeno de la Revolución Mexicana (1910-1930) por las características propias de un período de lucha violenta en donde la relación humana tenía rasgos más bien patológicos. A medida que los años van pasando, el conflicto revoucionario queda atras y la expresión popular más urbanizada y más industrializada en sus formas de manifestación, va buscando nuevas referencias descriptivas del carácter del hombre y la mujer, dentro de una perspectiva más cosmopolita y menos nacionalista. Es notable la tendencia cada vez mayor a la difusión de canciones internacionales, e incluso nacionales, de autores y con temas propiamente urbanos, o de reivindicación social frente a los poderosos.
 
Existe, por otra parte, como ya lo apuntábamos, una fuerte corriente de difusión del estereotipo machista, con iguales rasgos de confusión entre el patrón de conducta y la conducta de la población. También al nivel de los estudiosos de la conducta humana ha aparecido, desde hace varios años, el machismo como pretendida realidad de la vida del mexicano: Samuel Ramos, Santiago Ramírez, Francisco González Pineda, Aniceto Aramoni, Octavio Paz, Elvira Bermúdez para mencionar algunos solamente.
 
Su descripción del estereotipo es real y profunda casi siempre, pero puede resultar equívoca si se entiende que describen la realidad misma del mexicano y no explican los rasgos ideológicos de los patrones de conducta enfatizados en el estereotipo y en el mito. ¿A qué se debe, quién lo crea y a quién beneficia?
 
Lo mismo sucede con el estereotipo correlativo de la mujer abnegada y la maternidad femenina como caracterización idealizada de la contrapartida machista. Una vez exaltado el hombre macho, hay que dignificar a la víctima y a la institución familiar que la justifica.
 
La "maternidad santa" es su premio estereotípico. En torno a él se borda una personalidad ideal de sumisión, entrega, constancia, lealtad, sacrificio, valor de la fertilidad, ideal hogareño, etc. Con ello se consigue hermanar el estereotipo machista con el rol de la sumisión femenina y compensarlo con una supuesta gratificación moral.
 
Sin embargo, los datos que nos brindan investigadores empíricos recientes nos permiten diferenciar el estereotipo del perfil real de la actual mujer mexicana.
 
En su obra Hacia dónde va la mujer mexicana Ma. del Carmen Elu de L; desarrolla este tema. Resalta, en su estudio de cerca de 2,500 parejas mexicanas de diversas clases sociales y en las diversas zonas rurales y urbanas del país, el hecho de que la actual mujer mexicana no responde, al menos en la medida en que lo establece el estereotipo, al patrón de madre abnegada, resignada y abandonada, no soporta pasivamente su deber sexual de esposa y no es totalmente dependiente en las decisiones de su vida familiar y personal
 
Efectivamente, la distribución de tareas en el hogar no sigue ya tan claramente la tradicional división de labores según el sexo. Un 20 por ciento de hombres dicen realizar labores domésticas; un 63 por ciento interviene normalmente en actividades de atención y cuidado de los hijos; a su vez, en la autoridad y toma de decisiones de la familia, la mujer dice participar en un 65 por ciento referente a tener o no más hijos; Un 69 por ciento interviene en la selección de médicos; 60 por ciento en el castigo que debe imponerse a los hijos; 65 por ciento en la escuela para éstos; 60 por ciento en la forma de distribuir el presupuesto familiar; 51 por ciento en la compra de bien inmueble o mueble más importante; 55 por ciento en la selección del lugar dónde vivir.
 
Por lo anterior podemos delinear en alguna medida la relativizacion del estereotipo tradicional machismo y maternalismo sumiso y abnegado. De cualquier manera, es preciso reconocer que se mantienen rasgos del estereotipo en grados y en un gran número de familias mexicanas. Se hace preciso un estudio más profundo del tema con la finalidad de descubrir las variaciones y los cambios y medir la magnitud de una tipología plural, al repecto. Y en todo esto, descubrir, por ejemplo, la dinámica de cambio dentro del conflicto latente o manifiesto de la relacíón entre los sexos.
 
b) Otros estereotipos tradicionales.
 
Tradicionalmente se considera que los lazos de parentesco son la base de la seguridad y el canal natural para la socialización de la persona. La familia es, por lo tanto, dentro del estereotipo y en su amplia connotación, la unidad básica del individuo, sobre todo de la mujer.
 
A partir de esta concepción, derivada de hecho de una situación social y de la falta de una seguridad social institucionalizada, el estereotipo derivado hace referencia a una familia mexicana unida a través de los lazos de parentesco que; por adscripción, representan la relación social básica del individuo. Que el estereotipo plantee un prototipo ideal-independientemente de su adecuación o no a la vida actual, sobre todo en las ciudades-no quiere decir que la realidad obedezca a esta misma concepción.
 
En una investigación hecha por el IMES en poblados rurales cercanos a una ciudad industrial fundada hace pocos años en una área netamente agrícola tradicional, Ciudad Sahagún, la población entrevistada: 500 hombres entre campesinos; obreros -viviendo aún en sus pueblos rurales-y de diversas ocupaciones tales como artesanos, comerciantes y otros servicios, afirmó, sólo en un 39 por ciento, por ejemplo, que para obtener una cantidad de dinero de relativa cuantía recurría a sus parientes. A su vez, de 240 mujeres entrevistadas, dijeron un 50 por ciento que ordinariamente se puede y se debe esperar ayuda económica de los parientes. La otra mitad abrió diversas posibilidades de obtención de esa ayuda.
 
Sí existe, por lo tanto, una limitación a la establecida en el estereotipo, acerca de la seguridad que brinda la familia en los medios rurales. Esto refleja situaciones sociales muy claras: relatividad de los lazos familiares para proporcionar la seguridad que podría esperarse de ella, aunque al mismo tiempo, incapacidad del sistema social para dar seguridad a las familias populares.
 
Muchas veces, el fenómeno de movilidad social experimentado, sobre todo el de la migración, separa a los parientes y limita su influencia, o bien, se basa precisamente en la aproximación a un familiar anteriormente emigrado a la ciudad, que le pueda dar la oportunidad de subsistir en base a un tipo de familia semiextensa que contradice al conyugal nuclear de origen.
 
Hay, por lo tanto, rasgos del estereatipo que permiten considerar su vigencia relativa. Por ejemplo, ante la pregunta de qué es lo que considera más importante en la vida, el 46 por ciento de los hombres puso en primer término a su familia, el 32 por ciento a su patria y el 13 por ciento a su religión.
 
Esto obedece sin duda a un fenómeno social que el estereotipo refleja con su carácter ideológico: "no esperes beneficios del sistema social (capitalista o precapitalista semifeudal). Son los parientes los que te sacan de apuro". Esto último bien sabemos es muy relativo aunque dada la situación de muchos es el único modo de sobrevivencia.
 
Estudios hechos en zonas suburbanas en la ciudad de México resaltan la importancia que cobran las relaciones de parentesco en dichos ambientes sobre todo tratándose de recientes inmigrantes.
 
¿Hasta qué punto podría decirse lo mismo en familias de clase media y alto? Parece ser que un patrón diverso de conducta suele desarrollarse en relación a la solidaridad del parentesco consanguíneo. El estereotipo habrá que relativizarlo como descripción de realidad de la familia mexicana.
 
Está casi virgen este tema de análisis realista sobre las familias mexicanas. ¿Hasta qué punto, por ejemplo, los lazos de parentesco dan lugar a una dinámica conflictiva más que a una de cooperación; o mejor aún ¿cuáles son las dimensiones de integración parental y cuáles de desintegración?; ¿qué tipología familiar múltiple se desprende de este fenómeno sociológico?; ¿a qué obedece la parentela en un sistema capitalista urbana y a qué en un media rural?
 
No puede negarse la importancia que ha tenido para la familia mexicana la concepción sacralista derivada de la cultura tradicional religiosa.
 
Efectivamente, ligada a esta concepción sacral de la familia se ha desarrollado un prototipo de lo que debe ser una familia católica, y concomitante a ello, se ha podido crear un estereotipo más o menos ideal de lo que es la familia mexicana como "unidad santa" donde se conservan "las más limpias tradiciones del país".
 
Esta concepción prototípica y estereotípica de la "familia santa" existente en México por acción principal de la Iglesia institucional, ha dado lugar a un mito que ha impedido lograr un conocimiento realista de lo que de hecho es la familia mexicana. E1 interés de control por parte de la Iglesia jerárquica ha prevalecido todavía frente al interés científico del conocimiento de la realidad.
 
La tipología tradicional de los valores característicos de una cultura que exalta la concepción familística íntimamente ligada a una concepción religiosa ha sido, paradójicamente, una barrera para reeducar, sobre una base realista, a las nuevas generaciones. Efectivamente, esto ha impedido el sano juicio crítico sobre la familia de origen y sobre los propios padres, y sus intereses, por considerar que todo ello representa algo sagrado que no puede ser tocado. E1 resultado ha sido que los hijos repitan los mismos errores que sus padres, sobre la base de que su comportamiento familiar, como padres de familia, está a su vez protegido por el toque sagrado de su función. Sucede analógicamente lo que pasó con la concepción sacral del rey que se consideraba investido de poderes divinos y fuera de cualquier crítica por parte de los súbditos. El rey no tenía ante ellos ninguna responsabilidad sujeta a los juicios humanos. Pero la desacralización del poder político transformó de hecho la estructura del Estado en forma radical.
 
Podría pensarse lo mismo de la familia sujeta al proceso de secularización que vive la sociedad entera. Pero el estereotipo de la familia sagrada no reconoce este hecho fácilmente y confunde una aspiración tradicional con una realidad social lejana a dicho modelo.
 
Algunos de los elementos prototípicos comprendidos en esta concepción sacral son los siguientes:
 
--"Lo que Dios ha unido, nadie lo puede separar."
 
Siguiendo esta sentencia normativa, se suele decir que la familia mexicana es una familia en la cual la unión matrimonial es altamente sólida y rechaza la concepción "antirreligiosa" del divorcio. Se acepta comúnmente que existen-como hecho, aunque no como derecho-, por parte del hombre, relaciones extramaritales pero se afirma que eso no impide la perpetuación del vínculo marital establecido por Dios.
 
Un estudio empírico podría mostrar además de los datos oficiales de los censos-que dan un 15 por ciento de mujeres del total de jefes de familia, entre las cuales se encuentra un elevado porcentaje de mujeres abandonadas-que existe, de hecho, un mayor número de familias en los cuales el vínculo matrimonial no se ha mantenido. Más aún, resulta importante demostrar objetivamente cómo la indisolubilidad y fidelidad matrimonial acorde al prototipo sacral matrimonial es sumamente débil en calidad y relativamente limitado en la cantidad de parejas mexicanas.
 
El ideal utópico de santidad matrimonial como patrimonio religioso es limitado en la vida real aunque no en la concepción estereotipica de la familia mexicana. Una situación de hipocresía social se deriva de este hecho, pero sobretodo, una actitud de inmadurez psicológica está en el centro de esta problemática.
 
En primer lugar, el sistema de cortejo y selección de pareja obedece ya a un patrón de conducta teóricamente secular y personalista, en contraste con la pauta tradicional que daba a los padres, sacerdotes y parientes-como representantes de la autoridad divina-un papel decisivo en la concertación de los matrimonios. Pero sucede que los jóvenes actuales, quienes pueden ya escoger "libremente" su pareja, no reciben de hecho una formación adecuada para saber tomar una decisión responsable que se sigue considerando sagrada y definitiva.
 
El contraste entre esta sacralización y las consecuencias de una decisión tomada en forma inmadura e insegura-hecha sobre factores circunstanciales fortuitos y sobre impulsos afectivos propios de adolescente-resulta sumamente fuerte. Mientras el criterio sacral persista, la conducta principalmente de la mujer tiene que reproducir otros patrones prototípicos tradicionales también sacralizados: abnegación, maternidad, sumisión al hombre, etc. Con ello, el equilibria externo se mantiene dentro del estereotipo de "familia santa", aunque con el costo de esta sumisión y abnegación.
 
Pero al llegar el proceso de secularización y producir la desacralizacion del vuínculo matrimonial se adquiere una dimensión humana que hace sentir que la responsabilidad de la unión conyugal es obra de la voluntad personal y no de la de Dios, o al menos primordialmente la acción humana. El prototipo unívoco de familia, sancionado con un criterio sacral, desaparece y da lugar a una pluralidad de pautas de conducta. Los conflictos latentes o reales que existen en el seno familiar salen entonces a luz sin la inhibición de lo sagrado y se pueden reconocer diversos tipos reales de familia, ya sin el peso de la sanción divina.
 
Obras como la de Oscar Lewis, en las que se describe abiertamente esta aparente incoherencia entre el estereotipo sacral familiar y la situación real lejana a ese modelo, no dejan de provocar todavía un escándalo y un cierto recelo al reconocer que un amplísimo sector de la población-no sólo en los estratos populares-viva, de hecho, fuera del estereotipo de "familia santa".
 
-Tener "los hijos que Dios mande"
 
Otro de los elementos característicos del estereotípo sacral familiar es la afirmación de que la procreación debe responder a la voluntad divina: "los hijos que Dios mande". Se dice, en el prototipo, que Dios bendice a las familias numerosas y que "cada hijo nace con su torte", indicando con esto que la Providencia Divina está presente cuando la familia acata la voluntad de Dios. Se dice, a su vez, que la familia mexicana responde en verdad a esta concepción sacralizada. Sin embargo, si profundizamos un poco en la realidad empírica nos encontramos que se trata de un estereotipo y no de un hecho verdadero. La referencia sacralista dentro de la fecundidad abundante se convierte casi siempre en una racionalización tradicional que encubre más bien una situación de ignorancia o de reacción vital, por parte de quien aduce el estereotipo como patrón de conducta de sumisión religiosa-antes también de tipo convencional-.
 
Nuestros estudios empíricos demuestran que existe una correlación significativa entre educación y rechazo de la fórmula "tener los hijos que Dios mande" enunciada en forma pasiva. A mayor educación y conocimiento de métodos anticonceptivos, mayor conducta de regulación de la fecundidad y menor número de hijos no deseados.
 
Lo anterior significa que el proceso de secularización es irreversible en esta dimensión providencialista pasiva. La procreación está siendo vista cada vez más como un acto volitivo, de responsabilidad personal y social, y no como una consecuencia sagrada del respeto a una ley natural también sacralizada, fuera del alcance del hombre.
 
Estudiar objetivamente cómo se da esta diversificación de tipos familiares a partir de la conducta más o menos secularizada en este campo, vendrá a relativizar la vigencia del estereotipo de familia sacralizada mexicana.
 
El que aun una mayoría de parejas mexicanas contraigan matrimonio religioso y sigan ciertas prácticas religiosas y de culto, no significa, de hecho, que actúen apegados al sentido del ideal de familia religiosa, ni menos aun que reflejen en la práctica una conducta cristiana.
 
1.3. Estereotipos modernos relacionados con la familia mexicana.
 
Pero no solamente en la cultura tradicional se generan estereotipos ideológicos. Las clases elitarias de la vida moderna y los medios masivos de comunicación a su servicio crean también formas conceptuales equívocas de identificación de la realidad social. Se generalizan, con la misma o con mayor superficialidad, a través de "slogans" difundidos por los medios masivos de comunicación y por una subcultura pseudocientífica, imágenes falsas de lo que está sucediendo y de las características que tienen las instituciones, los grupos y las personas.
 
La familia, dentro de esta ideología modernizante-siempre difícil de delinear debido a su mezcla con culturas tradicionales- queda también, por lo tanto, implicada en estas tendencias estereotípicas. Una de las principales fuentes de valoración de esta corriente es, sin duda, la cultura "media" norteamericana que llega al país a través de diversos canales de comunicación, influyendo grandemente en la concepción e identificación de nuestra propia realidad. Sin embargo, son los propósitos ideológicos de quienes sustentan y dirigen el sistema quienes favorecen con aparente intención altruista estos estereotipos.
 
a) Estereotipo de "familia pequeño-barguesa".
 
La sociedad de consumo masivo ha tenido como base de su desarrollo a un prototipo de familia de clase media que viene siendo la unidad del consumo masivo por antonomasia.
 
La industrialización, la comercialización, la publicidad, la prestación de servicios profesionales y públicos, e incluso la propaganda política de democracia liberal, está basada en la familia de clase media como centro y objetivo de sus acciones. Unido a ellos se encuentra todo un sistema institucional moral, religioso y político que refuerza de manera inequívoca la creación de un tipo de familia "standard", con creciente capacidad de consumo y de intereses para apoyar todo el sistema de economía capitalista.
 
En forma consciente o inconsciente-por aquello de la enajenación unidimensional de la que habla Marcuse y muchos otros autores contemporáneos aparece todo un proceso de generación estereotípica para demostrar que la vida ordinaria moderna está representada por el tipo de vida familiar pequeño-burguesa. Esta familia permite a los individuos adaptarse y desarrollarse con posibilidades de éxito -o al menos con altas probabilidades estadísticas de ser personas "normales", satisfechas de su vida de consumo- dentro de la sociedad moderna.
 
Programas cotidianos de televisión y radio; películas y obras de teatro; novelas, manuales de orientación; artículos, noticias y reportajes de la prensa; doctrinas religiosas y morales; reuniones públicas y privadas; investigaciones sociales y todo un sistema de salud y asistencia psicosocial están orientados en forma coincidente para reproducir la imagen de vida familiar propia de la clase media norteamericana.
 
El modelo-que a su vez se convierte en estereotipo pues acaba por presentarse como un hecho supuestamente generalizado y único- es más o menos el siguiente:
 
La familia constituida por el padre, la madre y los hijos (familia nuclear conyugal). Los padres están casados por las dos leyes civil y religiosa-y al hacerlo así, por amor, se separaron de sus respectivas familias de origen y constituyen la suya en forma autónoma. Su matrimonio es concebido dentro de un sistema monogámico que se considera intrínsecamente natural. Sus relaciones maritales están basadas en la fidelidad recíproca-aunque se acepte tolerantemente las relaciones extramaritales, al menos para él. El divorcio es vista como un fracaso y no es deseable, sobre todo por las consecuencias para los hijos. Sin embargo, también se acepta como un hecho.
 
Los hijos son tenidos en forma consciente y su número tiende a ser reducido (de 2 a 3 en su media). Este hecho permite a la familia equipar su hogar con múltiples productos industriales que dan "confort" a la vida familiar. La televisión (varios aparatos) y el equipamiento doméstico, con varios productos para el aseo, son característicos. Uno o más automóviles también son indispensables. El ideal de tener una casa propia (propiedad vertical u horizontal) es supuestamente alcanzable para una mayoría.
 
Existe un sistema democratizante en la toma de decisiones familiares, aunque el padre conserve teóricamente la máxima autoridad y la madre la tenga muchas veces en la práctica. Las tareas se dividen. La madre rara vez trabaja fuera del hogar, al menos mientras los hijos crecen. Se dedica a labores domésticas, lo cual no le impide acompañar a su esposo a las reuniones sociales, con amistades ligadas más bien a su trabajo. Los hijos estudian primaria y segunda enseñanza y acuden cada vez en mayor número a la universidad -lo mismo ellos que ellas. En muchos casos tienen que trabajar jóvenes para independizarse económicamente de los padres, aun antes de casarse. Esto permite que todos los miembros de la familia puedan ampliar su capacidad de consumo y de actividades de recreo.
 
La familia conserva su adscripción formal religiosa, asistiendo a prácticas de culto y siguiendo una moral más o menos puritana en teoría, y de tolerancia en la práctica, que llega hasta la llamada forma de "matrimonio abierto".
 
Después de una etapa de socialización conjunta, los hijos tienden a separarse entre sí a partir de sus actividades y a reducir el tiempo de vida familiar en común. Esto mismo permite a los padres ampliar sus relaciones sociales. Todo ello no impide la celebración formal de la navidad y los cumpleaños, "santos", o días de festejo familiar, que dan lugar a una extraordinaria actividad comercial por la adquisición de regalos -símbolos del amor familiar.
 
La moda, impulsada por los medios masivos de comunicación, tiene una influencia enorme en la vida cotidiana de los miembros de la familia, lo cual homogeniza socialmente a todos y permite la formulación del estereotipo familiar con alto grado de aplicación efectiva.
 
El ideal del éxito en la vida, dentro de esta concepción, consiste en poder contar con la comodidad familiar adecuada para el descanso y la seguridad, así como mantener una red de relaciones sociales no adscriptivas, sino voluntarias y lograr que el jefe de la casa tenga buena posición en el trabajo, con prestigio de "buen compañero, hombre de bien", y positivo miembro de su familia de procreación, más que de la de origen. Poder divertirse sanamente, en forma regular y durante las vacaciones, es porte esencial del logro esperado, sin que esto signifique que se le dé más importancia a la diversión, recreo y "hobbies" que al trabajo mismo.
 
Finalmente, salirse eventualmente de lo común, forma parte de la característica de la vida media. La familia, incluso puede ofrecer esta oportunidad mediante paseos, relaciones personales especiales, situaciones limitadas de conducta "desviante", logros de prestigio de uno de sus miembros que sale del anonimato-, demostraciones parciales de "gustos" y "creaciones" personales, etc. Con ello se da la impresión de romper la rutina, al mismo tiempo que se mantiene el sistema modal.
 
Como puede verse, el modelo es bastante sencillo y puede describirse con mucho más detalle, pero siempre dentro de los lineamientos trazados. Inclusive, países con fuertes tradiciones familiares, adoptan fácilmente el modelo generado por el mismo sistema capitalista importado pero funcional al interior del país, para las clases mediasaltas. México, como país centralista, es un excelente ejemplo de esta estereotipización familiar. Las mismas teorías y técnicas en los campos de las ciencias sociales y de la conducta, así como en las de tipo normativo educativas y literarias, reproducen y refuerzan el proceso de adopción de este prototipo familiar.
 
Uno de los mejores ejemplos de esto es la mayoría de técnicas y técnicas de psicoterapia familiar e individual es la mayoría de teorías que se aplican en nuestros países, siguiendo implícita o explícitamente esta línea y divulgando, a manera de conocimiento de realidad, la existencia de este estereotipo que, independientemente de su difusíón, no sirve para representar sino a un limitado número de familias mexicanas.
 
Por ello, el estudio objetivo y realista de nuestra realidad familiar requiere distinguir en la tipología plural de familias mexicanas los fenómenos de cambio que se están viviendo realmente. En todo caso, la adopción de este modelo de familia pequeño-burguesa, por parte de las mayorías populares de la población mexicana-rural y urbana-lleva implícito una serie de ambigüedades, conflictos y crisis que es preciso saber entender y orientar, a partir de la misma realidad y no tanto del estereotipo.
 
b) Paternidad responsable, moralidad neopuritana y aceptación
normativa del divorcio.
 
-Paternidad responsable como prototipo ambiguo
 
La concepción de la paternidad responsable está derivada de una más amplia captación de la moral y de su imperativo esencial subjetivo. Pero a su vez, lleva implícita una concepción secularizada de la función paternal: son los padres quienes tienen que decidir cuántos, cómo y de qué forma van a procrear a sus hijos, no sólo en su sentido biológico, sine también en el espiritual y educativo. Por eso, la doctrina de la paternidad responsable hace coincidir dos corrientes aparentemente diversas: una, moderna de tipo personalista subjetiva; la otra, más tradicional de carácter un tanto institucionalista y paternalista.
 
La fuente de divulgación de esta doctrina-al menos en México-ha sido, al parecer, la misma Iglesia católica, a través de un sector progresista de su cuerpo; sin embargo, su aplicación ha tenido una connotación más bien en el campo de la planeacion familiar y del uso de los métodos anticonceptivos.
 
El concepto de paternidad responsable puede, de hecho, convertirse en un estereotipo equívoco si se aplica en forma simplista como parece hacerse frecuentemente: son irresponsables los padres que tie-nen muchos hijos y responsables los que tienen pocos. Con esto el viene a perder su verdadera significacion.
 
Hay una implicacion más compleja de esta responsabilidad: ser responsable no solamente significa no hacer o hacer a priori lo que se cónsidera que debe evitarse o realizarse. Es decir, no se trata de un sistema de previsión solamente. Es, más aún, una conducta que se lleva a cabo como respuesta a los actos anteriormente realizados. Así, se es responsable cuando se sabe asumir las consecuencias de la propia conducta, sea cual fuere ésta. Un padre que tiene una prole numerosa puede ser responsable cuando su conducta subsiguiente a su procreación biológica responde a las necesidades derivadas de esa familia numerosa. Lo propio se podría decir en el caso contrario: un padre con pocos hijos, puede adquirir a posteriori, en muchos sentidos, una responsabilidad cualitativa mayor como padre y ciudadano.
 
Pero aun el es concepto más complejo. La paternidad responsable no puede determinarse ni valuarse en términos de atribución personal ni de familia nuclear. Una persona no sólo es responsable según su conciencia y su capacidad individual, sino que está también en función de lo que una sociedad y unas condiciones sociales le pidan. La ponderación previa y la respuesta posterior dentro de su sítuación personal, familiar y la de su sociedad, forman un complejo circunstancial objetivo-subjetivo difícil de evaluar.
 
El concepto de paternidad responsable, si no quiere caerse en un prototipo simplista, debe de ester basado en un conocimiento de las Situaciones reales plurales y variantes, así como en el desarrollo de criterios de evaluación moral múltiples que se puedan aplicar a los diversos tipos de población según posición social, capacidades y vocación circunstancial.
 
Derivada de lo anterior, aparece la racionalidad ideológica implícita casi siempre en la ideología de una Política de Planificación Familiar oficial, que atribuye la "culpa" del problema demográfico al pueblo irresponsable e ignorante. La familia que planifica su reproducción en un sentido restrictivo es, en cambio-en este modelo- la ideal. Es además la familia feliz, la que progresa, la que educa mejor a sus hijos, la que da lugar a la integración y éxito conyugal, etc. Mientras más atributos se den a la planificación familiar como modelo de vida, más se evidencia el carácter ideológico de esta idea, manejada como realidad estereotípica por los promotores de los programas. Nuestra hipótesis para una estrategia educativa y promotora al respecto es diferente: no partir de un modelo ideal ideológico que acusa de irresponsabilidad si no se sigue, sino de las necesidades que presentan las familias según sus diversos tipos y situaciones reales.
 
1.4. La doctrina familística y la antifamilistica como ideologías.
 
En el fondo de toda esta esterotipia y prototipia familiar se encuentra la dialéctica doctrinal entre el familismo y el antifamilismo. El primero exalta al máximo el valor de la familia y busca su afianzamiento. El segundo, acusa a la familia de ser un mecanismo opresor y obsoleto.
 
Sin embargo, la polémica no reside tanto en la argumentación del tema en sí, sino en su utilización ideológica como media de defender intereses en uno u otro sentido.
 
Los familismos tradicionalistas o modernizantes han sido utilizados por los sectores de poder para afianzar sus posiciones institucionales. El gobierno, la jerarquía eclesiástica, los industriales y comerciantes, los profesionales de la medicina y la psicología, los abogados, los arquitectos, los educadores y moralistas, entre otros, ven a la familia como una institución que les asegura su status, si obedece a ciertos modelos de ordenamiento social.
 
Para unos, la estructura autoritaria familiar asegura una socialización más o menos adaptadora de las personas al sistema actual y a las autoridades existentes. Los padres de familia son agentes de control social frente a las nuevas generaciones. La dependencia femenina, una forma de control y manejo de la ocupación y desocupación social, un recurso de producción sin remuneración, un factor de control social mediante la conservación de los intereses familiares. El matrimonio monogámico y la moral de control sexual, sistemas que aseguran lo anterior.
 
Para otros, la familia es la unidad de consumo clave, así como el interes por la vida familiar, un medio de despolitización y desconscientización de clase o de militancia política. El mito del amor romantico en el matrimonio y el amor familiar, una forma de asegurar dicho objetivo.
 
La ideología antifamilística, en cambio, parece unirse a una corriente de anarquismo anti-institucional y de rebeldía frente al orden social. La muerte de la familia y la revolución sexual están ligadas a la revolución social integral.
 
Para éstos, la destrucción de los mitos de la felicidad familiar es un objetivo clave para impulsar la idea y aspiración a la revolución anticapitalista. La liberación de la mujer y con ello la destrucción del tabú sexual y del mito machista es uno de los medios claves contra la familia reaccionaria.
 
El antifamilismo, sin embargo, en su extremo anarquista es difícilmente utilizado por los ideólogos de izquierda, que son más bien conservadores a este respecto. El antifamilismo llega íncluso a coin-cidir, en muchas ocasiones, con las ideologías capitalistas de carácter liberal-individualista. La llamada revolución sexual se convierte en un negocio y se mercantiliza el sexo como objeto de consumo. La- liberación femenina y la liberación de la conducta sexual es utilizada por el mercado capitalista, de alguna manera, así como por una le-gislación oficial y una política que hablan de los derechos de la mu-jer como parte de su estrategia legitimación. El divorcio, el amor libre y otras formas aparentemente negadoras de la norma familiar tradicional coexisten y refuerzan, en muchos sentidos, a la ídeología familística.
 
Todas estas posturas ideológicas son observables en México en forma incipiente, por lo que respecta al antifamilismo, y de manera predominante, por lo que respecta al familismo, como lo analizamos al hablar de los estereotipos. Lo cierto es que tanto en uno, como en otro caso, se desconoce la realidad plural y compleja del fenómeno familiar, tal cual se manifiesta en los distintos sectores de la población mexicana.
 
Nuestro propósito apunta precisamente en el sentido de un mayor conocimiento de esta realidad socialmente aprehendida, para de ahí desarrollar el análisis de su explicación concreta y global y el de su proyección presente y futura.
 
CAPITULO 2
 
Panorama tipológico de las familias
mexicanas. Análisis sociográfico
 
2.1. Ensayo de una clasificación de las estructuras familiares en México.
 
2.2. El perfil sociográfico de una tipología plural de la familia en México.
 
 
 
2.1. Ensayo de una clasificación de las estructuras familiares en México.
 
Llegados al punto de establecer una visión realista de la variedad de la familia actual, partimos de un criterio de clasificación plural de los tipos de familia según la ubicación de ésta en las estructuras sociales y según su conformación microestructural.
 
El primer acercamiento parte del supuesto de que la familia es una unidad totalmente dependiente del sistema social en su conjunto y responde, en su dinámica propia, a las condiciones enmarcantes.
 
En el segundo acercamiento, el criterio de clasificación tipológica está más bien referido a la estructura y composición interna de la familia en sus elementos constitutivos básicos.
 
Para realizar dichos acercamientos vamos a esbozar teóricamente de manera más o menos exhaustiva y analítica las categorías taxonómicas de la clasificación, para después sintetizar el cuadro tipológico de las formas básicas que adopta la estructura familiar. Hacemos entretanto un intento de cuantificación relativa de los diversos tipos familiares, utilizando algunos de los datos estadísticos de que disponemos.
 
Finalmente, buscamos llegar a una síntesis de la tipología que permita resaltar las formas que consideramos más importantes. Estas tienen que tener diferencias, si no esenciales, al menos altamente significativas al compararlas entre sí. Pero sobre todo, tienen que dar una explicación de los fenómenos familiares en su dinámica múltiple y de la conducta de sus componentes, tanto al interior de la vida familiar, como al exterior de la misma.
 
He aquí primeramente la relación de categorías factibles de la tipología por establecer.
 
A. Tipologia familiar según el marco social estructural de pertenencia.
 
Podemos mencionar tres clases de factores macroestructurales que dan lugar a una divérsidad significativa de tipos familiares.
 
a) Tipología según la ubicación geosocial regional, local y habitacional de residencia de la familia:
 
-Familias según regiones del país.
-Familias según tamaño y densidad de las localidades en que se encuentran (ciudad, pueblo, barrio o colonia).
-Familias según el vecinal y habitacional de la misma (servicios e infraestructura habitacional, redes de relación y comunicación vecinal).
 
b) Tipos de familias según la cultura o subcultura de las comunidades a las que pertenece.
 
-Familias de subcultura marginal folk o de grupo indígena más o menos mestizado y con relativo contacto con otras comunidades regionales o nacionales.
-Familias de comunidad "tradicional" típicamente rural, más o menos integrada zonal o regionalmente.
-Familias de subcultura ambivalente ubicadas en pueblos, ciudades rururbanas y medias, así como en suburbios de grandes ciudades.
-Familias de subcultura urbana más o menos industrializada y cosmopolita.
 
c) Tipos de familias según la pertenencia a una clase social determinada o a una estratificación socioeconómica mixta, de acuerdo a su ubicación en el sistema de producción, de distribucion y del consumo en el país.
 
-Familias de clases populares marginadas subproletarias, a nivel de subsistencia, totalmente precaria.
+ Rurales campesinas.
+ Suburbanas.
-Familias de estratos populares proletarios, dependientes en su actividad económica, con un nivel de sobrevivencia básica y con participación más o menos estable en la fuerza de trabajo industrial y de servicios.
-Familias de pequeña o mediana burguesía, o pertenecientes a los llamados estratos "medios", participantes en la actividad económica: desde el nivel de consumo básico al suntuario.
+ Rurales
+ Urbanos.
-Familias de estratos elitarios de dominio, con un nivel de alto consumo y necesidades suntuarias ilimitadas: alta burguesía.
 
Evidentemente existe un cruce de categorías (a, b ó c) que hacen aún más complejo el panorama tipológico, pues aunque pueda haber una predominante coincidencia entre los tipos de una categoría con los de la otra, esta coincidencia no es necesariamente identificación entre las categorías de un criterio con las de los otros.
 
De cualquier manera, la tercer categoría es la que integra mayormente los aspectos sustantivo de la ubicación social de la familia, delineando así un perfil fundamental, centro de nuestro interés. Por ello, la tomaremos en la síntesis como criterio- preferente de nuestra tipología familiar.
 
Esta tipología derivada de las categorías anteriores es totalmente significativa para el conocimiento y caracterización de la pluralidad familiar existente, a partir de los enmarcamientos sociales de referencia. La cuantificación y la cualificación de dichos tipos, aún en sus más amplias estimaciones, nos permiten percibir diferencias altamente significativas que nos llevan a hablar objetivamente de "familias mexicanas" en lugar de "la familia mexicana".
 
B. Tipología familiar según la estructura componente de la unidad doméstica.
 
a) Clasificación tipológica según el sistema orgánico que rige a las relaciones básicas de los integrantes de la unidad doméstica.
 
-Familias de predominante estructura consanguínea sobre la relación conyugal.
-Familias de predominante estructura conyugal sobre la relación consanguínea.
-Familia de estructura mixta, más o menos ambivalente.
 
b) Tipos de familias según la composición grupal de los miembros que cornponen la unidad doméstica (que viven bajo un mismo techo, tíenen una economía y un sistema de autoridad y división del trabajo doméstico cotidiano).
 
-Familias extensas, que integran tres generaciones y parientes colaterales en tercero y cuarto grado.
-Familias nucleares neolocales constituidas por padres e hijos (dos generaciones solamente).
-Familias extendidas (nucleares con miembros familiares agregados) o semiextensas (extensas con formación de núcleos series independientes, de tipo neolocal, pero adheridos de alguna manera, al núcleo central o a su constelación).
 
c) Tipos de familias según el sistema de interrelación dependiente de acuerdo a la línea de parentesco lateral y de descendencia predominante: Patrilineal, Matrilineal, Bilateral.
 
-Patrilineal, en el que las familias nucleares se afilian a la familia de origen del padre.
-Matrilineal, en el que la dependencia proviene de la familia de origen de la madre.
-Sistema ambivalente bilateral.
 
d) Tipos de familias según sistema de unión matrimonial central:
 
-De matrimonio único monogámico actual.
-De matrimonio monogámico pero sucesivo:
-viudez - nueva pareja
-divorcio - nueva pareja.
-De matrimonio poligámico virtual (formal o informal, incluyendo lo que se llama en México la "casa chica").
-Poliándrico.
-Poligínico.
-De matrimonio incompleto por viudez o divorcío.
-De matrimonio plural: comuna familiar o equivalente. (Grupo matrimonial o parejas de matrimonios conviviendo en una unidad doméstica).
 
e) Tipos de familias según parentesco del jefe con los miembros la unidad doméstica:
 
-jefe: padre-esposo o sólo padre.
-jefe: madre-esposa o sólo madre.
-jefe: pariente ascendiente masculino o femenino.
-jefe: pariente colateral masculino o femenino.
-jefe: hijo o hija.
 
f) Tipos de familias según status legal del matrimonio central.*
 
-Familias con pareja casada por las dos leyes (civiles y eclesiásticas).
-Familias con pareja casada por una ley: civil o religiosa.
-Familias con pareja en unión consensual permanente
-Familia con pareja en unión libre esporádica.
-Familia sin pareja en unión.
 
g) Tipos de familias según sexo y autocracia del jefe:
 
-Paternal:
+ Hombre, sistema autocrático.
+ Hombre, sistema compartido.
-Maternal:
+ Mujer, sistema autocrático.
+ Mujer, sistema compartido.
-Conyugal - compartido extensible al familiar compartido.
 
b) Tipos de familias según la etapa de su desarrollo.
 
-Familias iniciales: en etapa procreativa, previa o inicial procreativa.
-Familias de desarrollo intermedio: en etapa de procreación y socialización de niños y adolescentes.
-Familias finales: en etapa terminada de procreación y en proceso de disgregación familiar (casamientos, salida de hijos o de desintegración familiar por muerte o separación de la pareja central).
 
i) Tipos de familias según sistema económico-doméstico.
 
-Familias con una economía básica de autoconsumo (producción doméstica base de su consumo interno) (los miembros suelen trabajar sin remuneracion bajo la autoridad del jefe de familia).
-Familias con una economía básica monetaria, de consumo referido al mercado de productos (el ingreso familiar constituye la base de su capacidad de compra y consumo).
-Familias con una economía mixta de autoconsumo familiar y con economía monetaria de mercado.
 
Como puede observarse, las categorías de clasificación al respecto de la estructura familiar como tal, son sumamente numerosas, más aún si se combinan los criterios. Sin embargo, una clasificación familiar debe de sintetizar dichos criterios distinguiendo las categorías más significativas tanto desde el punto de vísta de su existencia cuantitativa en una sociedad determinada y en un momento dado, como desde el punto de vista cualitativo determinante en la explicación típica de unas y otros estilos de vida familiar.
 
Más adelante presentamos nuestro criterio al respecto.
 
C. Tipología familiar según rasgos sociodemográficos de los componentes familiares.
 
Finalmente podemos hacer una clasificación de la familia según las categorías agregadas de sus miembros componentes.
 
a) Tipos de familia según el número de miembros: tamaño familiar.
 
-Familias pequeñas (menor número que el de la media nacional: 2 a 4 miembros).
-Familias medias (fluctuando en la media nacional de 5 a 6 miembros).
-Familias grandes (mayores de 6 miembros).
 
b) Tipos de familia según la edad conjunta de los miembros de la unidad doméstica.
 
-Familias con una edad agregada baja: hasta 75 años (suma de edad de sus miembros.
-Familias con una edad agregada intermedia (más de 75 hasta 150 años).
-Familias con una edad agregada alto: más de 150 años.
 
c) Tipos de familias según contraste en la edad de sus miembros.
 
-Familias con contrastes en la edad del jefe con su cónyuge.
+ El, mucho mayor (más de 7 años de diferencia).
+ Ella, mucho mayor (más de 5 años de diferencia).
-Familias sin contrastes considerables en las edades del jefe con su cónyuge.
+ El, un poco mayor.
+ Ella, un poco mayor.
+ Misma edad de ambos (o equiparables).
-Familias con contrastes en las edades de los hijos.
+ Hijos mayores con una diferencia de más de 12 años respecto a los menores (existencia de dos subgeneraciones de hijos en la familia).
+ Hijos con intervalos sucesivos de más de 3 años promedio.
- Familias relativamente homogéneas en la edad de los hijos.
- Familias con grandes contrastes en la edad entre adultos y niños (más de 35 años de diferencia entre hijos y sus padres: del hijo mayor, de la mitad de hijos, o de todos los hijos; o edades extremas marginales entre adultos y niños.
 
d) Tipos de familia según sexo prodominante en la unidad doméstica.
 
-Familias femeninas en las que predomina considerablemente el sexo femenino (en proposición de 3 a 1, al menos) y/o en donde el clima es fundamentalmente femenino (principalmente por un ausentismo virtual de los hombres).
-Familias masculinas: en las que predomina considerablemente el sexo masculino (al menos 3 a 1) y/o el clima es fundamentalmente masculino.
-Familias con equilibrio númérico o ambiental, de los sexos.
 
e) Tipos de familia según quienes tengan ocupación remunerada sus miembros (al exterior de la familia).
 
-Familias en donde sólo trabaja el jefe de familia (hombre).
-Familias en donde sólo trabaja el jefe (mujer).
-Familias en donde trabajan ambos miembros de la pareja central.
-Familias en donde también trabaja otro(s) miembro(s).
-Familias en donde sólo trabaja(n) otro(s) míembro(s), diferente(s) del jefe y su cónyuge.
-Familias sin ocupación remunerada.
 
f) Tipos de familias según la ocupación príncipal del jefe.
 
-Familias de trabajo agropecuario. (Se pueden aquí establecer subdivisiones importantes tales como familias de pequeños propietarios, de ejidatarios, de jornaleros, de empresarios agrícolas o ganaderos, etc.).
-Familias de pescadores.
-Familias de trabajadores ocasionales (ocupaciones variables en medio urbano, suburbano y rururbano).
-Familias de mineros y similares.
-Familias de artesanos.
-Familias de prestadores de servicios urbanos y domésticos.
-Familias de obreros en industrias de transformacion.
-Familias de empleados oficinistas.
-Familias de empleados de comercio (vendedores).
-Familias de comerciantes en pequeño.
-Familias de empleados del gobierno y similares (universidades públicas).
-Familias de profesionales dependientes (varias especialidades)-
-Familias de profesionales independientes (varias especialidades)
-Familias de funcionarios públicos (altos niveles y empleados de confianza).
-Familias de empresarios comerciales e industriales.
 
g) Tipos de familias según el mayor nivel de escolarización de sus miembros.
 
-Alto nivel (estudio superiores).
+ Sólo el jefe.
+ Sólo el cónyuge del jefe.
+ Sólo ambos.
+ Sólo hijo(s), o alguno de ellos.
+ Hijos y padre(s) (varios de ellos).
+ Nadie.
-Nivel medio (hasta enseñanza media) (mismas referencias).
-Nivel elemental (hasta enseñanza primaria) (mismas referencias).
-Sin escolaridad (analiabetismo real o funcional) (idem).
 
h) Tipos de familia según ingresos económicos aportados por sus miembros.
 
-Familias con ingreso total equivalente a menos del 75 por ciento del salario mínimo oficial (promedio).
-Familias con ingreso total en torno al salario mínimo u oficial (del 76% al 200%).
-Familias con ingreso total superior al salario mínimo (del 200% al 1,500%
-Familias con ingresos totales extraordinariamente superior al salario mínimo (más de 15 veces).
 
La última tipología puede también ser hecha en base al indicador ingreso per cápita y con ello se obtiene una medida relativa más específica, aunque también deja de reflejar la significación que de hecho da la economía de consumo de grupo, diferente de la derivada de una concepción abstracta-individualista.
 
Hay también otros posibles indicadores de estratificación social y niveles de vida, útiles para una tipología de la economía doméstica (vivienda -cuartos, construcción, servicios-, bienes muebles e inmuebles, etc.), pero en realidad todos ellos no son sino indicadores de una tipología hecha con categorías más específicas comprendidas de alguna manera en las aquí planteadas.
 
2.2. El perfil sociográfico de una tipología plural de la familia en México.
 
Partiendo de las 20 categorías aquí descritas vamos a ilustrar algunas de ellas con la referencia estadística que disponemos en un inicial acercamiento panorámico a la realidad familiar mexicana.
 
Con ello podremos medir en términos aproximados la importancia cuantitativa de unas familias frente a las otras, para de ahí analizar la significación cualitativa de los tipos enunciados. Esto nos servirá para esbozar la tipología sintética derivada de la ponderación hecha al cruzar unas categorías con otras, de acuerdo a su significación fenomenológica.
 
1) Tipos de familia según ubicación geosocial. Regiones.
 
México es un país cuya población está asentada mayoritariamente en el centro geográfico de su territorio. En 1970, de las 9.081,208. familias existentes (actualmente alrededor de 14 millones) casi el 70 por ciento se encontraba en el centro del país. El total se distribuía en la siguiente forma: * (véase el cuadro No. 1 en la página siguiente).
 
CUADRO No. 1
 
FAMILIAS DE ACUERDO A SU DISTRIBUCION EN EL TERRITORIO NACIONAL
______________________________________________________________________________
% %
Norte: 20
Noreste del país (Baja California, Sonora y Sinaloa) 6
Norte Central (Chihuahua Y Durango) 5
Noreste (Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas) 9
 
Centro: 67
Centro Noroeste (Jalisco, Aguascal, Colina y Nayarit) 9
Centro Norte Central (Zacatecas, San Luis Potosi) 5
Centro Bajío (Michoacán, Guanajuato, Zacatecas) 11
Centro Central (Distrito Federal, México, Morelos, Hidal-
go, Tlaxcala, Puebla) 32
Centro Golfo (Veracruz, Tabasco) 10
 
Sur: 13
 
Sur Pacifico Istmo (Guerrero, Oaxaca, Chiapas) 11
Sur Este (Campeche, Yucatán, Quintana Roo) 2
 
Total República 100%
______________________________________________________________________________
 
El centro del país tiene además las características más significativas del mestizaje cultural realizado durante más de cuatro siglos y medio. Esto se refleja en la conformación cualitativa de sus familias, las que de hecho representan los caracteres más significativos de las familias más "típicas". En esto, hay diferencias importantes que descubrir en las familias norteñas y en las del sur frente a las del centro.
 
Las del norte parecen ser lógicamente las que están recibiendo la influencia más directa de los Estados Unidos, sobre todo, en el caso de la población mayoritaria que vive en las ciudades fronterizas. El modelo americano de familia parecería que les afecta más. Las del sur, en cambio, tienen una fuerte tradición ligada a las culturas indígenas, en donde el mestizaje cultural recibió más influencia "autóctona". Siendo el Sur más agreste y selvático, por un lado, y más peninsular y aislado del resto del país, por el otro, ha mantenido patrones de conducta familiar, al parecer más tradicionales. El Centro, en cambio, recibe hasta la fecha importantes flujos de inmígración, principalmente hacia la capital del país, que a su vez, constituye el foco cosmopolita por excelencia, con una área metropolitana que supera, en nuestros días, a los 13 millones de habitantes. De ahí salen, de hecho, los modelos más importantes de la vida del mexicano, incluyendo los de la vida familiar.
 
2) Tipos de familia según tamaño y densidad de las localidades en que se encuentran.
 
Las familias que habitan comunidades de diversas dimensiones y densidades poseen horizentes de vida diferentes según el contraste que significan en nuestro país las localidades de unas y otras categorías demográficas extremas. Esto tiene una importante significación en una vista panorámica, pues permite resaltar los contrastes extremos y las dimensiones de dichos contrastes.
 
El cuadro No. 2 sintetiza, de acuerdo al censo de 1970, la distribución de las familias mexicanas:
 
CUADRO No. 2
 
TIPOS DE FAMILIAS SEGUN LAS DIMENSIONES DE LA
LOCALIDAD EN QUE SE ENCUENTRAN
______________________________________________________________________
%
-- Familias que habitan localidades menores de
1,000 habitantes (rancherías y pequeños po-
blados rurales, dispersos) 28
 
-- Familias que habitan localidades de 1,000
habitantes a 10,000 habitantes (rurales: pue-
blos) 30
 
-- Familias que habitan localidades de 10,000
a 100,000 habitantes (familias en poblacio-
nes rururbanas) 19
 
-- Familias que habiltan localidades de 100,000 a
500,000 habitantes (familias en cuidades medias) 12
 
-- Familias que habitan localidades de más de
500,000 habitantes (familias urbanas metro-
politanas 11
 
Total 100%
 
(Aplicable a unos 12 millones de familias en 1977)
___________________________________________________________________
 
* En este porcentaje no está comprendido el fenómeno de agregación metropolitana llamado de conurbacion, mediante el cual localidades de menor tamaño incluidas en las categorías anteriores están de hecho fusionadas a las áreas metropolitanas de las tres grandes ciudades, lo cual daría un porcentaje mayor en este último renglón. Véase UNIKEI 1976.
 
Como puede verse, un tercio de las familias son de tipo propiamente urbano; casi una quinta parte, rururbanas; y casi el 60 por ciento restante, rurales, propiamente dichas. Entre éstas resaltan aquellas que viven en comunidades pequeñas, desprovistas de servicios básicos.
 
Si a las dimensiones estadísticas prestamos ahora nuestra atención, tendremos que señalar que las características predominantes de las familias mexicanas están delineadas por el tipo de vida rural y rururbana. Por ello, tenemos que relativizar grandemente el modelo de familia pequeño-burguesa (nuclear), más propio de la ciudad que de los poblados menores.
 
3 ) Tipos de familia según el contexto habitacional y vacinal.
 
Las condiciones de vida familiar, dependen grandemente, a su vez, de las que posee la vivienda en que habita la unidad doméstica. La vida cotidiana familiar se desarrolla en el habitat vecinal y dentro de las casa-habitación en que se aloja. Las relaciones entre los miembros de la familia se afectan grandemente por el espacio vital que se dispone y de los servicios con que se cuentan. Hacinamiento y promiscuidad familiar; ambiente deprimente y falta de confort para la mayoría de los hogares mexicanos, reflejan los datos estadísticos que nos arroja el Censo y las características nacionales. He aquí algunos indicadores cuantificados en 1970:
 
Un 39 por ciento de las familias no contaban con agua potable entubada; 59 por ciento, no tenían drenaje; 37 por ciento habitaba en viviendas de un solo cuarto y 44 por ciento en una no mayor de 2 ó 3 cuartos. Sólo un 19 por ciento, en casos de 4 o más cuartos. El 41 por ciento de las viviendas tienen piso de tierra; el 66 por ciento vivian en casas construidas con materiales diferentes al ladrillo y tabique; el 44 por ciento en hogares en los que se usaba todavía como combustible la leña o el carbón, no el gas.
 
El panorama nos hace reconocer altos porcentajes que van del 40 al 60 por ciento, y hasta un poco más, de familias que viven en sus hogares en malas condiciones y sin los medios o elementos necesarios para un confort básico de la vida familiar. En estas condiciones es fácil imaginar la preocupación cotidiana que absorbe a la familia de los sectores mayoritarios.
 
4) Tipos de familia según la subcultura de pertenencia.
 
México, por la naturaleza de su proceso de formación histórica es un país de aculturación, en donde se han encontrado y fusionado, primero, culturas indígenas de diverso nivel de desarrollo; después, la cultura hispánica con la indígena, y posteriormente, la cultura mestiza con la moderna, principalmente la francesa-siglo pasado- y la anglosajona-en este siglo.
 
Sin embargo, este encuentro de culturas ha resultado ser un proceso de superposición cultural en el que la imposición de una cultura dominante destruye y coloniza a las culturas dominadas, creándose así una estratificación de subculturas que se confunde con la estructura de clase a la que haremos referencia específica en el siguiente apartado.
 
En un estudio anterior realizado por nosotros hemos hecho una estimaciún cuantitativa de lo que aproximadamente pudiera ser una distribución porcentual de las familias mexicanas, según este criterio subcultural.
 
CUADRO No. 3
 
TIPOS DE FAMILIA SEGUN SUBCULTURA
________________________________________________________________________
%
Cultura Folk o Arcaica 8
 
(lengua indígena: valores culturales de fatalismo, pensamiento
mágico, referencia al ancestro, sincretismo religioso, tecnología
arcaica, economía de subsistencia rural, incluso de tipo de reco
lector o agraria precaria, etc..).
 
Cultura tradicional 20
 
(vida rural de comunidad local más o menos autosuficiente a niv-
el de autoconsumo comunitario; providencialismo; control social
por el "que dirán"; localidades menores de 10,000 habitantes sin
servicios urbanos, propiamente dichos).
 
Cultura Ambivalente 60
 
(entre tradicional rural y moderna urbana; en localidades rurur
banas, urbanas y suburbanas, etc.)
 
Cultura "Moderna" 12
 
(urbanizada e industrializada y de cosumo masivo , seculari
zada, etc:).
_____________________________________________________________________
 
En estos datos, resalta una mayoría de familias viviendo el nuevo proceso de aculturación dentro del sistema capitalista de una sociedad periférica. Esta aculturación no acabada, significa, no obstante, una cultura ambivalente, frente a la cultura sumergida y marginal extrema de más de la cuarta parte de la población y frente a una minoría calculada aquí en un 12 por ciento que, puede decirse, ha asumido la cultura moderna y cosmopolita, en la que resalta el modelo de familia pequeño-burguesa de tipo urbano. Los distintos grados de la subcultura ambivalente de ese 60 por ciento de las familias mexicanas significan un estilo de vida difícil de precisar y lleno de contradicciones y ambivalencias. Reconocer este hecho abre una pista importante de estudios y orientaciones políticas tendientes al reencuentro de la identidad sociocultural de la población, a través de las unidades familiares que la conforman.
 
Por otra parte, la clasificación anterior está íntimamente ligada a los datos de escolaridad de sus miembros, fundamentalmente del jefe y su cónyuge. El siguiente cuadro trata de establecer la tendencia implicada en este cruce.
 
CUADRO No. 4
 
ESCOLARIDAD DE LA POBLACION MEXICANA Y SU POSIBLE UBICACION EN LOS RANGOS SUBCULTURALES % DE
POBLACION ESPECIFICA
______________________________________________________________________
Posible sucultura de referencia
principal (* *) o secundaria (*)
Ambi
% de la valente
Escolaridad de la Poblac. Tradi- (Trad- Moder-
población (1970) Arcaica cional Mod) na
 
Ninguna (mayor de 9
años de edad) 29 (1) ** *
 
De 1 a 6 años de es
colaridad (mayor de 9
años de edad) 60 (1) * **
 
De 4 a 12 años de esco
laridad (mayor de 9 años
de edad 23 (1) * **
 
Mayor que la Primaria (7
o más) (Población mayor
de 15 años de edad) 13 (2) * **
 
Población expuesta a los
medios masivos (radio,
principalmente 48 (3) * ** **
______________________________________________________________________
 
(1) De la población mayor de 9 años; (2) De la población mayor de 15 años; (3) De la población total.
 
5) Tipos de familia según clase y estratificación social global.
 
Establecer una relación conceptual entre familia y clase social puede parecer un tanto fuera de lugar desde el punto de vista de la
 
 
CUADRO No. 5
 
FAMILIAS SEGUN POSICION EN LA ESTRUCTURA OCUPACIONAL (COMO INDICADOR DE CLASE SOCIAL)
________________________________________________________________________
% Notas
o Familias cuyos jefes son desocupados agrícolas o con
ocupación de nula o casi nula remuneración (económica
familiar de autoconsumo) 3% (1)
 
o Familias cuyos jefes son jornaleros agrícolas 19% (2)
 
o Familias de campesinos pequeños propietarios, ejidata-
rios u ortos de similar nivel (con ingresos menores al
salarios mínimo) 14% (3)
 
o Familias pequeñas y mediana burguesía agrícola 2% (4)
 
o Familias subproletarias marginales--rururbanas y
suburbanas-- (con ingresos menores al salario minipio) 19% (5)
 
o Familias proletarias urbanas y rurales o rururbanas 15% (6)
 
o Familias de empleos (servicios) 19% (7)
 
o Familias de pequeñas burguesía media (diversas ocupa-
ciones con ingresos medios superiores en varios tantos
del salario mínimo) 16% (8)
 
o Alta burguesia (diversas ocupaciones con ingresos muy
superiores a los anteriores) 2% (9)
______________________________________________________________________
 
 
(1) Sólo incluye a población rural que está dedicada a labores agropecuarias. Incluye a familias con total sistema de autoconsumo.
 
(2) Incluye jornaleros, "aparceros" y otras formas de trabajo agrícola realizado en dependencia de otros.
 
(2) Incluye lo que se llama empresario agrícola que contrata a jornaeras o emplea a familiares sin retribución. Excluye, sin embargo, a empresarios agrícolas con ingresos mayores del salario mínimo.
 
(4) Incluye a la categoría de empresarios agrícolas con ingresos mayores; también a personas que trabajan como técnicos y administradores agrícolas (ingenieros, gerentes y otros). Tienen todos ellos salarios superiores al salario mínimo.
 
(5) Incluye a familias ubicadas en medios rurales, rururtanos o urbanos, con ingresos menores al salario mínimo.
 
(6) Incluye familias en medios rurales, rururbanos y urbanos, cuyo jefe trabaja como obrero u operario en industrias extractivas y de transformacion
 
(7) Comprende a empleados en actividades terciarias, excluyendo a aquéllos con ingresos superiores arriba del salario mínimo;
 
(8) Incluye diverso tipo de actividades, pero con ingresos superiores, en varios tantos, al salario mínimo.
 
(9) Incluye empresarios, profesionales, funcionarios publicos, comerciantes y otros, con los ingresos mayores en la escala nacional (mayores desde 5 veces al salario mínimo hasta cantidades casi ilimitadas).
 
 
teoría de las clases sociales, en las que lo que importa es la relación estructural determinada por la dinámica misma del sistema social visto en su totalidad y en su proceso histórico.
 
La familia como subsistema parcial no sirve para entender dicha problematica, por supuesto, pero sí forma parte de él. En una teoría de la familia, no puede dejar de considerarse la estructura de clase pues que en su seno se reflejan las consecuencias de su realidad.
 
Es por ello que la tipología familiar encuentra, en ia identificacion de las clases, su principal diseño, pues resume y explica el sentido de la vida cotidiana y de los ciclos familiares y, en gran parte su dinámica estructural, predeterminada por el modelo cultural resultante de la contraposicion de clases en la sociedad capitalista.
 
En esta perspectiva, sin embargo, no resulta fácil delimitar empiricamente las dimensiones estadísticas de las familias de acuerdo a su pertenencia estructural de clase, aunque desde el punto de vista teoríco sea relativamente sencillo hacer la referencia. Aquí más bien lo que podemos hacer es partir de las categorías ocupacionales de los jefes de familia, utilizarlas como indicadores de la ubicación familíar en el sistema productivo y distributivo, para con ello entender el perfil que le fija el régimen capitalista vigente.
 
Un primer acercamiento a la descripción cuantitativa de esta realidad es la siguientes: (véase página anterior).
 
De los datos anteriores se podría sintetizar una estimación de las dimensiones que tienen el número de tipos familiares según la clase social.
 
CUADRO No. 6
TIPOLOGIA DE LAS FAMILIAS DE ACUERDO A NUESTRA
ESTIMACION GENERAL DE CLASE SOCIAL
______________________________________________________________________
Sectores populares 80 %
 
o Familias marginles (1,2 y 5) 41%
 
o Familias proletarias (rurales y urbanas (3 y 6) 29%
 
o Familias de empleados proletarios (7) 10%
 
Sectores de clase burguesa 20%
 
o Familias de clase media (mediana burguesía)
(4 y 8) 8%
 
o Familias elitorias (alta burguesía) (9) 2%
 
Total de familias 100%
________________________________________________________________________
 
 
En la parte quinta del presente estudio haremos nuestros comentarios sobre esta tipología familiar en referencia a la clase social, como uno de las más importantes enfoques para un acercamiento sintético.
 
6) Tipos de familia según sistema orgánico predominante en las relaciones básicas de sus miembros: consanguíneo o conyugal.
 
No contamos al respecto con datos estadísticos provenientes de fuentes censales, ni de encuestas realizadas a este respecto.
 
Sabemos, por los estudios de antropólogos que la familia consanguínea o la mixta, entre consanguínea y conyugal están presentes principalmente en las comunidades indígenas y en zonas suburbanas.
 
7) Tipos de familia según composición grupal de la unidad doméstica habitacional.
 
El Censo de 1970 señala que de las 9.081,208 de familias censales * existentes por entonces, había 2.497,887 miembros de dichas familias que no eran ni cónyuges del jefe ni sus hijos. Esto quiere decir que la familia a la que pertenecían estas personas escapaba a la clasificación estricta de familia nuclear-conyugal.
 
En estos mismos datos resalta además la existencia de 735,425 hogares en las que sólo viven en él personas solas. Con ello, podemos estimar que existe un promedio de 0.3 a 0.4 miembros (parientes u otros) en cada familia, lo cual puede significar que por cada 5 familias exista una familia extensa o nuclear extendida.
 
He aquí los datos de nuestra estimación (a partir del censo):
________________________________________________________
Absoluto de familias
estimadas para 1977
________________________________________________________
 
* Familias no nucleares (extensas o
nucleares extendidas) 20% 2,400,000
* Familias formalmente nucleares 72% 8,640,000
* Hogares de personas solas 8% 960,000
 
TotaI: 100% 12,000,000
________________________________________________________
 
 
Estos datos, sin embargo, encubren en gran medida la naturaleza misma de la familia, puesto que a veces en un mismo domicilio se censan dos unidades que de hecho constituyen una solo unidad doméstica.
 
* LIamamos aquí familia censal al grupo de personas unidas por lazos de parentesco, afinidad o de otro tipo, que viven bajo un mismo techo y reconocen a un jefe familiar.
 
La utilización de los datos censales para el estudio de la familia tiene fuertes limitaciones que sólo si se saben detectar pueden evitar sesgos importantes.
 
Por nuestra parte, en una investigación realizada por el IMES a más de 500 familias tanto en medio rural, como en el urbano, se registraron, en cambio, un 54 por ciento de familias nucleares y un 46 por ciento de familias que integraban en su seno a otros miembros diferentes de padres e hijos.
 
Por su parte Lomnitz descubre, en un estudio de marginados suburbanos, que la inmigración sigue un patrón claro de familia extensa en la mayoría de los casos y aunque a medida que se desarrolla tiende a convertirse en neolocal conyugal, el porcentaje de familia extensa persistente es muy elevado: el 47 por ciento de las familias estudiadas (157 casos en una barriada de la ciudad de México) iniciaron su vida en la ciudad como miembros de una familia extensa o mixta y después de varios años sólo quedaron con esta estructura el 25 por ciento de los casos. En cambio, los que se iniciaron como familia "compuesta" (mixta) eran 27 por ciento y terminaron siéndolo en el 35.4 por ciento de los casos. A su vez, las que se iniciaron como familia nuclear neclocal eran 24 por ciento y al momento del estudio fueron 37.5. He aquí el cuadro que resume lo anterior.
 
CUADRO No 7
 
EVOLUCIÓN TEMPORAL DE LAS UNIDADES DOMÉSTICAS DE FAMILIAS DE MARGINADOS SUBURBANOS EN LA CIUDAD MÉXICO, 1971
 
En % (157 casos)
_____________________________________________________
Iniciaron su vida Estudio en
familia en la el año de
Tipos de familias ciudad 1971
_____________________________________________________
 
 
Familias extensas 47 25
 
Familias compuestas
(extendidas o mixtas) 28 36
 
Familias conyugales nucleares
(neolocales) 24 38
 
% Totales 99 99
 
____________________________________________________
 
El estudio de estos casos refleja el sentido que tiene la familia como unidad que responde a las necesidades de supervivencia de este sector, pero también la relatividad de las formas estructurales adoptadas por la familia en su proceso de desarrollo.
 
Por otra parte, Henri Favre al estudiar a los indígenas mayas en el México actual, da los siguientes datos: en la población de Aguacatenango, Chis., el 64 por ciento de las familias correspondía a extensas y el 36 por ciento a nucleares. En Chamula, Chis., en cambio, las extensas van sólo del 24 por ciento al 17 por ciento, según diferentes comunidades.
 
También Abraham Iszaevich reporta en su estudio del municipio de las Margaritas, en el Estado de Oaxaca (población campesina de habla española de lejana ascendencia zapoteca y algo de mixteca) que el 20 por ciento de las familias son extensas y 80 por ciento nucleares. En estas comunidades, las familias extensas están constituidas según cinco subtipos: 1) hijo menor casado, viviendo en la casa del padre, 2) primogénito casado, viviendo con los padres: 3) hijo casado, que sin ser mayor o menor, conviene expresamente con sus padres en asumir la responsabilidad de su cuidado cuando envejecen, a cambio de ser titular de la herencia futura; 4) hijos ilegítimos de hija, con sus abuelos maternos; 5) padres viudos, integrados a las familias de sus hijos.
 
Esta descripción también es válida para muchos de los casos de familias extensas de las ciudades (sobre todo los dos últimos subtipos), cuando estos se dan; sin embargo, el factor de la tenencia de tierra rural, e inclusive la titularidad de la parcela ejidal en usufructo y su necesaria herencia, hace más común el tipo de familia extensa rural, al menos en un porcentaje similar al señalado por Iszaevich para Oaxaca, pues responde a la continuidad de dicha tenencia por parte de sólo uno de los hijos, ligado a los padres, entre el promedio de los cinco habidos en una familia de procreación final.
 
He ahí pues gran parte de la explicación en la composición de la unidad doméstica. El tipo mixto o compuesto de familia semiextensa o nuclear extendida, que habita en un solar (abierto o cerrado) purilocal-es decir, con viviendas contiguas o muy cercanas, entre sí- es aún más difícil de detector censalmente. Sólo se capta a través de un análisis de la dinámica familiar y del sistema de autoridad, del presupuesto, trabajo y cocina más o menos compartidos entre las familias nucleares de padres e hijos, o de parientes entre sí.
 
Vamos a referirnos a esto en las siguientes categorías, aun cuando de hecho debería quedar comprendido en el tipo de familia mixta que tendríamos que desgajar de la que aparece formalmente como familia nuclear-conyugal. Quizá un 26 por ciento o un 30 por ciento de éstas podrían clasificarse, al menos, como familias compuestas entre nucleares y extensas, propiamente dichas.
 
8) Tipos de familia según línea y sistema de autoridad (fusión de dos categorías anteriormente señaladas en forma separada).
 
Parecería que el sistema familiar en México sigue, al menos en lo formal, una predominante estructura de autoridad masculina y de parilinealidad, refejada en la permanencia del apellido paterno y en la pérdida del materno en la segunda generación, así como en la adopción del apellido del esposo para la mujer, tanto como en la casi nulificación del suyo.
 
En general podría decirse que el sistema patrilineal y la autoridad indiscutible del esposo-padre o del padre de éste es lo más predominante, al menos formalmente. Sin embargo, parece ser que la realidad no lo confirma totalmente así. El sistema de bilateralidad por el cual la nueva familia puede vincularse, tanto a la familia del padre como a la de la madre, cada vez es más común, sobretodo con el desarrollo de la familia nuclear conyugal de tipo compartido. En dicho sistema la mujer cobra una creciente importancia, aun no del todo clara pero evidente.
 
Principalmente puede decirse que existen dos hechos que dan un perfil de tendencia relativa al poder de la mujer en el interior de la familia en México. El primero se refiere a la tendencia que aparece en la familia semiextensa, hacia la dependencia más bien matrilineal que patrilineal. El segundo, y más importante, es el referente a las familias cuyo jefe es la mujer, debido a la ausencia o inexistencia del esposo.
 
El censo nos da ya un primer dato puramente formal, pero significativo: de 9 millones de familias 7.6 millones están encabezadas por un hombre (85%) pero 1.4 millones, por mujeres (15%). Se trata principalmente de los casos de mujeres que han sido abandonadas por sus esposos o que han quedado viudas.
 
Por otra parte, si tomamos en cuenta la estructura de poder real de la familia el panorama de la autoridad formal masculina se relativiza más todavia pues, aun cuando es difícil medir la autoridad real frente a la formal, hay indicadores de que la estructura del poder familiar está matizada según circunstancias y campos de aplicación decisoria.
 
Analizando los datos provenientes de la (investigación sobre la familia en México" realizada por el IMES, exclusivamente con familias nucleares conyugales (entrevistando a más de 5,000 padres de familia), nos encontramos con los siguientes resultados:
 
CUADRO No 8
 
SISTEMA DE AUTORIDAD FAMILIAR TOMA DE DECISIONES
CONYUGALES EN FAMILIAS NUCLEARES
En % (2455 parejas)
________________________________________________________
Decisión Decisiones Decisión Decisión Sin respu-
del esposo compartidas de la de otras esta o (no se
esposa personas aplica) total
 
Area de decisón (1) (2) (3) (4) (5) %
 
Dónde vivir 40 42 14 4 100
 
Compra de bienes
importantes (inmu-
eble o mueble) 45 40 12 3 100
 
Trabajo de la mujer 57 25 14 1 3 100
 
Castigo a los hijos 32 34 26 - 8 100
Determinación del
gasto de la familia 39 33 26 1 1 100
 
Promedio porcentual 35% 43% 18% 2% 2% 100%
 
_____________________________________________________
 
Como puede verse, la estructura de poder de una familia conyugal no deja de ser exclusivamente masculina ni tampoco del todo un sistema de poder conjunto. Incluso muchas veces se mantiene "oficialmente" un perfil autoritario masculino, pero esto significa frecuentemente una contradicción real, pues, por un lado, la responsabilidad la asume la mujer pero, por el otro, la representación de esa responsabilidad la conserva el hombre.
 
Quizá el tipo de familia en la que aparece un marcado predominio de la autoridad paterna es en el de la familia extensa. Lomnitz, en el estudio mencionado (que no puede ser generalizado evidentemente a todas las familias extensas, pero que es ilustrativo de una tendencia general), registra que la formación original de las familias extensas sigue una línea patrilocal predominante, aunque tampoco total. He aquí los resultados obtenidos.
 
CUADRO No 9
 
LINEA DE DEPENDENCIA lNlClAL DE FAMlLIAS EXTENSAS
SUBURBANAS (DE ACUERDO CON EL PATRÓN DE RESIDENCIA)
En % (98 Casos)
________________________________________________________
Tipo de composición Patrilocales Matrilocales Totales
________________________________________________________
Extensas con vivienda 49 16 65
 
Semiextensas con habitación
separada (cercana o contigua) 13 22 35
 
Totales 62 38 100
________________________________________________________
 
 
Como decíamos, parece ser que la familia extensa tiende a seguir más una forma de autoridad masculina, integrando a la familia en la misma casa del padre del esposo; en cambio, la familia semiextensa es un poco más tendiente a mantener una dependencia y apoyo de la familia de la madre, con la que se relaciona, al vivir cerca de ella, pero no dentro de su casa.
 
La tendencia a la línea maternal en estos casos, no significa, sin embargo, que la autoridad recaiga necesariamente en una mujer (madre o hermana de la madre), pues es muy común que sea el padre de esta el que detente el poder familiar consanguíneo. Sin embargo, significa que la esposa tiene supuestamente una fuerza mayor en la relación conyugal al estar apoyada por su familia de origen, haciendo contrapeso a la posible hegemonía del maridó o de su familia. Con ello, el poder familiar queda más equilibrado entre los esposos, que en el caso de la familia extensa patrilocal o aún en el de la familia conyugal-masculina.
 
Reuniendo las estimaciones anteriores aunque sin pretender una medición de la distribución precisa válida por todo el país, sino solamente a manera de ejercicio hipotético que podría ilustrar sintéticamente la variedad de la distribución tipológica anterior, presentamos el siguiente cuadro: (véase el cuadro No. 10).
 
Cómo puede verse, la hipótesis sería de que la familia extensa es más patrilineal que matrilineal, no así la semiextensa que está más en función de la familia de la madre que de la del padre, lo cual no significa que la autoridad no resida en otro hombre diferente del marido: el padre de la esposa, un hermano de ésta o un tío.
 
También podemos afirmar hipotéticamente que la familia conyugal está todavia mas centrada en la autoridad del esposo que en la de ella, pues aun en el caso de un sistema compartido, esto es muy
 
CUADRO No. 10
 
ESTIMACIÓN HIPOTÉTICA DE UNA POSIBLE DISTRIBUCIÓN DE LA TIPOLOGÍA FAMILIAR EN MÉXICO, SEGÚN COMPOSICIÓN DE LA UNIDAD DOMESTICA Y DE SU SISTEMA DE AUTORIDAD
% relativos ( 1 )
________________________________________________________
Autoridad Autoridad conyugal Autoridad
patrilineal Maternal
o familia Prepond. Compar- Prepond o
paterna masculina tida femenina líneal totales
 
Familias extensas (2) 5 1 6
 
Familias semiextensas (3) 5 9 14
 
Familias nucleares (4) 1 30 25 13 1 70
 
Familias maternales
nucleares (con ausencia
del padre (5) 10 10
totales 11 30 25 13 21 100
____________________________________________________________________________________
 
 
(1) El porcentaje total calculado está en relación con la distribución total nacional estimada anteriormente: se hizo la estimacíón del porcentaje relativo de tipos de familias: extensa, semiextensa, nuclear y nuclear con jefe-mujer, a partir del censo, y de las investigaciones mencionadas. Sólo se hizo un ajuste en el caso de familias con jefe mujer pues estimamos que 1/3 de ellas son de tipo extenso o semiextenso y 2/3, de tipo nuclear, aunque esto no nos consta estadísticamente.
 
(2) Este dato porcentual está estimado a partir del estudio de Lomnitz (en cuanto a lo patri matrilineal de la familia extensa).
 
(3) Idem en familias semiextensas (que aquí hemos calculado en un 70 por ciento de las familias totales).
 
(4) Proviene de los datos porcentuales del sistema de decisiones de la familia nuclear: Investigación de la familia (IMES, 1967).
 
(5) Dato censal ajustado a una posible distribución del mismo entre nuclear (1/2) y extensa o semiextensa (1/2). Valga solamente como una primera aproximación.
 
relativo sobre todo en campos que provocan la inseguridad del hombre ante la independencia femenina (por ejemplo el trabajo de la mujer".
 
Finalmente, es el alto porcentaje de las familias dirigidas por una mujer lo que contrabalancea el peso cuantitativo y cualitativo femenino, en lo que se refiere a la autoridad real en la vida familiar mexicana, precisamente por el elevado porcentaje de ausentismo masculino e irresponsabilidad en la vida doméstica. Nuestras estimaciones hipotéticas, a partir de nuestras investigaciones, dan a la mujer, como autoridad familiar, un peso relativo del 34 por ciento frente a un 41 por ciento del hombre; sin embargo, éste toma todavía ventaja en el aparente sistema conyugal compartido, en donde prevalece formalmente su hegemonía, unido al renglón de presencia de la autoridad masculina en la estructura matrilineal de las familias semiextensas.
 
9) Tipos de familia según el status legal del matrimonio central.
 
El Censo nos da el siguiente cuadro del estado civil de la poblacion, en relación a la vida familiar: (véase el cuadro No. 11).
 
Como puede observarse según la información obtenida del Censo, hay más solteros que solteras (1 millón de diferencia); más mujeres en unión marital, que hombres en el mismo estado: ¡una diferencia de medio millón!; más viudas que viudos (800,000); más divorciadas que divorciados (200,000) ¡más mujeres mayores de 12 años, que hombres (500,000 de diferencia).
 
Las diferencias tienen consecuencias en la estructuración familiar. Explica, en parte, la ausencia del hombre en muchas familias y la autoridad femenina derivada de ello; explica también la existencia de una poligamia disfrazada en la cual muchos hombres tienen dos familias simultáneas (la casa grande y la casa chica)
 
Dato importante es también el del porcentaje de familias basadas en la unión consensual (16 por ciento del total de parejas en unión marital). El hecho refleja una situación tradicional, característica de una población marginada del sistema institucional. Sin embargo, la pareja en unión consensual (unión libre) no puede equiparse al amor libre eventual característico en otros países o al propio de las clases medias y altos del país, pues es común que la pareja que vive en esta forma se asemeja en todo a la casada formalmente en que no haya celebrado una fiesta de bodas. Esto último se debe, casi siempre, a falta de recursos económicos. De cualquier manera, está por hacerse un estudio comparado de las familias basadas en el status matrimonial religioso y civil, frente a las que no lo tienen ¿Hasta qué punto sus conductas, por ejemplo, en lo relativo a la reproducción y a la planificación familiar, difieren?
 
CUADRO No 11
ESTADO CIVIL DE LA POBLACIÓN MEXICANA
____________________________________________________________________________________
 
% del total de
población mayor
Millones de 12 años
Hombres mujeres total Parciales Totales
 
Solteras 6.5 5.5 12.0 40
 
En estado marital
(incluye unión libre) 7.8 8.3 16.1 54
 
Casado por 2 leyes 4.8 5.0 9.8 3.3
 
Casado sólo por lo
civi 1.1 1.3 2.4 8
 
Casado sólo por la
iglesia 0.6 0.7 1.3 4
 
Unión libre 1.3 1.3 2.6 9
 
Viudos 0.2 1.0 1.2 4
 
Divorciados y
separados 0.2 0.4 0.6 2
 
Total población de
12 años y más 14.7 15.2 29.9 100
____________________________________________________________________________________
 
 
10) Familia según tamaño de la unidad doméstica y el tipo de miembros de acuerdo a su parentesco.
 
Los siguientes cuadros dan una visión sobre el tamaño medio familiar en México.
 
El primer grupo representa en gran medida a familias que se encuentran todavía en su etapa inicial, lo cual significa que aun el núcleo crecerá por natalidad. Una quinta parte de las familias es de gran tamaño y el grupo intermedio, que se encuentra también en expansión, aunque mucho menor, está constituido más bien por familias en etapa media.
 
CUADRO No 12
TAMAÑO DE LAS FAMILIAS EN MÉXICO
_____________________________________________________________
Número en
millones de
familias % del
(1970) Total
 
o Familias hasta con 4 miembros 4.0 44
 
o Familias de 5 a 7 3.2 36
 
o Familias de 8 y más 1.8 20
Total 9.0 100
_____________________________________________________________________
 
 
Lo anterior puede ser observado mejor en los datos obtenidos de la investigación de la familia realizada por el IMES.
 
CUADRO No 13
PROMEDIO DE HIJOS VIVOS POR ETAPA FAMILIAR
______________________________________________________
Etapas familiares Promedio de hijos vivos
 
Etapa inicial de procreación: (hasta
los 13 años de casados 3.9
 
Etapa intermedia de desarrollo (de los
14 años hasta 20 años de casados) 6.6
 
Etapa final de disgregación familiar (de los
21 años en adelante * 7.0
______________________________________________________
 
* Excluye a familias nucleares con esposas mayores de 45 años.
 
El promedio de miembros por familia al nivel nacional era precisamente de 5.22, coincidente con una media familiar en etapa inicial (3 hijos). Esto refleja la juventud de nuestra población y de nuestras familias y el alto índice de natalidad existente todavía.
 
Por lo que respecta al tipo de componentes del núcleo familiar, según parentesco, tenemos lo siguiente.
 
CUADRO No 14
 
PROMEDIO DE NUMERO DE HIJOS, DE PARIENTES Y DE NO PARIENTES SEGUN TAMAÑO DE LOCALIDAD
____________________________________________________
Promedio
Localidad Hijos Parientes No parientes
 
Hasta 2,499 3.20 0.17 0.02
 
De 2,500 a 9,999 habitantes 3.19 0.21 0.04
 
De 10,000 a 49,9999 habitantes 3.15 0.25 0.06
 
De 50,000 y más 3.03 0.28 0.09
 
Distrito Federal (más de
9 millones) 2.83 0.30 0.13
___________________________________________________
 
Es interesante observar cómo no solamente difieren las cifras cuantitativas, según el tamaño de las localidades, sino también cómo se presentan variaciones en cuanto a los miembros que componen las famiIias.
 
De esta manera, nos encontramos que las familias rurales tienen (censalmente hablando) un promedio mayor de hijos, al mismo tiempo que un promedio menor de otras personas, viviendo dentro del hogar.
 
La situación se va invirtiendo paulatinamente hasta llegar al Distrito Federal en donde el promedio del número de hijos es el menor y el de personas conviviendo en la familia es el mayor.
 
Cabe la pena mencionar que las personas que viven en las familias rurales son en su mayoría parientes, y las que no son parientes constituyen una mínima parte.
 
En las familias urbanas aumenta considerablemente la participación de las no parientes.
 
11) Tipos de familia según su etapa de desarrollo.
 
Vamos a terminar este acercamiento panorámico hecho en base a las estimaciones estadísticas sobre la tipología familiar, con la clasificación según las etapas del ciclo de vida de la familia.
 
Ya apuntamos anteriormente que gran parte de las caractetizaciones tipológicas estructurales de las familias dependen del momento cíclico en que se encuentran. La composición orgánica de la familia es flexible y sufre transformaciones fundamentales a lo largo de su vida.
 
El desarrollo de una familia tiene necesariamente que fue con la adopción de la forma extensa y nuclear, con el sistema de economía doméstica, con el de autoridad y línea de parentesco predominante, con el tamaño familiar, con la edad conjunta del grupo familiar, y con el contraste en la edad de sus miembros, entre otras categorías.
 
Sin una adecuada discriminación de las familias según la etapa que atraviesan no se entienden muchos de los rasgos descritos en un corte vertical generalizado para todas las familias. Mucho menos los fenómenos de dinámica familiar, tales como nupcialidad y matrimonio, reproducción, educación y socialización familiar, planificación familiar, integración conyugal, conflicto, disgregación del núcleo, mortalidad y otros.
 
Vamos pues a señalar algunos de las aspectos más relevantes de esta clasificación con algunos datos de que disponemos.
 
Un primer acercamiento a esta panorámica parte de la pirámide de las edades de la población. Nuestro país presenta, como es sabido, una pirámide muy aguda: muchos niños y jóvenes (más del 45 por ciento menores de 15 años), frente a una población adulta que disminuye grandemente sus porcentajes a medida que asciende en la edad. Este hecho predetermina automáticamente los porcentajes de familias en su etapa inicial, frente a una proporción minoritaria de familias en su última etapa. La elevada tasa bruta de nupcialidad * (de 7 por cada mil habitantes) aporta un contingente muy elevado de nuevas parejas que constituyen una nueva familia conyugal (como unidad o como parte de una extensa).
 
Según la mencionada "Investigación de la familia" realizada por el IMES, la edad de la mujer al casarse se distribuyó de la siguiente manera: (véase cuadro No. 15).
 
El 84 por ciento de las mujeres se casaron en una edad entre las 14 y 24 años, pero en este grupo, resalta el alto porcentaje de las adolescentes (43%) que se inician como esposas: casi una mitad de la población femenina casada.
 
El hombre, en cambio, se convierte en jefe de familia -o al menos en esposo y padre entre la edad de 20 y 29 años (74%), principalmente, antes de los 25. Hay pues una diferencia global de unos 5 años entre los esposos.
 
* Tasa bruta de nupcialidad: Matrimonios celebrados en un año, divididos entre el total de población y multiplicados por mil habitantes.
 
CUADRO No. 15
 
EDAD EN CASARSE
En % (2,455 parejas)
_________________________________________________________
Edad Hombre Mujer
14 años o menos - 3
 
De 15 a 19 años 9 40
 
De 20 a 24 años 38 41
 
De 25 a 20 años 36 13
 
Más de 30 años 17 3
 
Totales 100 100
__________________________________________________
 
Como decíamos, la distribución porcentual de familias según la etapa que viven sigue en general a la pirámide de las edades de la población total.
 
CUADRO No 16
DISTRIBUCION DE LA POBLACION MEXICANA POR EDADES. ESTIMACIONES PARA EL AÑO 1975
_________________________________________________________
Ambos
Grupos de edad Hombres Mujeres sexos
% % %
 
De 15 a 24 37 34 36
 
De 25 a 34 24 23 23
 
De 35 a 44 16 17 16
 
De 45 a 54 10 17 16
 
De 55 a 64 7 7 7
 
De 65 y más 6 7 7
Totales 100 100 100
__________________________________________________
 
 
De los anteriores rangos se puede pasar a la consideración de las etapas del desarrollo familiar, en base a los años de casados, de tal manera que podríamos constituir tres grandes grupos de familias -el primero subdividido en dos-con las siguientes características más o menos definidas.
 
1o a) Las familias de etapa inicial procreativa están representadas por parejas centrales que no tienen más de 5 años de casados y han procreado 1 ó 2 hijos (en algunos casos tres o hasta cuatro excepcionalmente) los cuales aun no entran al sistema escolar de la primaria. Según nuestros cálculos son el 15 por ciento del total de las familias. Estas familias iniciales, sin embargo, muchas veces no figuran como tales pues se confunden con las familias de la 2o o 3o etapa. En este caso, la pareja puede separarse posteriormente de sus parientes ya en su 2o etapa, o bien quedar integrada definitivamente, en un período más, al ciclo de la familia a que pertenece.
 
1o b) Las familias de etapa procreativa avanzada llegan a tener en México de 3 a 5 hijos en su mayoría-en algunos casos más, y en muy pocos, se mantienen con menos. Estas familias tienen de 6 a 16 años de haberse formado. Los hijos mayores inician la pubertad y los pequeños pueden estar en sus primeros años de vida, de tal manera que la familia tiene que atender al desarrollo básico de unos y otros en esta etapa inicial de su vida como personas. Calculamos que un 35 por ciento del total de las familias pertenecen a este tipo.
 
2o Las familias de la 3o etapa se encuentran ya entre las 16 y 25 años de haberse constituido. Las miembros de la pareja central tienen entre 22 y 30 años. En México la mayoría de ellas han procreado ya 6 hijos o más (el 66%), según nuestras investigaciones. Un 28 por ciento de ellas, se mantienen, sin embargo, en un número entre 3 y 5. Los hijos mayores han podido pasar ya la etapa de la adolescencia con todos los problemas que esto implica en las relaciones cada vez mas difíciles con sus padres. En muchos casos se han comenzado a casar. Los hijos menores están ya en su pubertad. o en el final de su niñez, pero es frecuente un hijo más pequeño con bastante intervalo frente a los demás. Este hijo desempeña un papel importante en el período posterior de disgregación familiar, manteniéndose en compañía de los padres en su vejez.
 
Las familias de esta etapa, según nuestros datos, comprenden el 25 por ciento del total de las familias mexicanas (en 1977, aproximadamente 3 millones).
 
3o Finalmente tenemos al grupo de familias en etapa final, de disgregación del núcleo central de padres e hijos o de los hermanos entre sí, a la muerte de los padres o tíos (en caso de familias extensas). Son familias formadas hace más de 25 años. Las hijos se han casado ya y en ocasiones se reintegran a sus padres en busca de la ayuda de éstos. Sin embargo, pasados los años, los padres se quedan solos-sobretodo en el caso de la familia que responde estrictamente al modelo nuclear-conyugal-o bien, a la muerte de uno de ellos, el otro se acoge a la familia de uno de sus hijos. Es de notar que ambos modelos son frecuentes en México. Recordemos el elevado número de hogares con una persona solo (cerca de 1.000,000 de casos), principalmente en las grandes ciudades.
 
También es de notarse la gran incidencia de parientes padres de uno de los esposos, al interior de familias originalmente de tipo nuclear. El porcentaje del total de familias en etapa final de disgregación es, según nuestros cálculos, del 25 por ciento; es decir, más de 3 millones de casos que viven actualmente este período.
 
El cuadro siguiente resume nuestra estimación cuantitativa a la que hemos hecho referencia.
 
Como puede verse, la clasificación de las familias por etapas de su desarrollo se presto a un análisis sumamente rico en dimensiones y matices. Están aun por hacerse investigaciones empíricas que permitan un mejor conocimiento de esta realidad plural, tanto en su estado vista en un momento dado, como en su dinámica y tendencias cíclicas intergeneracionales.
 
Con esto terminamos nuestro panorama tipológico, hecho a partir de los datos de que disponemos, en un primer acercamiento. Las demás categorías señaladas como elementos de caracterización tipológica quedan comprendidas básicamente en los grupos tipológicos aquí analizados.
 
Pasamos ahora a una propuesta sintética para la elaboración de una clasificación que integre de la manera más sencilla y comprensiva la tipología analítica anteriormente expuesta, en vistas a operacionalizar una investigación de campo al respecto.
 
TIPOLOGIA FAMILIAR SEGUN ETAPAS Y FASES Y NUMERO DE HIJOS EN CADA UNA DE ELLAS (1)
__________________________________________________________
Número de hijos en cada tipo
de familia (1)
%del De 1 a 2 De 3 a 5 De 6
total hijos % hijos % más hijos Total
Familias se Fase según años de fa de su de su jos % de del
gún etapa de casados milias grupo grupo su grupo grupo
Inicial hasta los 5 años
de casados 15 73 27 -- 100
Etapas pro
creaativa Inicial avanzada de
6 a 15 años de ca
sados 35 11 60 29 100
 
Intermadia: De 16 a 25 años de
desarrolla casados 25 7 28 66 100
Final: dis Más de 25 años de
gregación casados (3) 25 5 25 70 100
familiar
Total 100 21 42 37 100
_______________________________________________________________________________
 
(1) Hemos hecho nuestras estimaciones porcentuales a partir del total de familias mexicanas, recalculando las proporciones que la investigación señalada nos dio, mediante la agregación del sector de familias con esposas mayores de 45 años, no comprendidas en dicha investigación encuesta. A partir del porcenteje del 25 por ciento comprendido en la categaría censal, de la población nacional, agregamos los porcentajes del total de familias de la encuesta pero recalculados al 75 por ciento correspondiente.
 
(2) Datos obtenidos del Centro de Documentación IMES, Inv, Fam. en México, 1968.
 
(3) Dato porcentual obtenido a partir de las cifras estadísticas del Banco de México: (Benitez y Cabrera) Proyecciones de la Población de México, 1960-80 Op. cit. p. 48.