Unidad I UNIVERSIDAD NACIONAL
DE QUILMES
MAESTRÍA EN CIENCIAS
SOCIALES Y HUMANIDADES
Historia del
Pensamiento Económico
GUÍA VIRTUAL 2
Unidad 1
El paradigma clásico
Clase 3
·
La
economía política clásica: Ricardo.
·
Teoría
del valor trabajo.
·
Determinación
del salario, el beneficio y la renta.
La teoría del valor y la distribución: acerca de los
determinantes del precio natural en David Ricardo
“El
producto de la tierra -todo lo que se obtiene de su superficie mediante la
aplicación aunada del trabajo, la maquinaria y del capital- se reparte entre
tres clases de la comunidad, a saber: el propietario de la tierra, el dueño del
capital necesario para su cultivo, y los trabajadores por cuya actividad se
cultiva…
“La
determinación de las leyes que rigen esta distribución es el problema
primordial de la Economía Política: a pesar de los grandes avances de esta
ciencia, gracias a las obras de Turgot, Stuart, Adam Smith y otros, dichos
autores aportan muy poca información satisfactoria con respecto al curso
natural de la renta, de la utilidad y de los salario.” (Ricardo, D. Principios de Economía Política y Tributación,
Preámbulo, 1817 -traducción 1985)
David
Ricardo (1772-1823) es el principal representante de la economía política clásica
continuando el trabajo iniciado por Smith. Ricardo expone sus principios con un
riguroso método deductivo que reemplazó
la mezcla de deducción e historia, mucho menos austera de Smith.
La
teoría del valor y la distribución es
uno de los principales aportes de Ricardo. Inicia su obra identificando la confusión
que comete Smith entre valor del trabajo (los salarios) y el producto total del
trabajo contenido en una mercancía. El valor del trabajo se determina igual que
cualquier otra mercancía y su precio natural es el necesario para la
subsistencia de los trabajadores y sus familias. Ricardo concluye que “es la
cantidad relativa de mercancías que produciría el trabajo lo que determina su
valor relativo presente y pasado, y no las cantidades relativas de mercancías
que se dan al trabajador a cambio de su trabajo” (Principios de Economía Política y Tributación, PEPT: 15). Le interesa entonces estudiar las variaciones del
valor relativo de las mercancías y no su valor absoluto.
Veamos
entonces en un análisis breve y estilizado las determinaciones de los precios
naturales y de mercado.
El
precio natural se compone de:
i.
El costo por el insumo de mercancías, las materias
primas (CI)
ii.
El costo por insumo de trabajo (CL)
iii.
Los beneficios sobre el capital utilizado
El
primer componente queda determinado por las condiciones técnicas de producción
(CTP) vigentes en una época y lugar que exigen determinados volúmenes físicos
de insumo-producto y los precios de los insumos.
El
segundo componente depende de las CTP y
el salario (w)
El
tercer componente expresa la relación entre el beneficio total obtenido sobre
el capital total que se puede indicar
como la tasa de ganancia ( r).
De
esta manera la ecuación del precio natural de una mercancía individual puede
anotarse como sigue:
PN=
CI+CL+B
CI:
costo por insumo de mercancía
CL:
costo por insumo de trabajo
B:
los beneficios
De
tal manera que:
CI=
f (CTP, w)
CL=
f (CTP, w)
B= f (r, CTP)
Se obtiene por sustitución:
PN= f (CTP, w, r)
Esta ecuación representaría a todas
las mercancías industriales de la economía. En todo el sistema productivo
existe una relación biunívoca entre salarios y beneficios. Luego se puede
eliminar de la especificación del sistema anterior a una de estas dos variables
y finalmente nos quedaría:
PN= f (CTP, r)
Es decir, que a partir de esta
definición se puede afirmar que el precio natural (relativo) depende
exclusivamente de las condiciones técnicas de producción y de la distribución
del ingreso (relación biunívoca inversa entre ganancia y salarios).
De manera que podemos identificar
dos grandes conjuntos de variables que pueden generar cambios en los precios
naturales. Cuando se modifican la tecnología en uso se afectaría el PN
(asociado a un salario real determinado y una tasa de beneficio). Además, aún
cuando las CTP no provocaran un cambio en la distribución del ingreso alterarían el PN.
Si la tecnología presenta
rendimientos constantes a escala, la relación insumo-producto será fija y
entonces el sistema de los precios naturales será indiferente a las condiciones
de mercado. Recordemos que en la clase anterior planteamos que el precio de mercado está determinado por:
PM
= PN + - desvío
Ese desvío es el que estaría influido por los movimientos de la
oferta y la demanda. Estos movimientos pueden inducir a distorsiones
transitorias en los precios de mercado con respecto a los precios naturales.
Reducción del valor a
cantidades fechadas de trabajo
Si consideramos que en el sistema
productivo todos los insumos son
trabajo y mercancías (reproducibles)[1]
se puede reducir todos los insumos (menos el trabajo directo) como sigue:
Ricardo ejemplifica este análisis
con la producción de medias (PEPT: 19).
Para comprender que
en el valor o precio natural están contenidos todos estos trabajos pasados y
presentes Ricardo nos invita a suponer que ante cualquier mejora en las
condiciones de los procesos por los que pasa la fibra de algodón, antes de que
las medias queden terminadas, modificará su valor en el mercado. Si se introdujera
un cambio técnico en el cultivo del algodón se utilizaría menos mano de obra
para su siembra y cosecha, o se emplearían menos obreros para la construcción
de un barco por cambio técnico en sus condiciones de producción, o menos
marineros para operar el barco durante el transporte, o se utilizarían menos
personas para la construcción de los edificios donde se fabricarán las medias o
en la fabricación de la maquinaria o si por alguna otra causa las instalaciones
tuvieran un rendimiento más eficiente (PEPT: 19)… todo ello en conjunto o por
separado traería como consecuencia una reducción en el valor de las medias.
Esta disminución se debe claramente a que ha disminuido la cantidad de trabajo
necesaria para su producción en alguno de los eslabones de la cadena.
Como corolario,
Ricardo concluye “el ahorro en el uso de la mano de obra nunca deja de reducir
el valor relativo de un bien ya se realice el ahorro en el trabajo necesario
para la fabricación del bien mismo o en el requerido para la formación de
capital con cuya ayuda se produce dicho bien” (PEPT: 20).
Nos resulta evidente
que el precio natural podría expresarse a partir de esta reducción de los
insumos de mercancías (indirectos) de trabajo, como la suma de dichos costos
laborales y el total de los beneficios realizados no sólo en la última etapa de la producción sino también en las
anteriores.
Para
Ricardo, por tanto, el trabajo contenido en las mercancías es el que determina
el valor pero no sólo el presente sino también pasado. La diferencia reside en
que el trabajo pasado esta contenido en los edificios y la maquinaria como capital fijo y el trabajo presente en el
trabajo inmediato de los obreros, los salarios y las materias primas, el capital circulante.
Así
llega Ricardo a tratar directamente el tema de la relación entre salarios y
beneficios. En el capítulo I de los PEPT, en las secciones 4 y 5 analiza cómo
los cambios en el valor del trabajo producen cambios en el valor de la
mercancía, dependiendo de la proporción en que participen del capital total.
Ricardo demuestra entonces que si se supone una tasa media de ganancias y un
nivel medio d e los salarios, las diferencias en la composición del capital
(proporción entre el capital fijo y circulante) modifica el valor de las
mercancías.
Ricardo y la teoría de la Renta diferencial de la
tierra
Para
Ricardo no existe una renta absoluta de la tierra sino únicamente diferencial. Es
decir, el hecho que el precio de venta de los productos agrícolas sea superior
a los precios de producción no se constata en todas las parcelas agrícolas sino
solamente en aquellas que son más fértiles, tomando como referencia una cierta
escala de fertilidad, que es la de la “parcela menos fértil”. Esta última
remunera el trabajo, así como el capital invertido y su beneficio, con la ayuda
de la venta de su producto y no más. No queda margen para el propietario de la
tierra. En este caso, la explotación de la tierra es posible sólo si el
agricultor y el propietario son una misma persona, ya que no se puede pagar
ninguna renta por esta parcela de tierra. Si el grado de fertilidad de la
tierra aumenta, esto modifica el precio de venta del producto, pero los costos
de producción disminuyen, y el margen representa la renta pagada al
propietario.
¿Porqué se paga renta de la tierra?
se pregunta Ricardo. Para desarrollar su teoría establece ciertos supuestos que
le permiten sostener sus consecuencias teóricas.
La teoría de la renta diferencial se
construye sobre los siguientes supuestos:
i.
El
producto del sector primario se mide en términos físicos, es decir, en unidades
físicas de una mercancía primaria única o bien, el trigo.
ii.
La
tierra es de calidad heterogénea de
manera que se obtienen una cantidad variable de producto a partir de cantidades
fijas de trabajo, insumos y herramientas en distintas parcelas de igual
extensión dadas su diferencial de fertilidad. Este supuesto tiene particular importancia
en el caso en el cual las tierras disponibles no estuvieran totalmente
explotadas y donde el aumento de la producción se obtuviera expandiendo la
frontera agrícola.
iii.
La localización
de la actividad productiva es tan importante como la fertilidad. Primero se
comenzará explotando las tierras más fértiles para pasar luego a ocupar
parcelas menos productivas. La parcela que entra en explotación en último término
será la de menor productividad. Al expandirse la frontera productiva se irán
incorporando parcelas menos fértiles y más alejadas del merado.
iv.
Ricardo
plantea su teoría en términos de coeficientes rígidos de producción entre la
tierra, capital y trabajo. Es decir, en cada momento se aplica una combinación
determinada de los factores de la producción (tierra, capital y trabajo), una
cantidad dada de trabajo equipado con ciertos implementos. Mientras esta combinación
sea fija lo que varía es la calidad de la tierra que se utiliza cuando se
modifica el nivel general de producción del sector.
v.
El último
supuesto es de naturaleza institucional. Ricardo considera que la producción
primaria se realiza bajo ciertas condiciones de libre competencia en el mercado
en un contexto de estructura social en el cual existe una clase propietaria de
la tierra: la aristocracia terrateniente. El productor agrícola capitalista
arrienda la tierra, y contrata trabajo asalariado. Los capitalistas agrícolas
en este marco compiten por la tierra más fértil.
Los primeros cuatro supuestos se
pueden analizar a partir de la función de producción para el sector agrícola.
La función de producción en su versión clásica del sector primario puede
expresarse entonces:
Qa = f (Ea)
Qa es el producto del sector medido
en unidades físicas de trigo
Ea es el nivel de empleo agrícola.
Esto nos indica que a cada nivel de
empleo le corresponde por razones técnicas, una dada cantidad de capital y una
dada cantidad de tierra (calidad heterogénea).
En este contexto si se da una mayor
demanda de alimentos se debe correr la frontera agrícola hacia las tierras
menos productivas, por tanto el aumento del empleo agrícola será proporcionalmente
decreciente en el volumen global de producción del sector. La relación Qa
manifiesta una situación tecnológica de rendimientos decrecientes a escala.
Esto es así porque el mayor nivel de empleo se supone asociado a un incremento
proporcional en las cantidades utilizadas de capital y tierra.
En condiciones institucionales en
las cuales los productores compiten por ocupar las tierras más productivas para
reducir sus costos, la clase terrateniente terminará por apropiarse, íntegramente,
bajo la forma de renta, de todo el excedente del producto que rinda cada
parcela por encima del producto obtenido en la parcela que se encuentre en el
margen de la explotación. La competencia entre los capitalistas agrícolas para
arrendar las parcelas más productivas lleva a que terminen transfiriendo a los
terratenientes la totalidad del excedente del producto de cada parcela por
encima de la última parcela menos fértil.
Queda definida así la renta
diferencial porque se origina en la diferencia de fertilidad de la tierra, de
manera que cada parcela de calidad
heterogénea paga una renta distinta. El producto neto de renta será entonces homogéneo
en todas las parcelas independientemente de la fertilidad porque el diferencial
fue apropiado por la clase terrateniente. La uniformidad del producto neto de
renta en las distintas calidades de tierra implica la uniformidad de la tasa de
beneficio que se obtiene en cada una de ellas.
En síntesis, dentro de las
condiciones técnicas de producción, institucionales y de localización supuestas
para el sector agrícola la competencia entre los capitalistas agrícolas hace
que la renta resulte asociada al nivel de empleo del sector. Este fija el grado
hasta el cual se explotan las tierras menos fértiles, determinando la magnitud
en la cual el producto de cada parcela en explotación excede al de la tierra
marginal. Por otra parte, Ricardo asocia el nivel de empleo agrícola con la
necesidad de satisfacer la demanda interna de alimentos cubierta en parte por
las importaciones. Cuando aumenta la población aumenta la demanda de alimentos
interna regulada de manera que:
Población--à demanda de alimentos (Importaciones de alimentos) --à producción interna de alimentos agrícolas --à Empleo agrícolaà Renta
Sobre el comercio
Las relaciones comerciales entre países
se dan en el espacio internacional de
intercambios, el mercado internacional. ¿Cuáles son las reglas que rigen los
intercambios internacionales? ¿Qué
teoría sustenta el librecambio?
“En un sistema de comercio absolutamente libre, cada país
invertirá naturalmente su capital y su trabajo en empleos tales que sean lo más
beneficioso para ambos (...) Es este principio el que determina que el vino se
produzca en Francia y Portugal, que los cereales se cultiven en América y en
Polonia, y que Inglaterra produzca artículos de ferretería y otros (PEPT: 102).
El principio de ventaja comparativa de
Ricardo establece que cada país se
especializará en la producción y la exportación de los bienes que puede
producir con un costo relativamente bajo (en los cuales es relativamente más
eficiente que los demás) e importará los bienes que produzca con un costo
relativamente elevado (en los cuales es relativamente menos eficiente que los demás). Las ventajas comparativas serían
entonces la base del comercio internacional, y según éstas, resultaría
beneficioso para cualquier país tener intercambios comerciales aún cuando fuera
en términos absolutos, más eficiente (o ineficiente) en la producción de todas
las mercancías. Este principio establece entonces una relación causal entre las
ventajas comparativas de los países y regiones y su especialización productiva.
Según David Ricardo no es la diferencia en el costo absoluto de producción lo
que determina el comercio entre los
países sino la diferencia en el costo comparativo. Él ilustró este principio
con el intercambio de vinos por paños entre Portugal e Inglaterra a principios
del siglo XIX.
Consideremos el ejemplo numérico que
plantea Ricardo en el capítulo VII de PEPT.
Producto/país |
Inglaterra |
Portugal |
Vino |
120 hs/hombre |
80 hs/hombre |
Textiles |
100 hs/hombre |
90 hs/hombre |
En este ejemplo, Portugal tiene
ventajas absolutas (menores costos reales) para los dos productos, en relación
a Inglaterra. Pero si observamos bien, sus ventajas comparativas corresponden
al vino, en su producción se obtienen los mejores rendimientos relativos con
respecto a los textiles.
Portugal puede tener una mejor
disponibilidad de vinos y textiles si se especializa en la producción de la
mercancía en la que presenta ventajas comparativas mayores (vino) y obtiene por
medio del comercio internacional con Inglaterra la otra mercancía. Sobre esta base se construye la doctrina del
libre cambio que postula la conveniencia general de eliminar toda restricción
al intercambio entre distintas economías. Este argumento refuerza las
conclusiones que se obtienen de la teoría de la renta diferencial sobre la
bondad de eliminar restricciones a la libre importación de granos.
La plena vigencia de las ventajas
comparativas exige condiciones de libre competencia en el mercado
internacional, es decir, librecambio. El librecambio
implica una política mediante la cual el Estado no interviene en el
comercio entre los países, mediante aranceles[2]
contingentes u otros instrumentos.
La teoría de las ventajas
comparativas ha sustentado la base doctrinaria de la gran expansión del
comercio mundial centrado en la metrópoli británica durante gran parte del
siglo XIX. Recuerden que la Argentina se inserta en la división internacional
del trabajo en la segunda mitad del siglo XIX articulando su producción y exportación
de productos agropecuarios hacia Europa (básicamente Inglaterra) con la
importación de productos manufacturados. Argentina se especializa y exporta
aquellos productos para los cuales presenta ventajas comparativas (carnes y
cereales). Esta es la base del llamado Pacto
neocolonial que caracterizó el comercio de los países de América
Latina con los países europeos mas
industrializados. La profundización de este esquema de comercio da por
resultado una especialización que
limita a los países con menos desarrollo manufacturero relativo a los sectores
primarios y los países más industrializados profundizan, beneficiados por este
comercio, su nivel de industrialización.
David Ricardo. Principios de economía política y tributación. Fondo de cultura
Económica, México, 1985
[1] “Existen ciertos bienes cuyo valor está determinado tan sólo por su escasez. Ningún trabajo puede aumentar la cantidad de dichos bienes y por lo tanto su valor no puede ser reducido por una mayor oferta de los mismos.” (PEPT: 10) Por ejemplo las obras de arte. Estos serian los bienes no reproducibles. “Estos bienes constituyen tan solo una pequeña parte de todo conjunto de bienes que diariamente se intercambian en el mercado. La mayoría de los bienes ..se producen mediante el trabajo” .” (PEPT: 10) Estos son los bienes reproducibles de los cuales se va a ocupar Ricardo en su obra.
[2] Impuesto gravado sobre cada unidad de una mercancía importada por un país.