Historia Antigua - Universidad de Zaragoza - Prof. Dr. G. Fatás

Sobre las tribus

Marshall Sahlins postula que la humanización de la vida social comienza con cuatro rasgos, típicos de las sociedades más elementales de cazadores y recolectores.
1) Invención del parentesco con consecuencias ideológicas (tabúes, etc.) y particularmente la del incesto. Represión de la sexualidad, potencial fuente de enfrentamientos, subordinada a la búsqueda de alimento, causa básica de solidaridad (prioritaria frente a la defensa contra el enemigo). El parentesco, de base biológica, es relevante en la medida en que es interpretado, cargado de sentido y vehículo de todo un lenguaje social o de funcionalidades concretas.
2) División sexual del trabajo, por incompatibilidad de la maternidad y la crianza con la caza y la lucha, y funcionamiento de la familia sobre ese fundamento biológico. La mujer tiende a dedicarse a los hijos, la recolección y el cultivo, con excepción del tratamiento primario del suelo (roturación, etc.)
3) Cooperación y distribución equitativa entre los miembros del conjunto social. Principio universal del altruísmo (Meyer Fortes), que disminuye cuando crece la dominación territorial y social, pero que siempre permanece en algún grado en la familia (extensa o nuclear) y en los grupos de parentesco (linajes).

4) Inicial inexistencia de jerarquías y dominaciones sociales. Con el avance cultural, reaparece la dominación y el consiguiente acceso diferencial a los bienes de producción, consumo, reproducción y prestigio. En las sociedades primitivas las instituciones y grupos tienden a ser multifuncionales y a desempeñar cada uno funciones varias, económicas, reproductivas, socializadoras y dstributivas, jurídico-políticas, religioso-ideológicas, etc. En el análisis deben tenerse siempre bien presentes ciertos elementos constantes como son sexo, parentesco, edad (ritos de iniciación y tránsito, divididos sexualmente, y con apogeo en el paso al grupo de ancianos, que puede llevar al privilegio o a la extinción buscada = eutanasia), dominación o jerarquía y, en fases más complejas, especialización y territorialidad. (Oposición entre ius sanguinis y ius soli). La dominación se comprueba históricamente en situaciones en que existe ya la especialización, originada por la producción de excedentes. Tales rasgos originan un sistema en que existen explotación económica, control del poder y preocupación de quien lo controla por el prestigio. Para Elman Service (1975) hay cuatro grandes tipos de sociedades, de menor a mayor complejidad: banda, tribu, jefatura y Estado.

1. BANDA. Nivel de integración sociocultural de cazadores y recolectores. Todas las funciones son ejercidas por un breve número de bandas asociadas compuestas por familias nucleares relacionadas entre sí. No hay unidades de producción o consumo específicas ni órganos especializados en lo político, religioso, etc. Las bandas tienden a ser patrilocales, virilocales y exógamas. El intercambio reproductivo puede ser restringido (entre sólo dos grupos) o generalizado (raro). El restringido suele ser entre primos cruzados bilaterales (el hombre casa con la hija de su avúnculo y de su tía paterna). La jerarquía suele agotarse en el jefe de banda, que vive sin privilegios, y, acaso, el chamán. Su tamaño oscila entre 30 y 150 miembros y los grupos de caza suelen ser de en torno a ocho varones (que generan una población de unas 30 personas). La comunidad de lengua y cultura entre bandas es muy limitada y no suele sobrepasar el marco de los 500 sujetos. (Las bandas kung del África del S.O. son veinte en total, suman 500 individuos y viven sobre varios miles de km2). La banda es la condición de supervivencia y el titular de todos los derechos. Los individuos de las bandas tienen contacto entre sí, pero las bandas no forman una agrupación mayor o unitaria, aunque mantengan relaciones de parentesco real o adoptado y relaciones cooperativas (concertaciones matrimoniales, etc.)

2. TRIBU. Apenas se da antes de la domesticación del animal y del cultivo vegetal, condiciones de la productividad estable y del aumento demográfico. Crece el número de grupos de parentesco, aparece la especialización del grupo y nacen sistemas de integración intergrupal. (Las tribus matrilineales y uxorilocales están asociadas a la horticultura en clima muy pluvioso). La tribu no es una mera agregación de bandas. Los lazos tribales son más fuertes que los matrimoniales y las unidades que forman la tribu (segmentos residenciales) siguen otras pautas y son económicamente autónomos. La solidaridad debe ser reforzada ante el aumento de las dimensiones de la sociedad, que disuelve la reciprocidad matrimonial. El principio del antepasado común es el último y poderoso factor de cohesión tribal.
La tribu no llega a crear instituciones propiamente políticas o de gobierno y no hay en ella segmento dominante. La integración se establece a través de asociaciones pantribales, como los clanes, los grupos de edad (puede haber numerosos grados funcionales o jerárquicos según la edad del sujeto), las sociedades o hermandades secretas o especializadas (guerra, culto, mixtas de ambos) y el recurso a la amenaza exterior. La jefatura es personal, carismática y sin obedecer a una estructura sustentante de carácter político. La tribu tiene tendencia igualitaria y poca especialización técnica de los individuos. Las asociaciones pantribales son de parentesco o no. Entre las primeras están el clan, la parentela y el linaje segmentario, a menudo originados por un antepasado común, humano o no. Entre las segundas, los grupos de edad, las sociedades ceremoniales y las sociedades guerreras, que suelen tener nombre particular, ya que no son locales.
Las tribus lineales están formadas por grupos de parentesco de filiación unilineal sin linajes principales o subordinados. Las tribus compuestas son cognaticias y se basan en la filiación no lineal (a través de los parientes maternos o paternos o mediante otros expedientes) y su tipología es muy variada.
Segmentos tribales. El linaje es unilineal y se restringe a miembros de una línea concreta, alcanza a cuatro o cinco generaciones y se preserva mediante exogamia. El linaje suele ser corporativo (propietario), cooperativo y jurisdiccional. El linaje segmentario no es residencial (sistemas en los que en un poblado hay miembros de distintos linajes) y da importancia a la distancia genealógica a la hora de los conflictos entre linajes; suele egirse por un consejo de ancianos. El clan desciende de un solo ancestro a menudo mítico y utiliza insignias, ceremonias exclusivas, etc., y mantiene la paz entre los linajes residenciales. La parentela es un grupo no residencial de parientes bilaterales.

3. JEFATURA. La productividad es mayor, por especialización regional (que obliga a intercambio regulado entre áreas) y cooperación en gran escala, y la sociedad posee centros de coordinación económica, jurídico-política y religiosa. La jefatura organiza la creación del excedente y su redistribución. Los especialistas llegan a serlo en verdad, subsidiados por el centro redistribuidor. La jefatura acumula riqueza, prestigio y poder e impone una marcada desigualdad social, traducida en signos externos y en la regulación de la sucesión. El rango depende de la distancia genealógica con el jefe. Individuos, familias y grupos parentales están jerarquizados. No hay propiamente gobierno político, pero sí dirección centralizada. No hay propiedad privada, pero sí desigualdad. Hay rangos, no clases. El ordenamiento se mantiene por tabúes (muchos, relativos al jefe, a menudo ser divinal) y prescripciones de tipo positivo. Las jefaturas pueden generar Estados.

Lectura recomendada. C. Lévi-Strauss, Anthropologie structurelle, París, 1961, 2» ed. (Buenos Aires, Eudeba, 1964).


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