Historia Antigua - Universidad de Zaragoza - Prof. Dr. G. Fatás

HITITAS. RESUMEN DE HISTORIA POLÍTICA

Hititas. Unas tablillas de KŸltepe que contienen antropónimos indoeuropeos (i. e.) pueden ser el primer indicio de presencia hitita en Anatolia; aparecen en el correo entre mercaderes asirios y autoridades locales del "País de Hatti" que hablan una lengua no i. e. (el hati o jati). Las gentes i. e. ("hititas") llaman a su propia lengua nesita (de la ciudad de Nesa), pero, por diversas razones, hoy la llamamos hitita. Junto al hitita se hablaron, además, otras dos lenguas i. e. en la zona: el luvita, en el SO de Anatolia, y el palaíta, al N, en lo que luego sería Paflagonia. No es segura la procedencia de los hititas (hablantes de nesita): acaso de las tierras al O del Mar Negro. Su entrada no fue destructiva, sino gradual. Unas pocas tablillas de Bogazkšy son anteriores al s. XVII a. C., aunque textos antiguos subsisten en copias de los ss. XIV y XIII. Uno habla de dos reyes semilegendarios de Kussara, Pitjanas y Anittas, que conquistaron gran número de ciudades, incluida Nesa, su capital, así comoHattusas (Khattusas), destruida por Anittas y que sería luego capital del Imperio.

El Reino Antiguo. Los grandes periodos de la historia hitita son el llamado Reino Antiguo (apr. 1700-1500) y el Reino Nuevo o Imperio Hitita (apr. 1400-1180 ), separados por un oscuro periodo de cien años, a veces llamado Reino Medio.
El texto más relevante del Reino Antiguo es el llamado Rescripto de Telipinu. En él hay un resumen, más o menos legendario, de los orígenes del poder hitita. "Antiguamente, Labarna fue Gran Rey; y sus hijos, hermanos, aliados por matrimonio, parientes y soldados estuvieron unidos. Y el País era pequeño, pero doquiera llevaba la batalla, subyugaba las tierras y las sometía e hizo del mar su frontera. Y cuando regresó de la batalla dio a cada hijo una parte del País, a Hupisna, a Tuwanuwa, a Nenassa, a Landa, a Zallara, a Parsuhanda y a Lusna y gobernó el País y en sus manos florecieron las grandes ciudades. Después, fue rey Hatusil (...)"
El nombre Labarna se transformó, si es que no fue eso ya en origen, en título de honor (como César en Roma). En 1957 se halló una inscripción bilingŸe (hititao-acadia) del segundo rey, Hatusil (Khattushilish), al que se llama Labarna en acadio y, en hitita, "Rey de Hattusas" y "Hombre de Kussara", acaso porque la dinastía fue oriunda de esta ciudad. Quizá la traslación de la capital a Hattusas hizo que este segundo Labarna cambiase el nombre por Hatusil.
Las tierras conquistadas mencionadas por Telipinu están todas al S. del río Kizil (Halys), en lo que los hititas llamaron País Inferior. La crónica no da detalles para el primer año de Hatusil que guerrea, quizás, en Capadocia; en el segundo, Hatusil llega al Tauro y N de Siria, cerca de Karkemish. En esta expansión, el principal rival de Hatti fue el reino de Alepo. En el tercer año, combate contra Arzawa, un extenso reino al SO de Anatolia, y los hurritas aprovechan para anexionarse las conquistas del SE hitita, aunque Hatusil reaccionó y las recuperó, en lo que se fueron los dos siguientes años. Su sexto año de campañas fue también contra los hurritas apoyados por Alepo. Resultó malherido y volvió a Kussara, a preparar la sucesión, de la que fueron descartados tres hijos, por traición, lo que el rey llora en un texto conservado en hitita cuneiforme. La sucesión recayó en su nieto Mursil (Mushilish), que lo vengó, derrotó a los hurritas y destruyó Alepo. Llevó a cabo una fulminante incursión contra Babilonia y, según Telipinu, la destruyó. Los historiadores recelan anteuna expedición de casi 1.000 km . Pero los casitas, llegados a Mesopotamia por las mismas vías que antes los hurritas, empezaban a debilitarla y no es imposible que Mursil pactase con ellos. La expedición ocurrió inmediatamente antes o después de la muerte del último rey babilónico, Samsuditana, (1595), año que pudo ser el de la muerte de Mursil, asesinado por unos parientes. Le sucedió su cuñado Hantil (Hantilish), bajo cuyo gobierno el Reino estuvo a punto de extinguirse.
La conquista de el País de Adana (Cilicia, la zona litoral bajo el Tauro) por los hurritas supuso un fuerte golpe para Hatti. Los hurritas la llamaron Kizzuwadna y dificultaron desde allí la vía hitita a Siria, que quedó circunscrita a los pasos del SE del Tauro. Telipinu hubo de pactar con ellos para fijar con seguridad sus fronteras. En el Rescripto, Telipinu informa de sus medidas de gobierno. Preocupado por la inestabilidad de la corona, sujeta a las querellas de la aristocracia, edictó una ley sucesoria detallada que obliga a que las quejas contra el rey o sus hijos no se resuelvan por la fuerza, sino legalmente, por denuncia ante el pankus o asamblea general, que algunos han pretendido sea la típica asamblea indoeuropea de guerreros y jerarcas de linaje, pero sobre la que no hay información detallada. Más bien parece un órgano amplio y general, al que, con el tiempo, acabarían imponiéndose los aristócratas indoeuropeos.

El llamado Reino Medio. Suele tenerse a Telipinu como último rey del Reino Antiguo. Hubo de abandonar las provincias sirias en manos hurritas; éstos, a su vez, fueron derrotados por Egipto (8» campaña de Tutmés III /1479-1426). Hacia 1471, Hatti y Egipto tenían cooperaban mediante tributos hititas a cambio de ayuda egipcia para restablecer las fronteras. Pero la ayuda egipcia no parece haber sido tan poderosa como la presencia del nuevo estado de Mitanni, en el que una nueva dinastía de aire indoeuropeo revivificó la presencia hurrita en Siria y dominó Kizzuwadna de nuevo (en tiempos de Amenhotep II, 1426-1400). El faraón aceptó a Mitanni como fuerza regional hegemónica y Tutmosis IV (1400-1390) casó con una hija de Artatama I de Mitanni. Hatti quedó relegado a un papel irrelevante.

El Imperio Hitita (h. 1400-1180 a. C.) En una fase en que la influencia hurrita es visible en Hatti, quizá porque la dinastía reinante fuera oriunda de Kizzuwadna, los hititas desarrollan una fructífera política expansiva. Los reyes hititas desde finales del s. XV (Tudhaliyas y Arnuwandas son sus nombres predilectos) son grandes conquistadores. Tudhaliyas II reconquista Arzawa y Assuwa (la Asia de los griegos) y se alía con Kizzuwadna, que luego conquistará también, para poder destruir Alepo y derrotar a Mitanni. Por el N, el acceso al Mar Negro se vio impedido por la presencia de los kaska (kashku) de las montañas, que no dejaron de hostigar a Hatti. Pero estos dominios eran efímeros y Arnuwandas I, su hijo, se vio atacado por todos los frentes e, incluso, ardió su capital, Hatusas. Su hijo Tudhaliyas III procuró enderezar la situación.
El gran soberano hitita de la época es Suppiluliumas I (Shuppiluliumash, Subbiluliuma: À1380/43? -1322 /18?). Fortificó Hattusas, de unas 120 ha, y se dispuso a la guerra con Mitanni, su más fuerte enemigo. Tras infructuosas tentativas, logró entrar en Mitanni por la inusual ruta de Malatya y el alto Éufrates y tomó la capital, Wassukkani (Àcerca de la actual Diyarbakir, cabecera del r. Jabur?). Las ciudades del N. de Siria le ofrecieron sumisión, sobre todo tras la inútil resistencia de Kadesh, y los hititas llegaron cerca de Damasco. Eran los tiempos de Amenofis IV (el hereje Ajenatón) y Egipto no se opuso a la nueva situación. Bajo dominio hitita quedó el territorio Sirio del N., incluyendo Líbano e importantes ciudades como Alepo y Alalaj.
Suppiluliuma dejó a uno de sus hijos, Telipinu (no confundir con el rey homónimo) como regente de esos territorios. La derrotada Mitanni, ahora regida por Artatama, se volvió hacia Asiria. Suppiluliuma concluyó la conquista de Siria, tomó Karkemish, donde entronizó a su segundo hijo, Piyasilis (Shar Kushukh) al igual que a Telipinu en Alepo. Le quedaba tomar la vieja capital mitania, Wassukkani, lo que hizo, coronando como rey vasallo a un hijo del asesinado Tushratta, que quedó como jefe de un estado-tampón frente a Asiria. La prueba del poderío del Gran Rey de Hatti la suministra el hecho de que la corte egipcia le pidió a uno de sus hijos como marido para la reina de Egipto (quizás Anjesenpaatón, viuda de Tutankamón; o Meritatón, hija de Ajenatón y viuda de su sucesor Smenja-Re): partió el hitita para la boda, pero fue asesinado antes de llegar, acaso por orden del sacerdote Ay, que aspiraba al trono y se hizo con él. Al poco, Suppiluliuma murió de peste y su primogénito, Arnuwandas II, le siguió al poco. El trono quedó en manos del joven Mursil II, su hermano, que perdió el control deWassukkani a manos de Asurubalit I (1354-1318), el cual llevó sus fronteras al Éufrates. Karkemish y Alepo permanecieron fieles, pero Arzawa y los territorios aledaños se sublevaron, lo que exigió una guerra de dos años. Tampoco cejaron en su presión norteña los peligrosos gasga (kaska), que exigieron campañas casi cada año y debilitaron la fidelidad de los territorios anatolios del NE. Murió Piyasilis de Karkemish y Siria se alzó, con ayuda de Asiria y Egipto, pero Mursil II pudo restablecer su dominio. No son seguras las fechas del reinado de Mursil II (À1345-1320/1317?). Su sucesor Muwatallis heredó un Imperio todavía sólido.
El Egipto de la XIX Dinastía renovó su control sobre Canaán (Seti I, 1290-1279), relajado durante la fase amarniense (Ajenatón) y llegó hasta Kadesh, en el Orontes. Ramsés II atacó allí a Muwatallis en 1275. El faraón salvó la vida por poco en una batalla "internacional" (se menciona a los dárdanos -citados en la Ilíada- y a los filisteos) cuya descripción táctica es la primera conocida, según un texto egipcio. La batalla no fue decisiva y Muwatallis, más cerca de sus bases que el faraón, llegó hasta Damasco y trasladó su capital desde Hattusas a Dattassa, en el Tauro, encomendando la gobernación anatolia a su hermano Hattusil (III), que finalmente se proclamó rey tras vencer, en una disputa de siete años, a su sobrino Mursil III (Uri Teshub), hijo de Muwattalis, que se exilió a Siria (À1226?), desde donde conspiró con los casitas de Babilonia. Quizás el miedo por Asiria llevó a la paz a Hattusil y Ramsés por un tratado (1259) que se conoce en sus dos versiones. En 1246 una hija de Hattusil y Puduhepa, la activa reina hitita, casaba con el faraón. Hattusil y Puduhepa modernizaron la antigua capital, Hattusas, los archivos y la legislación. Sus textos dan cuenta de las actividades en diversos distritos y principados del Imperio y en territorios lejanos como Lukka (Licia) y Millawanda (probablemente, Mileto) de los ahhiyawa (Àaqueos homéricos?). A la muerte de Hattusil, su hijo Tudhaliyas IV (1240-1210) siguió la obra reformadora bajo la tutela de Puduhepa. En esta fase se esculpirían los grandes relieves de Yazilikaya, cerca de Hattusas, con el panteón hurrita. Tudhaliyas IV no pudo oponerse con éxito a los avances de Tukulti Ninurta I de Asiria (1233-1197), que propició rebeliones en Siria (Ugarit). Apenas se sabe nada de los dos reyes siguientes, Arnuwandas III y Suppiluliumas II: hay noticias sueltas, como la de una expedición a Chipre; pero en esas fechas ya debía de haber empezado la invasión frigia de Anatolia que sumiría al territorio nuclear de Hatti en una oscuridad casi absoluta.

Los reyes hititas (sg. O. R. Gurney)

Pitjanas (de Kussara) -
Anittas (id.) - hijo
Labarnas I 1680 -
Labarnas II (Hattusilis I) 1650 hijo
Mursilis I 1620 adoptado
Hantilis I 1590 cuñado
Zidantas I 1560 yerno
Ammunas 1550 hijo
Huzziyas I 1530 hijo?
Telipinus 1525 cuñado
Tahurwailis (?) 1500 -
Alluwamnas - -
Hantilis II - -
Zidantas II - -
Huzziyas II - -
Muwatallis I (?) - -
Tudhaliyas I (?) 1420 -
Hattusilis II 1400 -
Tudhaliyas II 1390 -
Arnuwandas I 1370 hijo
Tudhaliyas III 1355 hijo
Suppiluliumas 1344 hijo
Arnuwandas II 1322 hijo
Mursilis II 1321 hermano
Muwatallis II 1295 hijo
Urhi Teshub (Mursilis III) 1271 hijo
Hattusilis III 1264 tío paterno
Tudhaliyas IV 1239 hijo
Arnuwandas III 1209 hijo
Suppiluliumas II 1205-? hermano

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