LAS CASAS DE MONEDA  ESPAÑOLAS EN AMÉRICA DEL SUR

 

II.- El XVII: un siglo en crisis

 

La ceca potosina, única del virreinato peruano

 

 

         A fines de 1586 Álvarez Reinantes, conde del Villar, ocupó la oficina de ensaye de la ceca de Potosí de acuerdo al nombramiento que le había conferido Toledo meses antes.    Este ensayador marcó sus monedas con la inicial "A", pero no duró mucho tiempo pues en 1589 regresó definitivamente a España.

 

         Con el cargo de ensayador nuevamente vacante, se nombró para el cargo por segunda vez a Joan Ballesteros Narvaes.  A fines del mismo año, sin embargo, el rey ordenó que se vendieran varios cargos de la villa, entre los que estaba el de fundidor y ensayador de la casa de moneda.  Ballesteros, con la larga experiencia que tenía en el oficio, y la buena posición que se había labrado con su trabajo de platero, proveedor de la ceca y propietario de minas, se presentó al remate y se lo adjudicó por veinte mil pesos, pagaderos, un tercio al contado, otro a los dos años y el último a los cuatro años.  En la solicitud presentada por Ballesteros para que se le entregue el cargo que se ha adjudicado, indica que hacia diez y seis o diez y siete años que venía sirviendo a Su Magestad "en los dichos oficios y el ensaye y fundición de las barras", lo cual coincide con la referencia que conocemos de su presencia en la ceca potosina en 1575.  [1] 

 

         Toledo firmó el nombramiento de Ballesteros el 21 de noviembre de 1591, y la ratificación la dio Felipe II el 4 de diciembre de 1595.  Una de las características del contrato era que el ensayador podía ejercer el cargo por tenientes ya que sus múltiples actividades lo alejaban frecuentemente de la Villa Imperial.

 

         La labor de la ceca debió haber comenzado a disminuir a principios del nuevo siglo.  Una mirada a los cuadros de producción de plata y de los pagos de "Quintos y Cobos" no deja duda sobre la caída una vez agotadas las mejores menas y los excedentes de la época de la huaira que fueron retrabajados al iniciarse la refinación por amalgama de mercurio. [2] La acuñación no corrió la misma suerte que la producción del mineral, y aunque se reduce la segunda, la primera llega en 1597 a los 160,000 marcos, y como si fuera poco:

 

"... luego creció tanto que a mediados del siglo XVII, en compra de pastas y otros gastos, desembolsaba  (la ceca) por lo menos cincuentamil pesos cada semana o sean, dos millones seiscientos mil pesos al año." [3]

 

         Otro aspecto que nos habla del decaimiento de la producción en la Villa Imperial es la reducción de la cantidad de cabezas de ingenio de agua que se da en forma constante a lo largo del siglo XVII.  Así, al tiempo de la instalación de la ceca el número de cabezas que operaban en las cercanías de Potosí era 150, mientras que en 1603 solo operaban 128 cabezas, treinta años más tarde, en 1633 habían quedado 122 y a fines de siglo, en 1692 estas eran sólo 57. [4]

 

            Retomando las actividades de Joan Ballesteros, encontramos que éste, personalmente o por sus tenientes, seguía siendo el ensayador de la ceca en la última década del siglo XVI.  El 23 de octubre de 1596, por ejemplo, su hermano Hernando Ballesteros informó a la ciudad que por ausencia de Joan quedaría él encargado de los ensayes de la ceca.  Otro teniente del mismo ensayador que ahora nos ocupa fue Baltazar Ramos Laceta quien marcaba inicialmente sus monedas con el monograma "RL" y posteriormente con una "R" gruesa y de quien se conocen piezas tanto del reinado de Felipe II como de Felipe III.  De esta segunda etapa de Ballesteros y ya definitivamente de tiempos de Felipe III se encuentra a un teniente que marcaba con una "C" y cuyo nombre nos es desconocido y otro, el último de los tenientes de Ballesteros llamado Agustín de la Quadra.  Sobre las marcas de Ramos Laceta y Agustín de la Quadra explica el numismático holandés Kurt Dym:

 

"En determinado momento Ramos empezó a usar los cuños que tenían todavía la marca "B" de Ballesteros pues se conocen muchas monedas con la "R" característica y ancha que usaba Ramos durante su último período, sobrepuesta a la sigla "B".  Cuños con la marca "R" de Ramos fueron a su vez utilizados por su sucesor Agustín de la Quadra como demuestran algunas escasas monedas con la "Q" sobrepuesta a la "R". [5]

 

         En 1612 ya Felipe III estaba pensando en cambiar a Ballesteros por otro ensayador al haber recibido una tentadora oferta por 30,000 ducados por el cargo.  El virrey, Marques de Montesclaros, envió una carta al Soberano fechada en Lima el 3 de abril de año mencionado explicando las razones por las que convenía mantener a Ballesteros en el puesto.  Lo sustantivo de la propuesta del virrey era que el ensayador era:

  

"…hombre de bastante edad que se puede esperar vacar brevemente y gozará Vuestra Magestad de la parte que le toque por la renunciación, y la pretención que el nuevo comprador tiene sería muy posible negociada y aceptada por Ballesteros para salir del oficio de balde con una simulada renunciación." [6] 

  

         En 1615 Ballesteros renunció el cargo en nombre de Juan de Fusilaserra, quien contra el pago a la Real Hacienda del tercio de valor asignado al puesto de ensayador y fundidor, fue nombrado oficialmente el 15 de junio del mismo año, pero dos días después Fusilares sorprendió a la Audiencia anunciando que no efectuaría el pago del tercio.

 

         A la muerte de Ballesteros el virrey nombró, el 20 de agosto de 1615 para los cargos que dejaba vacantes, a Gaspar de Heredia como su sucesor.  No se conocen monedas marcadas por Heredia y es posible que haya ocupado el cargo a través de un teniente, quien pudo haber sido el que marcó sus piezas con una "M", y de quien hablaremos más adelante.

 

         Una carta de Diego de Portugal fechada el 13 de junio de 1616, informó al rey sobre la visita efectuada a la ceca de Potosí para averiguar sobre algunos reclamos hechos en Lima sobre la falta de ley que se había observado en algunas monedas.  En ella Portugal comenta:

 

"... fui a la Casa de Moneda y tomé las llaves de las caxas de los encerramientos de los ensayes, rieles, cizalla, libros y papeles y comencé los ensayes y en pocos días tuve hechos más de mil porque hallé costumbre de que (en) las visitas solo se hacían de tres o quatro de todos los encerramientos a arbitrio del juez y hayándolos buenos y ajustados se consumían los demás, me pareció para mayor verificación y certeza, hacerlos de quinientos y nueve que halle en la caxa, que con los que dellos se bolbieron a reensayar a la cantidad referida y es de consideración la que ay en la ley, algunas del tiempo que fueron ensayadores Baltazar Ramos y Agustín de la Quadra, difuntos, y tiene por señal los reales que ensayó Ramos la letra R y los de Quadra la Q." [7]

 

         La primera variación importante en los cuños de Potosí fue la inclusión de la fecha. A partir de 1617 se adicionó a las inscripciones de las monedas las tres últimas cifras del año de acuñación como una forma de mejorar el control que existía con la marca de la ceca y la inicial del ensayador responsable de la afinación de la plata utilizada para las acuñaciones.  Este mejor control, sin embargo no fue suficiente para evitar las defraudaciones al fisco y al público que se produjeron más adelante dentro de la misma ceca y que causarían una gran conmoción al ser descubiertas a mediados de siglo. Al momento de la inclusión de la fecha se ocupaba del ensaye el posible teniente de Gaspar de Heredia que marcaba con una "M" pues se encuentran piezas con esa inicial sin fecha, es decir, anteriores al cambio y en piezas fechadas en los años 616 y 617.

 

         A la muerte de Heredia en 1617, y mientras el virrey disponía quien debía ocupar el cargo de ensayador, el presidente de la Audiencia de Charcas nombró interinamente, el 2 de julio, a García Paredes y Ulloa, quien según Cunietti-Ferrando marcó sus monedas con el monograma "P.A." que solo se conoce en unas pocas piezas de 1618 y que fuera reemplazado pronto por el ensayador titular, Antonio Salgado, quien ejerció el cargo por medio de su teniente Juan Ximenez de Tapia.

 

 

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[1].- A.G.I.  Charcas 43

[2].- Varón, Rafael. Minería colonial peruana, un ejemplo de integración al sistema económico mundial.  Siglos XVI-XVII.  Historia y Cultura (revista).  Lima, 1978. N° 11 p.143-168.

[3].- Medina, J.T.  Ob. cit.  Santiago 1919. p.212.

[4].- Burzio, Humberto.  Diccionario de la Moneda Hispanoamericana.  Tomo II p.222. Santiago de Chile, 1958

[5].- Dym, Kurt A. Los ensayadores Baltazar Ramos y Agustín de la Quadra de la Casa de Moneda de Potosí. Gaceta Numismática. N° 78.  III-85. Barxelona, Setiembre 1985. p.64.

[6].- A.G.I.  Justicia 463.

[7].- A.G.I. Charcas 19.  Diego de Portugal a Su Magestad. 12 de junio de 1616.