Berlioz, Sergio.
Aportes e injertos de nuestra identidad.
Este País No.80.
México D.F. , Abril de 1995.



Aportes e injertos de nuestra identidad

"¡La Patria en peligro!", frase que hemos escuchado con demasiada frecuencia es, en relación con nuestra identidad nacional, una frase en más de un sentido hueca y ajena a una larga historia que da como resultado lo "mexicano", concepto, por cierto, tan variable como rico en contradicciones y contrastes. Ser "mexicano" aquí y ahora tiene un sentido tan dual como lo fue ayer y lo será en el futuro. Analicemos a grandes rasgos algunos momentos estelares.

Lo prehispánico como sinónirno de mexicano.

Grupos como "La nueva mexicanidad" han venido manejando desde tiempos posrevolucionarios posrevolucionarios que la identidad nacional únicamente la podemos encontrar en las raíces del pueblo azteca y maya. Pretender una alianza tal con el pasado es tan peligrosa como pretender que la única forma de vida de un finlandés moderno es la usanza vikinga, porque ello revela una forma de vida "según las fuentes". Cabe recordar que 1os tiempos han cambiado y que las propuestas de los seguidores de libros como Tlacaelel, de Velazco Piña, siguen los pasos de ideales muy nobles pero muy cuestionados por arqueólogos y especialistas en el tema, los cuales han sido a su vez cuestionados por los entusiastas neomexicas, quienes los han calificado de vendidos y encubridores de verdades reveladas y que los adeptos tienen custodiadas.

El mundo prehispánico se nos revela desde el día siguiente de la Conquista hasta nuestros días como una constante en muchos aspectos, como es compartir un rnismo clima que facilita a su vez una continuidad de la flora (no así de la fauna, mucha de ella ya extinta), formas de nombrar las cosas o el sentido de las fiestas religiosas, cuya compleja trama en simbiosis con el cristianismo aparece en mayor o menor proporción, sin olvidar la comida, la bebida y la costumbre de hacer punto de reunión y comercio en los mercados, etcétera. Todo ello partiendo de numerosas variantes dependiendo del punto geográfrico en donde nos encontremos y de los asentamientos prehispánicos que antes se encontraban.

Lo hispánico como sinónimo de mexicano

Partiendo de la premisa de muchos entusiastas católicos y proespañoles, México se inicia con el descubrimiento, conquista y evangelización de las tierras "descubiertas". Una vez más nos encontramos en una definición muy apresurada y poco sólida Cabe señalar, antes que nada, que aquel imperio español apenas iniciaba los caminos de una unidad concertada a través del matrimonio de los reyes Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. El año del descubrimiento, 1492, es también el año en que cae el último bastión de una larga presencia islámica en la península ibérica. Esta aparente unidad española, cuyo epicentro será a partir de aquellos días de Castilla, Estado que impondrá el castellano corno idiorna oficial y que hasta nuestros días sigue siendo sinónimo de "español",en realidad una imposición cultural que ha tratado desde aquellos días de borrar las otras culturas de la península, como lo son la vasca, la catalana o la gallega.

Esta españa "castellanizada" se encontró, al tratar de hacer una definición de sí misma, una negación de la "otra España", apenas rescatada en nuestra centuria por los trabajos de Américo Castro y sus continuadores y detractores. España no sólo es castellana, también es fenicia, romana, visigoda, celta (sobre todo en el norte), judía, musulmana y naturalmente ibérica.

Se olvida con harta frecuencia el origen de más de 4 mil vocablos de origen árabe en nuestro castellano, como los aportes científicos, tecnológicos y artísticos de los musulmanes y los judíos, los cuales hicieron cle la peninsula ibérica el faro cultural de Europa durante parte de la difícil etapa del medioevo. Por lo tanto, en la historia ''oficial'' de España, hasta la muerte de Franco en 1975, no existía otra cara más que una España regida por Castilla y una religión triunfante. Cabe recordar en este breve recuento que la f¦esta brava es de origen precristiano y que la palabra ¡olé! tiene de raiz el vocablo árabe ¡walláh!, que significa ¡por Alá!, valga este ejemplo del orgullo nacional español y sus rnestizos orígenes y dentro de los cuales participan todas sus colonias de ultramar como fueron la nuestra, para partir que la españa que llegó a mestizarnos ya estaba racial y culturalmente muy mesztizadas.

La independencia y la Revolución como sinónimo de mexicano.

Una vez expulsada la influencia directa española al consolidarse la independencia de México, se inició un lento pero progresivo intercambio de ideas de otras culturas. Así vemos llegar en la década de los años 30 y 40 numerosas compañías de ópera italiana, que van a perfilar en muchos aspectos la futura canción popular mexicana. Tambien vemos venir la presencia de la cultura francesa, sobre todo durante el porfiriato, y ante tales presencias extranjeras el mestizaje toma lo que le interesa y lo externo lo rechaza, quedando en simple imitación, como las incómodas y "disfrazadas" demoiselle pintadas por Rivera en un fresco "Un domingo en la Alameda" en donde los ceñidos vestidos "a la última moda parisina" contrastan con los rostros apiñonados de sus portadoras.

Si la Revolución de l910 dio un realce al pasado azteca y la "raza de bronce" de Vasconcelos fue una especie de raza pura y elegida más cercana a las ideas fascistas que a la realidad, la presencia de Estados Unidos y su forma de vida (no así su incipiente cultura) constituyó el modelo de vida del mexicano en la segunda mitad del sigio XX. Y la pregunta volvió a sonar como trompetas del juicio final: ¿Dónde quedó nuestra indentidad? Y la respuesta es, en todas partes, arriba, abajo y a los lados. La esencia del mexicano no puede etiquetarse y guardarse en una vitrina, ya que no es un objeto arqueológico, sino una multifacética forma de vida, y decir que se está vivo significa un estado de cambio permanente.

Un mexicano es un heredero de los griegos, fenicios, romanos, visigodos, celtas, judíos, musulmanes, mayas, olmecas, aztecas, toltecas, franceses, italianos, alemanes, apaches, sioux, mohicanos, irlandeses, holandeses, vascos, catalanes, gallegos, castellanos, africanos, etcétera. Una entidad no se controla ni se decreta, se vive y se transmuta, mientras se encuentre con vida y salud.