LAS CASAS DE MONEDA  ESPAÑOLAS EN AMÉRICA DEL SUR

 

III.- El siglo de las reformas

 

 


Ejemplo de "botón" [1]

 

Un caso anecdótico: El asunto de los botones

 

 

         Aunque el tema que se tratará a continuación no está directamente relacionado a la actividad de las casas de moneda su impacto en la situación monetaria del virreinato peruano fue lo suficientemente seria como para merecer que el virrey del Perú, y hasta el rey Carlos se ocuparan del asunto por las repercusiones que el asunto pudiera tener no solo a nivel peruano sino continental.

 

         El 22 de diciembre de 1776 el virrey publicó un bando ordenando el recojo de, y prohibiendo la circulación de "unos botones de metal, con figuración de plata estampadas con el sello de las monedas legítimas..." [2]  Ya para esa fecha el virrey había informado al Soberano de la llegada de los mencionados botones, explicándose que estos habían arribado de Cádiz al Callao en el "Matamoros", navío del tesoro según el bando citado, y que su origen estaba en la compra que había efectuado, probablemente, el limeño José Moscoso a su contraparte gaditano Diego Conell.

 

         El asunto de los botones salió a la luz cuando el superintendente de la casa de moneda de Lima entregó al virrey una docena de botones de metal blanco:

 

"...en cuyo círculo, igual al de una peseta, se halla estampado el sello que estas tienen, con grafila, dos columnas, dos mundos, tres coronas y su inscripción, de forma que por aquel lado son semejantes a las pesetas diferenciándose solamente de ellas en no tener en el otro lado mis reales armas, sino el asa que es precisa para asegurarlos en el vestido." [3]

 

         El virrey se preocupó al conocer de estos botones porque, como informó al rey, podrían usarse con grave perjuicio especialmente "entre los indios y gente incauta" a quienes era fácil engañar sobre todo en la noche.

 

         Para detener el peligro a nivel local, ordenó el virrey en su bando que estos botones debían ser recogidos por los corregidores y enviados a la Real Casa de Moneda.  El rey, por su parte, ante el peligro que la introducción de los botones que simulaban monedas podían traer a las finanzas del reino, especialmente en América, dispuso que, en el término de dos meses, quienes tuvieran esos botones debían llevarlos ante la justicia de su distrito para que, "disponiendo su limadura de forma que queden lisos, se les devuelvan sin más costo que el que de esto se erogue." [4] Nada más se ha podido averiguar sobre estos botones monetarios, y es de suponer que luego de tomadas las medidas correctivas, se extinguieron.

 

 

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[1].- Botón de la colección de D. Antonio Callejón, Granada (España).

[2].- Archivo del Museo Numismático del Banco Wiese. Lima. En adelante A.M.N.B.W. Botones de metal con figuración de plata con el sello de las monedas legítimas. Bando del Virrey. Lima, 1766.

[3].- Medina, J.T. Ob cit. p.166. Transcribe la carta enviada por el rey sin indicar fecha.  Se llamaba Pesetas a las piezas de 2 reales.

[4].- Medina. ob. cit. p.166.